José Baucero acusa de “movimiento cuasi sedicioso” a la protesta del campo
Soja: un discurso K entre los senadores justicialistas
Para el senador por San Javier, los dirigentes ruralistas que critican al gobierno nacional “van a la derecha o a la izquierda del mercado pero siempre contrarios a los destinos de la patria”. Habla de la “desigualdad social” como efecto del “monocultivo”. Sorpresa en el Senado.
José Baucero representa a San Javier en la Cámara Alta santafesina. Más de un año después de la votación de la 125, difundió su posición.
Foto: mauricio garin
Luis Rodrigo
Los senadores reutemannistas apretaron los labios, arquearon las cejas y se miraron con preocupación cuando el senador por San Javier terminó de leer los fundamentos de lo que parecía un pedido de informes más.
Prefirieron no hablar del tema, mientras desde el oficialismo los senadores del socialismo y el radicalismo los miraban, intrigados, seguramente disfrutando del frente interno tormentoso que parece empezar a formarse en la bancada opositora mayoritaria de la Cámara Alta.
Con rostros cada vez más desencajados, los miembros del bloque del PJ escucharon expresiones que abiertamente rechazan el lenguaje político que triunfó en las elecciones del 28 de junio.
Términos como “monocultivo”, “sojización”, “soja-dependencia”, “planificación agrícola”, “pérdida de nutrientes del suelo” o “devaluación del patrimonio natural”, no caben en las posiciones contrarias al gobierno nacional que -recién en el último de los 6 años de su mandato actual- asumió Carlos Reutemann como senador por Santa Fe.
“Sólo falta que diga que la soja es un yuyo”, bromeó un asesor del bloque del oficialismo, que se quedó corto. Para Baucero los productores agropecuarios que protagonizaron las protestas y piquetes que impedían la circulación en las rutas fueron parte de “un movimiento cuasi sedicioso que desafió al gobierno nacional”, impulsado por “los residuales históricos de sectores o grupos sin banderas, que por sobre todas las cosas sólo responden a sus intereses y van a la derecha o a la izquierda del mercado pero siempre contrarios a los destinos de la patria”.
Los fundamentos
Los pedidos de informes se aprueban siempre por unanimidad y eso mismo ocurrió el jueves pasado en el Senado con el de Baucero. Aunque era evidente que había dejado incómodos a la mayoría de sus pares.
En su parte resolutiva, el senador pregunta por políticas públicas provinciales “frente al constante avance de la soja y la preocupación por lo que podría convertir a la agricultura en una actividad de “monocultivo’ o “soja dependiente’. Lamentablemente, a la fecha desconocemos inquietud gubernamental alguna”, por parte de la provincia, comenta en los considerandos.
Afirma que al tomarse decisiones sobre “el complejo oleaginoso, no podemos quedar circunscriptos sólo a un análisis económico de esta leguminosa”.
Reclamo a la provincia
Aclara que “no hay en este senador otra intencionalidad que la de pretender que el Estado provincial avance en un análisis de la actual situación, dado el deterioro que la siembra de soja está provocando no sólo en otros cultivos sino también dentro de la actividad pecuaria y la consiguiente afectación de la industria que se relaciona con la actividad”.
Más adelante, citó la victoria del peronismo en Santa Fe, del 28 de junio: “No estoy abusando de los resultados electorales favorables, ni quiero especular con la incoherencia que este gobierno ha demostrado hasta la fecha a la hora de realizar una auténtica y real política de Estado; estoy llamando, insistiendo, como lo venimos haciendo los senadores justicialistas hace ya más de un año en la necesidad de generar políticas ciertas y válidas de planificación ante los nuevos hábitos de un mundo globalizado que demanda una planificación estratégica para la agroindustria”.
Expresa que “la actual situación rural, nos obliga a convenir, acordar y decidir medidas que alienten a una adecuada planificación agrícola - industrial, a fin de salvaguardar la aguda concentración de la agricultura hacia un monocultivo que considero puede ocasionar en el tiempo, lo que ya algunos analistas dan en llamar la “soja dependencia’ ”.
Intereses económicos
El legislador invita a ver la situación de pobreza y desigualdad extrema del Paraguay “donde la producción de soja se desarrolla sin una política de planificación agrícola, ni de arancelamiento impositivo”.
“La constante pérdida en los nutrientes de la tierra de nuestros campos, se traduce en una devaluación del patrimonio natural y provoca en forma directa una subsidiaridad económica a favor del comprador del grano que nadie valora al momento de opinar sobre los buenos o malos precios de mercado”, afirma.
Subraya luego que compradores de materias primas como China o la India hoy aumentan su consumo de leche de 9 a 28 litros per cápita.
Sostiene que el movimiento ruralista del segundo semestre de 2008 enfrentó “un gobierno dispuesto a fortalecer su economía, proteger el consumo interno y provocar una mayor justicia social”.
Afirma que entonces “muchos productores agropecuarios cayeron en la trampa y fueron usados como chivo expiatorio en un movimiento cuasi sedicioso que desafió al gobierno nacional afectando la convivencia de nuestras comunidades a las que pretendieron inclinarlas hacia la defensa de intereses económicos, que no sólo están en la cadena especulativa de la soja, sino también en la lechería, la ganadería o el agua, y son los residuales históricos de sectores o grupos sin banderas, que por sobre todas las cosas sólo responden a sus intereses y van a la derecha o a la izquierda del mercado pero siempre contrarios a los destinos de la patria”.
