Vigilia en las calles del centro

Color y ruido, en medio del dolor

La calle Primera Junta fue ocupada desde San Jerónimo hasta casi la peatonal por manifestantes de derechos humanos, militantes y ciudadanos que asisten al juicio histórico. En la misma calle, con tres vallas de por medio, había unas 20 personas que se oponen al proceso judicial.

Luis Rodrigo

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“Allá está Griselda, vamos”, dijeron las querellantes antes de ingresar a la Sala de Audiencias, al ver a la vicegobernadora. Se abrazaron y lloraron. Después, la Dra. Tessio dijo a los medios, todavía emocionada, pero siempre entera: “No puedo decir que éste sea un día de alegría, se van a renovar -como ayer pasó en Rosario- los profundos dolores que muchísima gente vivió”.

La vicegobernadora, que actuó como fiscal federal en las causas que ahora se revisan judicialmente, habló temprano con un grupo de periodistas. Lo hizo cuando aún la movilización de las organizaciones que apoyan el juicio era escasa y las caras de siempre del no a la amnistía, no al punto final, no a la obediencia debida, de varias décadas, se podían adivinar desde el otro lado de las vallas, a donde se ubicaron quienes rechazan la actuación de la Justicia, sobre todo los familiares de Eduardo Ramos.

Según avanzó la mañana, fue cada vez menos un martes gris y lluvioso. Se iluminó otro día, ajeno a las rutinas financieras, comerciales o festivas de un día hábil en el microcentro: banderas coloridas, algunos cohetes y cánticos -se va a acabar, se va a acabar- pero sobre todo las fotos sin colores de los que no están, con sus miradas increpantes, testimoniales.

La manifestación en favor de justicia que esta mañana sacudió a la calle Primera Junta fue una de las más nutridas en la capital provincial, sólo comparable a la muchedumbre que se reunió para recordar los 20 años de los efectos del 24 de marzo de 1976. Desde San Jerónimo hasta casi la peatonal se ubicaron quienes viven un día soñado, esta vez hubo más abrazos que gritos.

Hubo una fuerte presencia de militantes de derechos humanos, ciudadanos, dirigentes gremiales de Amsafe, CTA y ATE, y también -en menor medida- de organizaciones de izquierda como la Federación Juvenil Comunista, el Movimiento al Socialismo y el Movimiento de Liberación Territorial.

Estuvieron algunos pocos legisladores: los diputados provinciales del Frente Progresista Antonio Riestra (que en ese ámbito es “Toni”) y Marcelo Brignoni. Un letrero anónimo en manos de alguien que sufre dice: “Asesinos que regresan a explicarnos que no hicieron nada... No sé dónde poner tanta tristeza”.

“No inventábamos”

“Después de tantos años y de tantas luchas, sobre todo de las Madres, de Abuelas y de los organismos de derechos humanos, esto llega a su fin. También, por un grupo de fiscales que -de la mano y con el apoyo del Dr. Righi- pudimos seguir investigando”, comentó Griselda Tessio al recordar las restricciones del punto final y la obediencia debida, que dejaron sólo el atajo de los juicios por la verdad, que -al decir de algunos manifestantes- ahora sí son juicios de verdad.

La vicegobernadora recordó la actuación de “los antropólogos forenses que desde la ciencia vinieron en auxilio de la acción jurídica, y de los investigadores de historia, que nos enseñaron a interpretar la documentación.

Esto es el fruto de toda esa gente que trabajó en silencio, de tantos casos durante muchísimos años, hoy tenemos este resultado”.

“Como les decía hoy a las chicas (las querellantes y las madres), vamos a escuchar relatos de los que sobrevivieron para contarlo, y de los que no, vamos a escuchar testimonios... sobre algunos que ya no estan. Sabemos que hay una deuda pendiente: todavía queremos saber dónde están los niños de los que se apropiaron, todavía queremos saber dónde están los restos de los que ocultaron”, dijo la vicegobernadora.

“Primero decían que mentíamos y que inventábamos, cuando hablábamos de los vuelos de la muerte... Después (Adolfo) Scilingo y otros admitieron que fueron asesinados de una manera terrible una enorme cantidad de muchachos y muchachas en la Argentina”, finalizó.

Color y ruido, en medio del dolor

Un grupo de personas apoyó al acusado Eduardo Ramos y pidió su libertad. Entre ellos estaba su esposa.

Foto: Guillermo Di Salvatore

“No hay garantías”

Los familiares y amigos de Eduardo Ramos, y otras personas que rechazan la actuación de la Justicia, se manifestaron en la calle desde esta mañana. Repartieron volantes que recuerdan la violencia de los años de la década del “70, cuando se enfrentaban los grupos armados como ERP y Montoneros con el Ejército.

Para Alicia Velázquez, esposa del acusado Ramos, “el juicio no ofrece las garantías que debería tener”. Afirmó que “tras 5 años de estar preso - preso político- no tenemos esperanzas de que haya justicia: porque no es políticamente correcto que la haya”, afirmó.

Unas 20 personas, algunas con remeras blancas con la leyenda “libertad a Ramos” se instalaron en la esquina de Primera Junta, a metros de San Jerónimo junto a la Lotería, para expresar su punto de vista contrario a los juicios.

Color y ruido, en medio del dolor

En las inmediaciones del edificio del Tribunal Oral se congregó un importante número de militantes de derechos humanos, ciudadanos comunes, dirigentes gremiales y políticos. La vicegobernadora Griselda Tessio habló de estos años de investigaciones judiciales.

Foto: Amancio Alem

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Naranjas

Serios y bien vestidos, concentrados en poder sacar provecho de la oportunidad que aguardaban, unos treinta jóvenes formaban una fila tensa, sobre la vereda de San Jerónimo, rara sin tránsito vehicular. Respondían a una vacante laboral, ofrecida por una empresa financiera cuyo emblema comercial es su tarjeta de compras. Algunos preguntaron ¿qué pasa? al ver los manifestantes que se concentraban en Plaza del Soldado.

Santas tormentas

“Santa Rosa me cumplió”, habrá pensado el vendedor de paraguas que desempolvó la mercadería que parecía un clavo durante tantos meses. Hizo su agosto el primero de septiembre. “La tormenta no falla, eso sí, con más o menos 6 meses antes o después”, dijo un conocido policía de civil que, ya no resulta un secreto para nadie y se tutea con los manifestantes de las organizaciones de izquierda.

Ladridos

El microcentro sin autos es como Santa Fe sin cerveza. Perros alarmados por la carencia de ruedas que ladrar se entretuvieron con los cohetes, los redoblantes y las pancartas. A los vendedores de ropa económica y artículos plásticos, brillantes e importados la jornada no los ayudó.