Nueva obra de Javier Daulte

“Caperucita” atrapada en la red familiar

El exitoso autor y director partió del cuento clásico para analizar las relaciones familiares actuales. La obra estrenó el miércoles en el Multiteatro de Buenos Aires.

Télam

Javier Daulte, en su doble condición de autor y director, estrenó el miércoles en el Multiteatro “Caperucita”, una traslación del cuento tradicional a las conflictivas relaciones familiares en el mundo contemporáneo.

“Dos elementos del cuento infantil me interesaron para experimentar en una obra de teatro señaló Daulte a Télam: una era la idea del monstruo. Me planteé qué era eso del monstruo que pudiera sacarse de la literatura infantil para llevarlo a una situación contemporánea y local. Me pregunté cuál sería el equivalente y qué función tendría dramatúrgicamente.

“En segundo término me interesaba la red vincular del cuento, que parece tan simple, pero que encierra una complicidad que lleva a investigar por qué la madre de la protagonista, si es su propia madre la enferma, no va ella a verla en lugar de mandar a su hija a un lugar donde hay peligro agregó y me pareció fascinante resolver esa incógnita a través del espectáculo”.

Elenco destacado

Ese trío de mujeres de tres generaciones diferentes está interpretado por Valeria Bertuccelli (Silvia-Caperucita), Alejandra Fletcher (la madre) y Verónica Llinás (la abuela).

“Creo que la muerte de la madre para una mujer es intramitable -subrayó-, a tal punto que pone en peligro la vida de su hija con tal de no ser testigo de ese desenlace”.

En cuanto al temido lobo del cuento, tiene su equivalente en Víctor, el novio de Silvia (Caperucita).

“En realidad, es alguien que deviene en monstruo aclaró, que tiene motivaciones para convertirse y a partir de ese momento ya no puede discernir nada”.

Después de un momento de reflexión, Daulte sostuvo que “todos podemos convertirnos en monstruos pero, en realidad, ese individuo no se siente como tal, está solamente buscando su objetivo. En cambio, cuando se trata de un animal su monstruosidad está en su ADN, es monstruo por naturaleza.

“Si esa motivación es llevada a un extremo, ya no puede intervenir más ningún tipo de lógica ni de razón compartible afirmó. Eso es lo que me parece que termina convirtiendo a cualquiera en un monstruo”.

Lo que convierte a Víctor, el novio de Silvia, en monstruo tiene que ver con la desesperación amorosa.

Respeto al cuento

Como autor Daulte reconoció que, si bien el cuento original es muy breve, de sólo dos carillas, está respetado en su versión: hay una circunstancia que es una abuela enferma y una nieta muy preocupada.

“Lo que yo introduzco en la obra es que Silvia quiere dar por terminada la relación que había comenzado con Víctor relató porque en este momento está concentrada en la salud de su abuela y no le da el corazón para darle un lugar a ese hombre”.

Estas tres mujeres viven juntas, son de una clase media empobrecida, son dos generaciones de madres solteras donde el lugar del hombre está sobrevalorado o menospreciado.

Cuando la abuela se enferma, deja un hueco y madre e hija quedan enfrentadas.

“Si bien no hay moraleja advirtió, en la medida en que Silvia está trabada en esa red familiar no puede armar su vida personal”.

En definitiva, lo que la historia presenta es que tiene que venir el horror, la muerte, como la única posibilidad de liberación para la joven.

Finalmente, Daulte aseveró que “el problema es que, en una familia, cuando los chicos crecen, se plantea que ese amor que estaba totalmente concentrado en los padres tenga que aceptar la posibilidad de amar a alguien por fuera del núcleo familiar y eso produce siempre una reacción violenta”.

Edición

Ediciones Corregidor, en su colección Los Fundamentales del Teatro Argentino, acaba de editar el texto de “Caperucita”, de Javier Daulte.

Afirma María Florencia Heredia en el estudio preliminar: “Aunque “Caperucita’ es indudablemente una pieza que tanto apuesta al desparpajo y a la presentación de universos en los que todo es posible, como a la abierta risa celebratoria y, en ese sentido, mantiene una marcada coherencia con las últimas piezas del autor, las preguntas que abre y las respuestas parciales que esgrime no están desprovistas de una mirada pesimista. Ello porque, detrás de una pieza que incorpora en su trama el suspenso y horror del thriller cinematográfico, lo fantástico y el ritmo de las sitcoms televisivas, se esconde un conflicto que, en última instancia, habla de la soledad: ¿de qué somos capaces para que nos quieran? ¿Por qué, en vez de tender puentes hacia aquellos que amamos, construimos murallas que profundizan nuestro aislamiento? Entonces, aunque Daulte incorpore elementos humorísticos, acaso para descomprimir la situación, se trata de una risa que no preserva al lector del estremecimiento”.

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Daulte se interesó en la idea del monstruo, y en la aparentemente sencilla relación entre Caperucita, su madre y su abuela.

Foto: Télam