etcétera.belleza

1.jpg

Una piel renovada

Eliminar las células muertas y dejar la epidermis suave, tersa, luminosa, son los beneficios de la exfoliación. FUENTE. FEMINIS.COM. FOTO. EL LITORAL.

La piel se renueva de forma natural cada 30 días, aproximadamente. Sin embargo, las distintas alteraciones que sufre debido a cambios climáticos, edad, estrés y falta de cuidados derivan en residuos que obstruyen los poros. Esto provoca que adquiera un aspecto áspero, opaco y reseco.

Esencial para acelerar su regeneración es la exfoliación, conocida también con la palabra francesa gommage o la inglesa peeling. Se trata de un ritual de belleza muy sencillo que retira células muertas e impurezas de las capas exteriores de la piel, ayuda a la estimulación y circulación de los fluidos linfáticos que contribuyen a la eliminación de toxinas, y sirve como masaje mejorando la circulación de la sangre.

Sus efectos son inmediatos: afina la superficie de la epidermis, la alisa y suaviza, cierra los poros, le da elasticidad y la fortalece, dejándola luminosa y resplandeciente. También contribuye a atenuar, y en algunos casos a desaparecer, marcas y cicatrices, además de facilitar la absorción e incrementar la eficacia de las cremas de tratamiento.

MÉTODOS

Es importante tener en cuenta que la efectividad de este procedimiento no depende de la fuerza con la que se frote sino de la regularidad con la que se aplique. La constancia es fundamental para ver y mantener los resultados.

Entre las distintas alternativas, figura la esponja vegetal que se utiliza en toda la superficie corporal con excepción de la cara, pues esa piel es más fina y sensible.

Otra opción es la piedra pómez: es excelente para eliminar durezas de las plantas de los pies, pero no se debe pasar por el resto del cuerpo ya que puede irritar la epidermis.

Además, existen en el mercado productos cosméticos que contienen pequeños gránulos no abrasivos, con propiedades nutritivas y suavizantes.

EN EL CUERPO

Debido a que es un tratamiento que revitaliza, es mejor hacer la exfoliación durante la ducha por la mañana. Se debe efectuar con un movimiento circular, empezando por los pies, los tobillos, las piernas; luego friccionar las manos, los brazos, los hombros e ir bajando paulatinamente por la espalda y subir por el torso hacia el corazón.

Retirar con abundante agua. Si nunca se ha exfoliado la piel se recomienda hacerlo una vez a la semana durante el primer mes. Después reducir la frecuencia una vez cada 15 días. Si es sensible o muy seca, cada tres semanas es suficiente. Tras realizarla hay que aplicar una crema hidratante.

EN EL ROSTRO

La piel del rostro debe estar limpia y demaquillada. El producto se aplica con la yema de los dedos efectuando movimientos circulares suaves, insistiendo en la zona T: frente, nariz y barbilla, en especial si la piel es grasa. Evitar el contorno de los ojos. Luego, se retira según indican las instrucciones.

Los cutis normales y secos requieren ser exfoliados cada siete días; los mixtos o grasos, dos veces por semana; los sensibles, cada 15 días. No es recomendable si se tiene acné ya que podría desencadenar una inflamación de las glándulas sebáceas; es mejor consultar a un dermatólogo que oriente cómo limpiar a profundidad este tipo de piel.