Diego López Casanello

“La ecoeficiencia es negocio”

Para el joven presidente de Basf Argentina, sucursal de la empresa química más importante del mundo, las tecnologías amigables con el medio ambiente y las personas son el verdadero desafío para las firmas que lideran el mercado.

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Para Basf, claramente el mejor negocio en Sudamérica es el agro y “trabajamos en ese sentido”, remarcó Lopez Casanello.

Foto: Néstor Fenoglio

Néstor Fenoglio

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En el marco del congreso de Aapresid, Diego López Casanello ratificó que el agro es el negocio más importante de Basf -una química “flexible” de origen alemán y de variados negocios, líder mundial en su rubro- en Argentina y Sudamérica, ratificó un plan de inversiones a largo plazo y enfrentó de lleno un tema de creciente presencia en los debates sobre cualquier esquema productivo: el ecoprogreso.

La juventud de Diego López -tiene 34 años- y su estilo afable y franco, no debe llamar a engaños: es una persona en extremo preparada, con más de una década en Alemania donde ocupó diversos cargos gerenciales en la casa matriz. Me sorprende siempre cuando dialogo con personas que tienen tamañas responsabilidades, el grado de anticipación y planificación que manejan. Es probable que nosotros estemos pendientes de una lluvia, o del último capítulo en la pelea campo-gobierno, con visión coyuntural... Y no es que ellos -los responsables de firmas de primera línea- no tomen nota o no los afecten esos problemas. Simplemente, ven las cosas desde otro punto de vista, global y estratégico.

López Casanello despeja rápidamente las cuestiones coyunturales y analiza algo inobjetable: el mundo demandará más y mejores alimentos, y Sudamérica es uno de los polos -o acaso el máximo- con mayor potencialidad para producirlos.

En el contexto mundial, el negocio de Sudamérica representa aproximadamente sólo un cinco por ciento de la facturación total de Basf. Sin embargo la agricultura es para Basf en Argentina, lo que es la química para Asia.

En consecuencia, Basf, que en Argentina tiene variados negocios específicamente “químicos” -empezando por el petróleo y sus aplicaciones-, no duda en asociar su firma al agro como el principal negocio posible en la próxima década. Y la apuesta va hacia allí, sin distracciones: “somos acá la región con más potencialidad para el crecimiento de la agricultura en los próximos años”.

-¿Qué los hace ser tan optimista en un contexto local y global que no lo es?

-Estamos en un contexto internacional de crisis, claramente, es cierto. Pero en realidad, la agricultura es el sector más resistente a este tipo de situaciones, porque está basada en la demanda de alimentos, y ésta sigue y seguirá creciendo de acuerdo con el crecimiento poblacional internacional. Es una pena que Argentina pase una situación de sequía, y por una situación política complicada que no nos permite sacar alimentos y ayudar a que el sector aporte lo suyo. Pero nosotros estamos convencidos de que en diez o quince años, el país puede duplicar su producción agrícola. Hay un potencial inmenso en este país, y Basf apuesta fuerte, con una muy importante inversión a futuro, en investigación, en innovación y desarrollo.

La apuesta de Basf está muy ligada al campo con una clara apuesta al sector, incorporamos más técnicos para acompañar a los productores y a nuestros distribuidores. Nosotros vemos muchas posibilidades. Más allá de las coyunturas creo que estamos condenados a crecer, por usar una frase conocida. El sector agropecuario argentino es muy profesional. Yo vengo de Europa; hace más de una década que estoy allí y puedo asegurar que vengo al primer mundo en materia agrícola. Estamos lejos de los estándares que se ven en Europa. Esto me pone muy orgulloso y y me ratifica la idea de que tenemos una gran potencialidad.

-¿Cuáles son los negocios de Basf en el país?

-Tenemos presencia en varias industrias. Basf es la principal empresa química del mundo hoy. En la industria automotriz, por ejemplo, siete de cada diez autos que se fabrican, utilizan pinturas de Basf. Estamos muy presentes en la industria del plástico, de químicos de distinta performance, contribuimos con varias líneas de producción local de estas tecnologías.

Pero claramente la industria más importante de Basf en Argentina, no sólo hoy sino hacia futuro, está ligada con el agro. Nosotros tenemos herbicidas, insecticidas y fungicidas y estamos con la idea de lanzar en los próximos años un producto de utilización masiva en el mercado agropecuario. Vamos a ser la empresa con mayor cantidad de lanzamientos tecnológicos en los próximos cinco años en el rubro en que nos movemos. Y pensamos invertir más de cien millones de pesos en esta industria en ese período...

-¿Cómo resuelve una empresa química la necesidad de producir tecnología sustentable, que no dañe el medio ambiente?

-El actuar en este mercado requiere una responsabilidad hacia el medio ambiente y las personas muy alta. Estamos acá para quedarnos los próximos 700 años y eso exige prácticas y direcciones sustentables.

Nosotros invertimos 300 millones de dólares solamente para sacar una nueva molécula al mercado. Estas moléculas pasan por más de 800 estudios de toxicología, de impacto medioambiental. Tenemos que estar ciento por ciento seguros de que lo que lanzamos al mercado es realmente en base a esos requerimientos.

El tema sustentabilidad, el de la ecoeficiencia están muy altos en nuestra agenda; de hecho tenemos una competencia en el campo de la ecoeficiencia muy alta, que queremos traer a la Argentina: estamos haciendo estudios en Brasil en diferentes fazendas donde proponemos un balance ecoeficiente, desde la producción de las materias primas que van destinadas a la producción agrícola, hasta la aplicación de los productos que se producen en esas fazendas; ayudamos a esos productores a buscar aquellos ámbitos donde puede optimizar su balance ecoeficiente.

Y aquí quiero demitificar ciertos prejuicios. La industria química a pesar de tener en el imaginario de la gente una primera impresión como que ensucia el ambiente, es en realidad la única que toma por ejemplo el petróleo y lo convierte en otros objetos en vez de quemarlo hacia el medio ambiente. La industria química tiene un perfil ecoeficiente de sustentabilidad muy favorable. Especialmente allí ponemos el foco, en productos que proporcionen un ahorro de energía o una reducción del impacto medio ambiental.

-Hay una mayor conciencia de todos, fabricantes y consumidores, respecto de la sustentabilidad; y hoy se discute francamente sobre el impacto y los beneficios de determinadas tecnologías...

-Es que es un camino sin retorno. Hoy sabemos que la aplicación de algunos fungicidas ayuda a la fisiología de la planta, de manera que capture por ejemplo más carbono de la atmósfera. Estamos haciendo estudios para comprobar ese efecto y es una oportunidad incluso para que el productor participe en el comercio de bonos de carbono. No sólo es una responsabilidad nuestra, sino que es una oportunidad de negocio. La sociedad requiere soluciones sustentables y ecoeficientes. Nosotros lo tomamos como una oportunidad: quien mejor resuelva esa ecuación y ese desafío, subsisitirá.

 

Invertimos u$s 300 millones solamente para sacar una nueva molécula al mercado. Antes pasan por más de 800 estudios de toxicología, de impacto medioambiental.

 

 

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¿Quién es?

Diego López Casanello es, desde diciembre de 2008, el nuevo presidente de BASF Argentina S.A., BASF Poliuretanos S.A y el Managing Director del Business Center South America-South que involucra Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.

Previamente, ocupó el cargo de Director de Protección de Cultivos en el Sur de Europa.

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EN RELACIÓN

Lanzaron Heat

Con una cena-show, Basf presentó en Rosario Heat, un herbicida que se aplica junto con glifosato y garantiza el quemado rápido y total de malezas de hoja ancha, resistentes y tolerantes.

Para la firma, la introducción de Heat en la Argentina “representa la opción más innovadora disponible en el mercado, en respuesta a la actual problemática del control de malezas, ya que garantiza un quemado rápido y total. Se trata de un herbicida que se utiliza en barbecho químico y tratamiento de manejo pre-siembra en soja, maíz, maní y sorgo”.

Heat fue diseñado para ser aplicado con glifosato y una de sus principales ventajas es ser compatible con todas las formulaciones de dicho herbicida que se encuentran en el mercado, ya sean sólidas o líquidas.