Listas de espera y salas completas en escuelas privadas

Se inició la puja por un banco en los colegios

La mayor demanda está en el nivel inicial porque los padres anotan a sus hijos para que realicen toda su educación en la misma escuela. La desesperación por conseguir un lugar en el colegio elegido llega a casos increíbles: una embarazada reservó el lugar para su futuro bebé.

De la redacción de El Litoral

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Con la apertura de la inscripción, comenzó otra vez el peregrinar por las distintas instituciones privadas en busca del codiciado banco. En los colegios tradicionales de la ciudad los cupos son limitados y la demanda va creciendo cada año.

En Nuestra Señora del Calvario, por ejemplo, se vieron sorprendidos por la gran cantidad de hermanos más pequeños de sus alumnos que piden entrar al colegio. “Ya prácticamente llenamos las salas de nivel inicial, y recién estamos anotando a los hermanitos de nuestros chicos”, dijeron desde la institución. Ahora están evaluando si abrirán la inscripción al resto de los interesados, porque ya no quedan bancos disponibles.

Siempre fue alta la demanda en el Calvario, pero todos los años quedaban al menos algunos lugares liberados para los hijos de ex alumnos y gente de afuera en las salas de Inicial. “Este año es extraño porque no sobra nada, ni siquiera en primer grado”, sostuvieron.

La consigna en la mayoría de los colegios es la misma. El listado se arma primero con los hermanos de los alumnos, luego tienen prioridad los hijos de los ex alumnos y después el resto de los aspirantes a ingresar.

En el colegio La Salle, de barrio Candioti -que recibe niños a partir de los 45 días- tampoco quedan cupos para el nivel inicial en la matrícula 2010. Por cada sala hay una lista de espera de entre 10 y 15 aspirantes, en sólo tres días de inscripción.

Pascual Alarcón, rector del La Salle, indicó que “realmente este año hemos tenido mucha demanda, a tal punto de que tuvimos que colocar sillas porque el primer día que abrimos la lista, había gente esperando para anotar a sus hijos”.

Por su parte, el Inmaculada aún no abrió la inscripción pero ya está recibiendo consultas de los padres, lo que hace prever que la solicitud de lugares será importante.

Desde la panza

Por recomendación familiar, prestigio de la institución o interés por la educación religiosa, los padres eligen un determinado colegio para sus hijos y, cuando no consiguen el lugar deseado, la desazón es grande. Por eso, algunos hacen las reservas del banco con un año o más de anticipación y hay quienes prefieren garantizarse con un margen increíblemente mayor. “Tuvimos hasta el caso de una embarazada que reservó el lugar para su futuro bebé”, comentó el rector Alarcón, tras aclarar que no era broma.

A su entender, “hay múltiples razones, tanto cuando la demanda de bancos crece como cuando baja. En el caso del La Salle me da la sensación de que se ha llevado adelante un proceso que estabilidad institucional, de acompañamiento en los estudios que hace que el colegio sea muy buscado. Además, hay un gran afecto por parte de los ex alumnos, que hemos sabido construir”, consideró.

Un caso

Los padres que quedan en lista de espera empiezan a elegir instituciones alternativas para que sus hijos no se queden sin escolaridad. “El año pasado mi nene se quedó afuera de la salita de 3 años del Calvario y tuve que dejarlo en el jardín maternal al que asistía, aunque no es lo mismo. Hubiese preferido que fuera al mismo colegio que su hermana”, contó una mamá.

La inscripción abría un lunes y ella, por su trabajo, pudo ir recién al día siguiente. Esa diferencia de horas hizo que su hijo quedara anotado como condicional. “El colegio hizo lo que pudo: amplió los lugares hasta el límite que podía absorber pero igual la demanda excedía y fuimos a sorteo con nuestro consentimiento. Este año, ya está anotado en la sala de 4 años y tiene asegurado el banco”, indicó la mujer, más relajada porque quiere que sus dos hijos asistan al mismo establecimiento.

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Las vacantes para nivel inicial son contadas en los colegios tradicionales y la demanda es cada vez mayor.

Foto: Archivo