DE RAÍCES Y ABUELOS

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María Cattarina Tesio, madre de Giuseppe Biotto (le decía Rina).

Siete generaciones, 113 años de historia


Un merecido homenaje realizaron los descendientes del matrimonio italiano formado por Giuseppe Biotti y Caterina Avalle, quienes a fines del 1800, partieron hacia nuestro país con sus primeros hijos.TEXTOS DE MARIANA RIVERA.

Un antiguo sillón hamaca convenientemente reciclado ubicado al lado de un añoso baúl me dieron la bienvenida en el departamento de mi entrevistado: Ricardo Biotti. Pero esos objetos -sobre cuya curiosa historia luego me contaría- no era el motivo de nuestro encuentro ni los únicos objetos a los que haría referencia en su relato.

Él se había comunicado con De Raíces y Abuelos para reseñar sobre el primer encuentro de los integrantes de la familia Biotti, de origen italiano. Se había realizado el pasado domingo 14 de junio, en el Jockey Club de la ciudad de Sastre, provincia de Santa Fe. Participaron 120 personas, descendientes de Giuseppe Biotti y Caterina Avalle, ambos oriundos de Torre San Giorgio, provincia de Cuneo, Italia.

Ellos viajaron a Argentina entre 1891 y 1896, y tuvieron seis hijos: Francisco Domingo y Miguel en Italia; Andrés, Josefa, José y Ángel, en Argentina, quienes extendieron las diferentes ramas de la familia hasta nuestros días.

Giuseppe Biotti -explicó su bisnieto- fue el primer integrante de la familia en pisar suelo argentino. Arribó joven, repleto de fuerzas y esperanzas, y construyó una numerosa familia. Nació en Torre San Giorgio, provincia de Cúneo, región del Piemonte, en el norte de Italia, el 20 de octubre de 1867. Sus padres eran Francesco Biotto y María Cattarina Tesio, sus abuelos paternos Giuseppe Biotto y Agnese Marchisio y los maternos, Giácomo Tesio y María Doménica Beinotti.

Francesco y María Cattarina se casaron en Torre San Giorgio el 7 de noviembre de 1866 y tuvieron seis hijos, todos nacidos en Torre San Giorgio: Giácomo (1869), Andrea (1871), Agnese (1873), Doménica (1875), Guglielmo (1879) y Giuseppe (el mayor de los hermanos, nacido en 1867, quien falleció en Génova el 13 de abril de 1922).

Giuseppe Biotti permaneció en su pueblo hasta su adolescencia. Allí conoció a Caterina Avalle y se casaron en Torre San Giorgio el 7 de noviembre de 1887. Se desconoce a qué se dedicaba por entonces, pero con 21 años residía en Torino y, junto a su hermano Andrea, eran conductores de tranvía.

Aún hoy ignoramos las razones que motivaron a Giuseppe Biotti y Caterina Avalle viajar a Argentina. Lo raro es que el resto de su familia permaneció siempre en Italia. Sólo Giuseppe y su esposa decidieron marchar a nuestro país.

Según la Dirección Nacional de Migraciones y el Museo Nacional de la Inmigración, una tal Caterina Avalle arribó al país el 1º de octubre de 1889. Había viajado en el Buque Adelaide Lavarello, que partió originalmente de Génova. Extrañamente en dicho viaje no hay consignado ningún Giuseppe Biotti/Biotto.

“No sabemos si viajó en otro momento o sólo es un error de registro. Existe un homónimo, cuyo ingreso al país está asentado el 20 de abril de 1885, pero suponemos se trata de otra persona; dado que Giuseppe y Caterina todavía estaban en Torre San Giorgio por entonces, ya que allí se casaron dos años más tarde, en 1887. Sobre esta base, deducimos que ambos viajaron juntos a Argentina y lo hicieron con sus dos hijos mayores: Francisco Domingo y Miguel”, aclaró Ricardo Biotti.

Sin embargo, afirmó que “podemos esbozar una conclusión: nos consta que el segundo hijo, Miguel Biotti, nació en Torino el 6 de marzo de 1891. Giuseppe y Caterina viajaron con sus dos hijos; por ende, la persona asentada en dicha base de datos se trata de una homónima, dado que no pudo haberlo hecho dos años antes que naciera dicho segundo hijo. Finalmente, recurrimos a otra fecha para tratar de plantear nuestra hipótesis: el tercer hijo, Andrés Biotti, nació en Argentina en 1896. Por lo tanto, entre 1891 y 1896, en alguno de esos cinco años, se produjo el viaje a nuestro país”.

EN EL PAÍS

Hacia 1890 el país acogía centenares de inmigrantes y su principal actividad productiva era la agrícola-ganadera. Giuseppe Biotti y Caterina Avalle no fueron la excepción a esta regla. Cuando arribaron a Argentina se radicaron en el interior profundo del país, donde sobraba tierra y posibilidades de progreso.

Se dedicaron a trabajar la tierra y criar ganado. Llama la atención este cambio radical de costumbres y hábitos, dado que Giuseppe era un trabajador urbano en Italia y se transformó aquí en arrendatario y agricultor.

Apenas arribados a Argentina, se radicaron en Colonia Santa Elena, departamento Las Colonias, provincia de Santa Fe, cerca de la localidad de Sarmiento. Sus familiares no tienen certeza sobre cuánto tiempo permanecieron allí ni el grado de afincamiento y desarrollo que habían alcanzado. Sólo saben que allí nació el tercer hijo: Andrés Biotti, en 1896.

De Colonia Santa Elena, se mudaron a El Trébol, departamento San Martín, aunque no se sabe con exactitud la fecha. Sin embargo, Ricardo Biotti advirtió que “dos de sus hijos, José y Ángel, nacieron en esa localidad entre enero de 1903 y diciembre de 1905, lo que quiere decir que, entre 1896 y diciembre de 1905, vivieron en estos dos sitios. Sin embargo, en 1898, nació en Crispi el cuarto hijo del matrimonio: Josefa. Lo más probable es que hayan estado allí un pequeño período arrendando una parcela de campo y luego retornaran a El Trébol”.

ÚLTIMOS DESTINOS

Posteriormente, la familia volvió a radicarse a Crispi, ya definitivamente, pero no hay precisiones de la fecha. Sí se sabe que los motivos de esa nueva partida fueron de estricto carácter económico: los campos en El Trébol eran muy costosos y todo lo producido en base a esfuerzo y trabajo no alcanzaba para adquirir la primera parcela. Lindero a la zona denominada Media Luna pudieron concretar ese sueño.

En Crispi, Giuseppe y Caterina también consiguieron ver el progreso de sus hijos y la formación de sus respectivas familias. La pareja, ya madura, encontró en ese pequeño pueblo la plenitud de su desarrollo. Pero luego volvieron a trasladarse a la vecina ciudad de Sastre, cabecera del departamento San Martín, adonde compraron una casa, en pleno ejido urbano.

Promediando su adultez, Giuseppe Biotti sufría de diabetes. A la par del deterioro visible de su salud, nunca dejó de pensar en su tierra natal. Cuando intuyó que su mal no tendría cura decidió regresar a su patria, a morir. Partió rumbo a Génova con Caterina el 22 de marzo de 1922; él tenía 55 años y ella 56.

Pero al llegar debió ser internado en el Hospital de Pammatone, adonde falleció luego de un par de días. Tras el fallecimiento de Giuseppe, Caterina Avalle no regresó de inmediato a Argentina. Permaneció en Italia varios meses y los aprovechó para reencontrarse con su familia y la de su marido. Hacía años que no se veían personalmente.

De regreso de Italia, Caterina se instaló en su casa de Sastre, adonde vivió unos años acompañada por su nieta Catalina, hija de Francisco Domingo Biotti. Al tiempo pidió a su hijo Ángel si podía ir a vivir con él y su familia. “Quizá presintió que su final estaba cerca o extrañaba la vida cotidiana típica de todo hogar. Para esa época, él arrendaba el campo de Juan Noca, ubicado frente al Cementerio Municipal de Sastre. Con Caterina, también se estableció Catalina Biotti, su nieta. Cuando Caterina enfermó, cayó en cama y ya no pudo recuperarse. Permaneció ese tiempo siempre postrada. Falleció el 3 de mayo de 1935, a los 68 años”, contó Ricardo Biotti.

Sin embargo, dijo que “desde la fecha de arribo de Giuseppe y Caterina a la actualidad han pasado 113 años. En todo este lapso, la familia ha crecido y se ha ampliado hasta alcanzar ya el primer miembro de su séptima generación. Por ello, justo es reconocer todo el esfuerzo y trabajo que desarrollaron sus dos miembros fundadores, para que la familia pueda prosperar, tenga oportunidades de progreso y perdure en el tiempo”, concluyó.



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Andrea Biotto con su esposa Anneta y su hija Rita.

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Foto frente a la casa del campo en Crispi: Catalina Avalle y Giuseppe Biotti, con sus hijos Angel y Miguel (sentados), Josefa, Francisco, Andrés y José.

Siete generaciones, 113 años de historia

La reunión familiar de los Biotti se realizó el 14 de junio en Sastre.

BAÚLES, CARTAS Y OTROS RECUERDOS

Un gigantesco árbol genealógico recibió a las 120 personas que participaron del encuentro de la familia Biotti, en Sastre, adonde se recordó y homenajeó a los antepasados. Para organizar el encuentro se formó una comisión integrada por un representante por cada rama de la familia, la que se encargó de todos los detalles.

Luego de compartir un almuerzo de camaradería, firmaron un pergamino alegórico y se entregaron presentes a las siete nietas de Giuseppe y Caterina, de la tercera generación, y al bebé que inició la séptima generación.

“Hace años, mi viejo (Armando Ángel Biotti) armó un bosquejo a mano alzada sobre los orígenes de la familia, que conservo, gracias a su memoria impresionante, y me dio cientos de fotos. Lo único que hice yo fue perfeccionarlo”, admitió Biotti, quien pudo realizar este árbol genealógico (que tiene referencias sobre más de 500 personas y más de 350 fotos) con la ayuda de un programa informático y gracias al aporte de variada información que venía recopilando.

Y continuó explicando: “Él guardó todo y yo lo compaginé; incluso, él fue el mentor del encuentro familiar, pero falleció hace tres años. Armé alrededor de seis biblioratos con documentación que había guardado. Eran 23 cartas (fechadas entre 1924 y 1947) que mandaban los parientes de mi bisabuelo, que estaban en ese baúl que tengo en mi living, que estaba en el campo en Crispi y lo encontró mi viejo. Las hice traducir y me dieron mucha información sobre la familia allá. También tengo el sillón de mi bisabuela, que estaba en el campo e hice arreglar”.

Biotti también conserva el carné de conducir de su bisabuelo (conductor de tranvías en Torino, que data de 1888); los pasaportes de sus bisabuelos, entre otra documentación que fue consiguiendo a partir de ponerse en contacto -vía postal y luego por e-mail- con familiares italianos.