La llegada de Rubén Rossi a Santa Fe...

“Pepino” se abrazó con su papá y le dio la medalla

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La llegada de Rubén a la sede de Colón, donde fue agasajado por una multitud, además de sus padres y dirigentes.

Foto: Archivo El Litoral.

Cuando aterrizó en el Aeropuerto de Sauce Viejo la máquina Fokker F 28 de Aerolíneas Argentinas, se abrió la puerta y apareció la figura de Rubén José Rossi, miles de papelitos invadieron el espacio, mientras cientos de personas estallaron con cálidos aplausos y una gran ovación para recibir al pibe que se clasificó campeón mundial juvenil en la segunda versión desarrollada en Japón.

En la confitería, dialogaban con dirigentes, amigos y simpatizantes tres reconocidas figuras que habían defendido los colores sabaleros: el santafesino Hugo Eduardo Villaverde, el salteño Osvaldo Diosnel Mazo y el chaqueño Enrique Rodolfo Zimmermann, integrando reconocidos equipos dirigidos por el “Gitano” Juárez y el “Vasco” Juan Eulogio Urriolabeitia, a punto de partir hacia Buenos Aires para reincorporarse al plantel profesional del Club Independiente de Avellaneda.

También se hicieron presentes en la estación aérea, el capitán del campeón de 1965 de Primera “B”, Jorge Omar Sanitá y los juveniles, compañeros de “Pepino” Rossi, en las inferiores sabaleras y que estaban en el plantel profesional: el centrodelantero Pedro Pablo Pasculli (fue campeón mundial en 1986, en México, siendo compañero de Nery Alberto Pumpido y Diego Armando Maradona, entre otros, en el equipo dirigido por Carlos Salvador Bilardo), el defensor lateral izquierdo Carlos Roberto Schneider y el volante central Roberto Gustavo Marioni.

Justo José Rossi

El “Pato” Rossi se inició en Unión, su mayor virtud como centrodelantero era su dinámico salto y la efectividad en cada cabezazo, tuvo un fugaz paso por River Plate y llegó a actuar en alguna ocasión en Colón.

Años después comenzó a trabajar en las inferiores de Colón y dirigió el equipo de primera división durante las temporadas de 1977 y 1978, llevando a su hijo “Pepino” a las inferiores de la popular entidad santafesina.

El flamante campeón mundial juvenil tras abrazarse con su padre, muy emocionado, le dijo: “Esta medalla es para vos, viejo, te la merecés por todo lo que hiciste por mí”.

A continuación, el futbolista se apretujó con su mamá María y su abuelo Valentín, otros familiares, vecinos y amigos, estallando en lágrimas cuando recibió las felicitaciones del periodista Israel Rodolfo Raviolo, quien fue uno de los primeros en apoyarlo al entonces pibe del barrio Barranquitas.

Caravana

Seguidamente, partió una caravana conformada por automóviles, camionetas, colectivos, motos y hasta bicicletas, que recorrió con fervor popular la Ruta Nacional 11, las avenidas Luján y 7 de Marzo de la ciudad de Santo Tomé, los puentes sobre el río Salado y al llegar frente a la sede del club Colón lo aguardaba una multitud.

En la entidad donde surgió Rubén Rossi, se reiteraron las escenas de júbilo y alegría popular por el arribo del hijo pródigo quien llegaba lleno de gloria y con el título universal, habiendo demostrado alta jerarquía en cada presentación, y cumplido con notable calidad su labor, además de formar una dupla central de notable calidad con Juan Simón. Los dirigentes y las autoridades policiales fueron desbordados por la efusividad del público, y se vivieron escenas de alto contenido emocional de los socios, hinchas y simpatizantes de la institución rojinegra hacia la figura del juvenil futbolista, al ritmo de cánticos, bombos y otros instrumentos musicales, bombas de estruendo, papelitos picados, flores, obsequios y fuegos artificiales.

Declaraciones

Rescatamos algunos conceptos del joven futbolista, desde uno de los balcones de la entidad: “Esta medalla no es sólo de Rossi, también es de todos ustedes; además de Colón y de Santa Fe, que es lo más grande que llevo en mi corazón. Estuve en Alaska, en Japón y en Estados Unidos, pero siempre mi corazón recordaba a Santa Fe, porque siempre pensé en ustedes”.

Al ser consultado por la prensa, Rossi recordó que la recepción en Buenos Aires “fue bárbara, pero esto de Santa Fe, supera cualquier cosa. No sé qué decir, es realmente increíble, la gente de Colón es simplemente maravillosa...”.

Sobre el seleccionador nacional, afirmó que “¿Menotti? Más que un técnico, es un hermano, un amigo, de ésos del café, con el que podés jugar al billar o a las cartas. Un fuera de serie”.

En Barranquitas

Más tarde, Rossi se dirigió hasta el domicilio paternal, en calle Gutiérrez al 3400, en Barranquitas, donde lo aguardaban parientes, vecinos, amigos, quienes le tributaron su última alegría de esa jornada, que se prolongó hasta avanzada la madrugada del día siguiente.