Seguridad vial

Alcohol: un tema capital

Una de las variables que mayor injerencia tiene en la inseguridad del tránsito vehicular en vías públicas es la ingesta de bebidas alcohólicas. Un hecho que la población parece no sopesar de manera pertinente.

Alcohol: un tema capital

Fundamental. El control de alcoholemia es de importancia vital los fines de semana por la noche. Foto: Agencia DyN

M&T

Fuente: Dr. Eduardo Wagner.

La mayoría de los accidentes de tránsito graves en jóvenes de menos de 24 años se produce en los fines de semana y en trayectos cortos. La primera causa, sin lugar a dudas, es el alcohol. Por eso hace ya un tiempo que bajó a 0,5gr/lt el nivel de alcohol en sangre permitido por la Ley Nacional de Tránsito.

Esta sustancia está introducida de tal forma en nuestra cultura que a muchos les resulta difícil admitir los inconvenientes que genera en la conducción. Muchas veces existe una gran tolerancia social hacia su consumo y hacia los problemas derivados de ello. Dentro del contexto de los errores de conducción, el alcohol casi siempre se encuentra asociado con la velocidad, el sueño y las distracciones.

Efectos

El alcohol produce una depresión del sistema nervioso central, lo que deteriora la función psicomotora, la percepción sensorial (vista y oído), y modifica el comportamiento del individuo, que muchas veces se traduce en una falsa sensación de seguridad y una toma de mayores riesgos, por fallas a la hora de su percepción.

Este líquido termina siendo una droga contenida en proporciones variables en numerosas clases de bebidas (cerveza, vino, whisky, etc.). Su uso es un hábito socialmente aceptado, e incluso promovido por diversos y atractivos anuncios, y constituye para los jóvenes un dudoso símbolo de iniciación en la vida adulta. Es fácilmente accesible y tiene la capacidad potencial de crear dependencia física y psicológica.

Es importante saber que no existe un método instantáneo para que la alcoholización desaparezca. Las duchas frías, los ejercicios, el café, el aire fresco, etc., no logran reducir los efectos. Lo único que genera es un ebrio limpio, un ebrio cansado o un ebrio despierto, pero siempre un ebrio al mando de una potencial arma mortal como es un auto mal conducido a altas velocidades.

Nuevas puniciones

Se muestra como excesivo el despliegue de medidas punitorias para algo que debería surgir voluntariamente de los ciudadanos, pero que lamentablemente no ocurre. Y en la actualidad, los montos pecuniarios para purgar las diferentes faltas viales se han disparado hasta niveles inauditos. El hecho central es que mientras la educación no sea efectiva, los castigos seguirán creciendo.

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Datos importantes acerca del control

El control de alcoholemia se le puede efectuar a cualquier ciudadano en la vía pública, ya sea conductor o incluso peatón, siempre llevado a cabo por agentes de la autoridad.

¿Cómo pueden ser los controles? De carácter preventivo, a cualquier conductor. También a quienes presenten síntomas —por su actuación o manifestaciones— de conducir bajo los efectos del alcohol. Puede ser con motivo de haber cometido algún tipo de infracción a las normas de tránsito. O tras haber sufrido un accidente.

Una pregunta muy importante. ¿Qué pasa si alguien se niega a someterse a la prueba? Pues bien, los agentes de seguridad procederán a inmovilizar el vehículo y pondrán al conductor a disposición del Juez de Instrucción. Esto mientras la provincia no esté adherida a la Ley Nacional de Tránsito. Cuando ello ocurra (ya el proyecto está en estudio), se tomará como la falta más grave en este rubro.

¿Qué pasa si la prueba da positivo? Ello supone una infracción a la Ley de Tránsito que contempla una sanción. Si, además, el conductor presenta síntomas de estar bajo la influencia del alcohol, el agente inmovilizará el coche, salvo que un acompañante no esté bajo efecto del alcohol y pueda hacerse cargo de la situación. Pero la falta fue cometida y la multa será efectiva de igual manera.

Los derechos del conductor. Si en la prueba con un alcoholímetro de precisión se superase la tasa máxima permitida, el conductor tiene derecho a una segunda prueba después de que hayan transcurridos 10 minutos desde la primera. Si el resultado sigue siendo positivo, el conductor puede exigir una prueba de contraste a través de un análisis de sangre o de orina. Los costos de la prueba correrán a cargo del conductor si el resultado es positivo; o de la administración si es negativo.