Mesa de café

Prohibida la política

Erdosain

Abel está asombrado y molesto. Recuerda que falta menos de una semana para las elecciones y la gente no sabe quiénes son los candidatos y mucho menos lo que proponen. — Le pregunté a mi vecino y a la señora que trabaja en casa si sabían que el domingo había elecciones y los dos me dijeron que no.

— En mi caso es parecido o peor -dice José-. Mi hijo me preguntó si había elecciones. Como le dije que sí, me preguntó a continuación quiénes eran los candidatos a presidente y a gobernador, por lo que inferí que no tenía la menor idea acerca de lo que se votaba.

—De lo que se deduce que habría que conversar más con los hijos observa Marcial con su sonrisa sutil- los muchachos se la pasan en el café hablando de política, pero en la casa no saben que hay elecciones porque no pierden el tiempo hablando con los hijos y con la mujer.

—Puede que la gente esté media harta de las elecciones y de las pobres ideas de los candidatos digo- pero admitamos que la resolución del Tribunal Electoral prohibiendo la publicidad, la discusión, las entrevistas y los actos públicos han contribuido a despolitizar a la sociedad.

—Lo extraño es que esta suerte de ley seca dice Abel- es aplicada por una institución de la democracia cuyo objetivo debería ser velar por la democracia, es decir, asegurar que la población esté informada políticamente a la hora elegir los candidatos.

—Vayamos por parte observa Marcial- el gobierno socialista y los radicales postergaron las elecciones treinta días porque estaban asustados de la paliza que les dio el Lole el 28 de junio. Lo que los candidatos peronistas hicieron en este caso fue reclamar que se ponga punto final a la publicidad porque hay candidatos que disponen de toda la plata del mundo y candidatos que no tienen para pagar la nafta del auto.

—Lo que han hecho los jueces dice Abel- es una barbaridad en todo el sentido de la palabra.

—Yo recuerdo dice José- el tiempo en que los militares decretaban el Estado de sitio por tiempo indeterminado.

—¿Y eso qué tiene que ver con lo que estamos hablando? pregunta Marcial.

—Que el Estado de sitio era una medida excepcional que había que usar con prudencia. Los militares no lo entendieron así digo- y en la última dictadura permitieron que el Estado de sitio se extienda durante siete años. La veda en el caso que nos ocupa está prevista por 48 horas porque se entiende que ése es el tiempo que un ciudadano normal necesita para decidir su voto. Pues bien, en nuestros pagos han decidido que la veda sea hasta el infinito porque no de otra manera merecen calificarse treinta días de veda.

—¿No estás exagerando?

—Para nada -contesto- insisto en que se ha tomado una decisión autoritaria que suprime la política en nombre de razones políticas.

—Pensar observa José que este sistema electoral que se aplica en Santa Fe ha sido ponderado por todos los dirigentes nacionales. Es para no creer: tenemos un sistema electoral que todo el mundo pondera, pero nosotros nos damos el lujo de prohibir la política.

—Esto ocurre cuando, en el fondo, no creen en la democracia y desconfían de la política, por lo que cada vez que se les presenta la oportunidad muestran las uñas.

—No comparto -dice José.