Anoche en el Concejo Municipal
En pocos días comienzan a regir
los nuevos valores en las multas
Con el total acuerdo de los bloques que componen el Concejo Municipal, se aprobaron los incrementos de las penas a las infracciones en el tránsito. También se dio el visto bueno a la investigación de la gestión Balbarrey.
De la Redacción de El Litoral
Con el consenso de todos los bloques, el Concejo Municipal sancionó anoche la modificación en los montos de multas establecidas en el Régimen de Infracciones y Penalidades -ordenanza Nº 7.882-.
En el recinto, siguieron las instancias de la aprobación familiares y amigos de Belén Luna, la joven de 18 años que falleció en un accidente que se produjo en la esquina de La Rioja y 25 de Mayo el sábado 22 de agosto.
A la propuesta enviada por el Departamento Ejecutivo se le realizaron cambios en los montos de las multas y el justicialismo sugirió destinar parte de lo que se recaude del cobro de multas durante los primeros seis meses a señalización de la vía pública y penar a los conductores que circulen con los vidrios tonalizados más de lo permitido.
Así, por ejemplo, se determinaron multas -ver cuadro- que van de los 800 a 3.000 pesos, para quienes obstruyan la realización de procedimientos de inspección y la misma suma al conductor que se niegue a realizar las pruebas o test o inhabilitación para conducir hasta por 180 días.
Circular, girar o cruzar sin respetar los límites reglamentarios de velocidad será penado con multas de 500 a 5.000 pesos. Cuando la velocidad comprobada supere en 20 km/h hasta 40 km/h la velocidad máxima permitida la multa se agravará de 800 a 8.000 pesos. Cuando se supere en más de 40 km/h la velocidad máxima permitida la multa se agravará de 1.000 a 10.000 pesos. En todos aquellos casos en que la velocidad comprobada sea pasible de sanción agravada, corresponderá además la pena de inhabilitación de hasta 180 días.
Si algún conductor resuelve andar en sentido contrario al establecido en calles o avenidas de único o doble sentido de circulación el monto de la pena es de 100 a 3.000 pesos y cuando la arteria y cruce de calles esté debidamente señalizado el mínimo será de 400 pesos.
La colocación de vidrios de seguridad que no sean normalizados o con un grado de tonalidad que dificulte visualizar nítidamente al conductor y transportados se aplicará una sanción que va de los 50 a los 500 pesos.
Satisfecho
El secretario de control del municipio, Cornelio Collins, se mostró satisfecho con la modificación y adelantó que las multas comenzarán a aplicarse en la ciudad a partir de los 10 días hábiles luego de la sanción aproximadamente.
Sobre el modo en que se determinarán los valores en cada infracción el secretario explicó que generalmente se aplican los mínimos y “si la causa es contravencional o concurren elementos que la agravan el juez de faltas sube la sanción”. La sucesión de faltas es motivo de incremento de la multa, es decir, la gravedad y la reincidencia.
“La modificación de la ordenanza lleva a que la multas recuperen su carácter punitivo; definitivamente no deben ser accesibles, al contrario, deben crear una pena difícil de superar para que desalienten la conducta contraventora y nos lleve al plano del comportamiento solidario”, señaló Collins y agregó que puede ser una herramienta para cambiar la situación actual.
Según el funcionario la política del municipio en materia de tránsito no se agota en el aumento de las penas sino que se acompaña con trabajos en las calles. “Es un circuito que empieza con tener inspectores que garanticen una tarea correcta, con la vía pública en condiciones a través de semáforos sincronizados, con el control del trabajo del personal y un especial cuidado en el labrado de las actas y en el funcionamiento debido del sistema informático”.
¿Por qué no se respetan?
Antes de votar las modificaciones referidas, los ediles justificaron los incrementos y los defendieron diciendo que era “una política de Estado”.
Carlos Pereira, concejal del Frente Progresista, aseguró que la suba de las penas “no es la panacea sino una medida más ante un problema que todos los especialistas señalan como una pandemia”.
El aumento de las multas, según Pereira es también preventivo. “Mejorar la conducta de los ciudadanos en el tránsito depende de una serie de acciones que abarcan desde la educación, pasando por el proceso de control para terminar en la sanción que se da cuando todo lo demás fracasó”, puntualizó el edil.
Por su parte, su compañero de bloque, Carlos Suárez, se refirió a la necesidad de trabajar “en la construcción de ciudadanía”. “Eso tiene que ver con repasar el porqué no respetamos las normas. Es en el ámbito de la familia, como sea que esté formada y desde aquí, donde debemos discutir por qué no cumplimos las reglas”, manifestó Suarez y agregó que esas violaciones a las normas muchas veces terminan en actitudes asesinas.
Luciano Leiva -FPV- se pronunció en el mismo sentido diciendo que los incrementos de las sanciones no son la solución. “Debemos insistir con el control y la prevención, la falta de respeto a las normas tiene que ver con la historia del país. En la medida en que se respeten las instituciones y que se sancione a quienes con poder violaron la norma y no sólo a los perejiles, se mejorarán las conductas”, aseguró.
María Lastra -SFF- recordó, entre otras cosas, la cantidad de lesionados que dejan los accidentes de tránsito e hizo pública la predisposición para revisar el Reglamento de Tránsito las veces que sea necesario, de acuerdo con lo que ocurra en la realidad.
Noelia Chiementín -ARI- señaló que esta semana, en la reunión del Consejo Asesor de Tránsito se coincidió en la necesidad e importancia de que el Estado cumpla con la semaforización y la señalización “para que quien incumpla con las reglas sepa qué está haciendo”.