El dueño de Cardón estuvo en Rafaela
Gabo Nazar: “Hay que volver a soñar con crear empresas”
El empresario ofreció una interesante charla sobre el tema “Emprender, un desafío personal”, organizada por el Grupo de Ayuda de Mujeres Agropecuarias (Gama) en la Rural rafaelina.
Juan Carlos Scalzo
Con motivo de la inauguración de un nuevo local, estuvo en Rafaela el iniciador y creador de la marca Cardón. Emprendedor nato, supo transformar el estilo criollo en un buen diseño y rescatar la tradición en indumentarias y accesorios de campo. El grupo que consolidó incluye hoy, además de 110 locales en todo el país, emprendimientos inmobiliarios, gastronómico, turísticos, ganaderos, entre otros.
Durante la tarde del pasado jueves, el empresario ofreció una charla sobre el tema Emprender, un desafío personal, organizada por el Grupo de Ayuda de Mujeres Agropecuarias (Gama), realizada en el Salón Centenario de la Sociedad Rural, que se vio colmado de asistentes.
En forma previa a su disertación mantuvo un encuentro con la prensa en el que abordó sus inicios y la evolución de sus negocios, que lo han llevado a comandar un conglomerado de empresas de distintos rubros.
En un adelanto de lo que sería su charla, el inventor de la marca registrada de las “Cosas Nuestras”, como dice su lema, comenzó diciendo a los periodistas: “Soy un hombre del interior, de campo, me crié ordeñando vacas, así que compartimos muchas cosas con la gente de Rafaela. Cada vez que vengo y camino por sus calles empedradas miro sus casas y me trae muy buenos recuerdos”.
Hombre de la localidad bonaerense de Ramallo, a los 18 años, se fue de su pueblo a estudiar veterinaria a Buenos Aires. “Vivía en un pequeño departamento que compartía con una hermana. Me llevé cosas con las cuales me entretenía: pintar, dibujar, y entre ellas algunas herramientas de talabartería. Empecé a hacer cosas que usaba yo mismo y mis compañeros de la facultad me preguntaban dónde las había comprado”.
“No me creían cuando les decía que las había hecho yo mismo, porque algunos eran chalecos a dos agujas. Hice cintos, claro, primero como hobby y luego se disparó hacia lo que fue mi verdadera vocación, que es transformar materias primas nobles, auténticas, para convertirlas en objetos de deseo”, contó Nazar.
Fue entonces que “descubrí que en mi vocación de hacedor había cosas que no tenían que ver con lo que estudiaba y me volví a Ramallo y el primer local lo puse en mi pueblo, en 1988. Siempre supe que iba a tener una empresa”, añadió.
“Volver a soñar”
En este sentido, el empresario señaló que: “Hoy hay una cultura y una visión de que está bueno promover la creación de empresas. Antes nos decían que dejáramos de soñar y pusiéramos los pies sobre la tierra. Y eso no promovía ser emprendedor. En cambio, en la actualidad, hay un montón de personas, que como yo, compartimos esta visión de la necesidad de volver a soñar, de volver a crear empresas en un país como Argentina, en el que está todo por hacerse; entonces no sólo es posible soñar sino que es necesario hacerlo”.
“Cardón hoy sigue siendo un sueño con la diferencia de que 20 años atrás era solamente individual y hoy es un sueño colectivo que compartimos los que hacemos Cardón: yo, Pacha Parra (titular de la franquicia en Rafaela) y otros 100 como él, que hay en distintos lugares del país, en ciudades florecientes y en otras que padecen, pero que tienen el sueño de hacer cosas y de crecer. Más allá de los resultados, de las ecuaciones económicas, está nuestra visión de cómo hacer la empresa”, puntualizó.
Sobre la evolución de sus negocios, Nazar apuntó que “en 20 años, y mediante el sistema de franquicias, Cardón estableció una red de 110 locales, desde las Cataratas del Iguazú hasta el Faro del Fin del Mundo. Entre dependientes propios, de las franquicias del interior, de los talleres donde se fabrica la ropa y hasta de diseñadores, Cardón ocupa a 3.000 personas”.
