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Prioridad para pobres bonaerenses

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció hoy el Plan de Ingreso Social con Trabajo, en varias etapas. Pero sólo precisó la prioridad para atender al conurbano bonaerense, y estimó una asignación de 1.500 millones de pesos para generar 100 mil nuevos trabajos.

La propuesta incluye la formación de cooperativas entre desocupados, en una línea directa de la Casa Rosada con intendentes. Según explicó la mandataria en un acto en Casa de Gobierno, el plan comenzará a aplicarse en el “conurbano bonaerense”, en especial en “barrios, villas y aglomerados urbanos con alta vulnerabilidad social”.

Agregó que la idea es “abrir luego nuevas etapas en distintas zonas geográficas del país, que también tengan esta densidad de vulnerabilidad social”. Dijo que el programa no sólo busca dar trabajo a personas en situación de vulnerabilidad social, sino que procura que también “se organicen socialmente”.

Cristina destacó que, para dar transparencia, a este programa, se requerirá la auditoría de la Universidad Tecnológica Nacional y anticipó que cada beneficiario “será un monotributista y tendrá una tarjeta para ir a cobrar a una entidad crediticia”, con el fin de que “no haya intermediarios”.

Sostuvo que, a partir de este plan, no sólo se abordará la situación del trabajador integrante de la cooperativa sino también la de su familia, a partir de la intervención de los ministerios de Desarrollo Social, de Trabajo y de Salud.

“El trabajo es el mejor antídoto contra la pobreza”, señaló la presidenta, y dijo que “lanzamos este plan para abordar el problema de pobreza desde el primer puente estratégico que es generar y estimular las oportunidades genuinas de empleos”.

La presidenta afirmó que “América Latina es el continente más inequitativo” y opinó que revertir esa situación “no significa sacarles a los ricos para darles a los pobres”.

Pero advirtió que “en la inequidad está la verdadera fábrica de pobres” y pidió que “no se utilicen fórmulas para estigmatizar la verdadera discusión” diciendo que revertir la inequidad es “sacarles a los ricos para darles a los pobres”.

Sólo para desocupados

“Esto no significa que se vaya a quitar trabajo a los que ya lo tienen”, aseguró Cristina, quien insistió en que el plan está estructurado en la certeza de que “la pobreza no es un fenómeno individual sino algo social”.

Remarcó que “tantos años de tragedia social” crearon “núcleos duros de pobreza que requieren un tratamiento integral”, al hablar en Casa de Gobierno, durante un acto en el que fue presentado el plan.

La mandataria defendió el criterio de asistencia “focalizada” y tomó distancia de los proyectos de asignaciones “universales” de la oposición. “En la Argentina hay 12,4 millones de menores de 18 años, 6 millones están cubiertos por sus padres asalariados y 3,5 millones tienen cobertura indirecta por programas sociales a los que se destina 10.000 millones de pesos”, precisó.

Aclaró que de ese universo “2,8 millones de jóvenes no tienen cobertura”, pero advirtió que “1,2 millones de ellos tampoco tienen documento”, y que en eso está trabajando el gobierno con la firma del decreto 90, destinado a que “todos los argentinos tengan identidad”.

Explicó que si el Congreso votara la creación de un ingreso universal por hijo menor de edad, de 135 pesos mensuales, eso implicaría una erogación anual de 6.900 millones de pesos anuales, y si fuera de 250 pesos, implicaría una suma de 15.600 millones de pesos más.

“Si el Congreso, independientemente de la discusión sobre si es más conveniente la asignación universal o las políticas focalizadas, lo primero que tenemos que saber antes de discutir es qué masa de recursos vamos a necesitar”, planteó la presidenta al encabezar un acto en la Casa de Gobierno.

En este sentido, sugirió dar el debate en torno a esta iniciativa, “manteniendo además los 10.000 millones de pesos anuales” que garanticen la continuidad de la aplicación de las políticas sociales vigentes.