Lo que dejó la II Conferencia Mundial de Educación Superior

Las universidades del siglo XXI:

desafíos globales en educación

Durante el encuentro celebrado en París, se revalidó la educación universitaria como derecho humano universal y bien público. También la equidad en el acceso al estudio y calidad académica. El rector de la UNER participó de la cumbre, y destacó el prestigio internacional que tienen las universidades de la Región Centro.

Luciano Andreychuk

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La II Conferencia Mundial de Educación Superior 2009 (CMES), celebrada en París del 6 al 8 de julio, no fue un mero encuentro protocolar entre ministros, rectores de universidades, académicos y estudiantes universitarios. Tras un largo período de diálogo silenciado -10 años pasaron desde la primera cumbre- sobre las problemáticas que involucran a las universidades del mundo -particularmente de las regiones subdesarrolladas-, constituyó acaso un punto de inflexión, la apertura de un campo de discusión rico y variado sobre el lugar que ocupa la educación superior en el progreso de los pueblos.

Ante la urgente necesidad de revertir los flagelos globales como el hambre y la pobreza, el cambio climático, de la desertificación y la pérdida de recursos naturales, la clausura del diálogo interreligioso, etc., la defensa y promoción del conocimiento académico y científico -además de la formación de profesionales idóneos, líderes políticos, referentes sociales, etc.- adquiere una relevancia significativa, cuando no determinante.

El rector de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), Eduardo Asueta, asistió al congreso -en representación de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, que reúne a 22 casas de estudio de seis países de la Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile-. “Esta conferencia mundial que convocó la Unesco fue muy importante, porque se fijaron las posiciones de gobiernos y académicos del mundo respecto del rol que la educación superior debe cumplir en los contextos nacionales, regionales e internacionales, en este complejo siglo XXI”, explicó en diálogo con El Litoral. “Se generó un debate muy rico, muy arduo, donde Latinoamérica tuvo una gran participación”.

Principios

Asueta expresó su satisfacción por los postulados proclamados en el documento final de la cumbre: “Se consideró a la educación superior como un derecho humano universal. Esto es muy importante, teniendo en cuenta lo que significa hoy la educación superior en el desarrollo del individuo y su comunidad, en la transmisión y producción de nuevos conocimientos a través de la investigación y la transferencia al mundo social y económico”.

También se revalidó a la educación superior como bien público. “En el primer borrador (del documento) se había considerado a la educación como un servicio, pero esta conceptualización afortunadamente se pudo modificar. Debemos entender que la idea de servicio vincula a quien lo presta y a quien lo recibe en una relación bilateral. Pero el ámbito educativo trasciende al propio individuo, impacta de lleno en la vida social y cultural de nuestros pueblos. La educación superior, siendo un bien público y social, es un bien a tutelar por toda la sociedad, y principalmente por el Estado”, declaró Asueta.

Otros aspectos que se manifestaron claramente fueron la necesidad de que las naciones garanticen el acceso al estudio, la igualdad de oportunidades y la calidad. “Este último concepto se relaciona directamente con el de pertinencia. La calidad académica debe entenderse como palanca fundamental para el desarrollo de las naciones”, enfatizó.

Prestigio internacional

-En base a su experiencia en la conferencia mundial, ¿cómo considera que es valorada en el mundo la universidad argentina, en cuando a calidad académica y profesionales? ¿Y cómo ve posicionadas a nivel internacional las universidades nacionales de la Región Centro (UNER, UNL, UNR, UNC)?

-La universidad argentina, y en particular las de nuestra Región Centro, tiene una fortaleza muy importante a nivel internacional. Las casas de estudio nacionales han sostenido un nivel académico importante, a pesar de muchas dificultades por las que han transitado.

Esto se puede ver en la inserción de los graduados argentinos en los equipos de investigación más avanzados del mundo, y en las más variadas áreas disciplinares. No olvidemos que la Argentina tuvo tres premios nóveles en ciencias. El mundo mira con buenos ojos a la institución universitaria argentina.

En Latinoamérica

Latinoamérica no es la región más pobre del mundo, pero sí la más desigual. Y esto tiene incidencia directa en los niveles de acceso y permanencia en los estudios superiores. Para el rector de la UNER, “es imprescindible comenzar a romper con esa brecha de inequidad social para que muchas personas más puedan acceder a la educación superior. Si se miran las tasas de matriculación, en los países desarrollados llega al 80 %. En América Latina la tasa de matriculación ronda apenas el 30%. Eso marca el efecto que tiene esta desigualdad, limitando el acceso a la universidad. La Argentina, gracias a la gratuidad, tiene la tasa de matriculación más alta de Latinoamérica, del 59%, junto con Cuba.

-Pero una matriculación alta no garantiza una tasa de egreso alto. Vemos, por ejemplo, la profundización de problemáticas educativas tales como la deserción universitaria...

-Sí, exactamente, por eso otro de los temas que también se planteó en la conferencia mundial fue que no sólo hay que ocuparse del acceso, sino también de la permanencia y del egreso de los estudiantes, de cómo acompañarlos en el proceso académico. Y esto constituye todo un desafío para las autoridades gubernamentales y universitarias.

/// LA CLAVE

Documento final

En el documento final de la conferencia se proclamaron algunos principios vertebrales que hacen a la responsabilidad social y defensa de la educación superior: se la consideró como derecho humano universal, y como un bien público que debe garantizar el Estado y la sociedad en su conjunto. Se acordó instrumentar los medios para garantizar la accesibilidad, equidad e igualdad de oportunidades en el acceso a estudios superiores y la calidad académica.

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El rector Eduardo Asueta participó en el II Congreso Mundial de Educación Superior celebrado en París.

Foto: Gentileza Rectorado UNER