Texturas para sentir

Con prendas como túnicas, saruel y espolverinos, se dibuja esta temporada un camino de retorno hacia la antigüedad, cuando la confección casi no existía y las vestimentas estaban definidas por géneros nobles, como algodones y sedas.

TEXTOS. MARÍA NOEL TRIBULATTI (*) Y REVISTA NOSOTROS

Una tendencia para destacar en esta primavera-verano es la utilización del textil. Es notable en nuestro país cómo los diseñadores más prestigiosos han ido virando sus elecciones hacia las fibras naturales, haciendo a un lado los tejidos sintéticos que vienen monopolizando desde hace unas cuantas décadas la industria de la moda, que se ha convertido en una de las más importantes con un crecimiento vertiginoso.

Según sociólogos e investigadores de este fenómeno de consumo masivo enfocado en el vestir, en el futuro cambiará el concepto de moda, ayudado en gran medida por la crisis económica que transformará este encuadre tal cual lo conocemos. Así, estaremos en presencia de dos fenómenos: por un lado la descentralización de la moda, lo que supone que habrá tantas modas como personas, lo cual tiene que ver con la identidad personal y la individualidad en la elección de qué ropa ponerse. Por otro lado, se augura el retorno a lo artesanal, recuperando y reivindicando la relación del cuerpo -como “envase”- con los sentidos.

Como año a año, sucede las grandes capitales de la moda presentan a través de semanas completas de desfiles las nuevas tendencias para la temporada que se avecina, y son estos centros productores desarrollados quienes definen los principales lineamientos y los derraman sobre el resto del globo. En nuestro país -que no es la excepción-, el BAF Week (Buenos Aires Fashion Week) pasa y deja sentadas las bases para que los consumidores tengan en cuenta todo lo que a moda respecta.

Retorno a la fuente

Para este año las propuestas son amplias. Por un lado, hay una marcada tendencia a desdibujar las líneas del cuerpo con propuestas desestructuradas, como las túnicas, los saruel y los espolverinos, que siguen presentes. Las texturas elegidas para este tipo de prendas son las que proporcionan gran caída y vaporosidad a las confecciones, como las gasas, sedas y bambulas de sedas, entre otras.

Esta tendencia aporta a las usuarias extravagancia, elegancia y -sobre todo- confort absoluto (importantísimo para nuestros veranos extra cálidos).

La búsqueda de este tipo de prendas parece seguir su camino de retorno hacia la antigüedad, cuando no existía casi la confección y las vestimentas estaban definidas por géneros nobles (algodones o sedas) que, sujetos por medio de técnicas de anudados o piezas de sujeción, se constituían como la vestimenta, y de acuerdo a las latitudes se acompañaban con pieles o no. Pero la vedette indiscutible en aquel entonces -y también ahora- son los accesorios, antes exclusivamente de metales nobles, ahora con simulaciones admitidas, pero todas con la misma finalidad: ornamentar la sencillez del vestido.

Por otro lado y volviendo a nuestras pasarelas, las marcas nacionales hacen sus apuestas y una gran porción de ellos optan por la diversidad de estilos inscribiéndose en varios, de este modo podría decirse que estamos en presencia de un “todo vale”, valen las estampas, geométricas, orgánicas, rayas, lunares, libertys, y un extensísimo etcétera.

(*) Diseñadora

a.jpg

Catálogo textil

Brocado: Tejido de seda con bordado en relieve de hilos de metal o de seda más brillante, formando dibujos de flores, animales o figuras geométricas.

Crepé: Tela lisa, con caída, que puede ser de seda natural, lana suave o incluso poliéster.

Charmeau: Satén de seda con una trama gruesa o doble trama. De excelente caída.

Chiffón: Tejido de textura muy suave; generalmente de seda, algodón, rayón o terciopelo. Le da un caída muy rica a los vestidos lánguidos o en capas.

Dupión de seda: Seda natural con textura y brillo; al ser seda salvaje se arruga,ahí radica su elegancia.

Encaje: Tejido formado por hilos de seda, algodón, lino, oro o plata, torcidos o trenzados, de mallas, lazados o calados con motivos diversos.

Falla: Tela con textura firme y mucho cuerpo y caída, con trama rugosa en seda y rayón. Es muy fresca.

Gasa o muselina: Tejido fino y transparente hecho de seda tejida muy suelta, en la que algunos hilos forman ondulaciones.

Georgette: Tejido fino y leve de seda natural que admite bordados de diferentes dibujos.

Lamé: tejido con hilos de oro o plata.

Organza: Entramado de hilos finos de seda que forman una delicada textura.

Organza satinada: es de seda espesa, muy tupida. También hay organza en mikado y rica organza bordada.

Raso: En otros tiempos era un tejido de seda con acabado brillante; ahora se suele elaborar a base de acetato para lograr el raso cristal tan usado en vestidos de novia. Tiene cuerpo y mucho brillo.

Satén: tejido liso y brillante.

Seda: Tejido milenario de origen chino, extraído de los capullos de los gusanos de seda. Existen muchas variaciones: la llamada seda artificial, natural, salvaje rústica. Tiene gran cuerpo.

Shantung: Seda virgen con textura y brillo. Su parecido con la seda salvaje lo hace único, pero es más económico.

Tafetán: Tela de seda lisa, delgada y muy tupida.

Tul: Tejido muy fino y etéreo hecho de seda, de algodón o de fibra artificial.