En abril, 800 de 2.536 habitantes se enfermaron

Hersilia enfrentó al dengue pero no tiene los insumos para prevenir un nuevo brote

Gran parte de los pobladores de esta localidad del departamento San Cristóbal enfermó de dengue y tuvo una lenta recuperación. El pueblo se organizó, eliminó reservorios de agua y tomó conciencia de lo ocurrido. Pero no cuenta con insumos básicos para seguir combatiendo al Aedes aegypti, vector de la enfermedad.

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acopiar las botellas boca abajo Martín Galeano, quien estuvo enfermo, tomó esta costumbre en su supermercado.

Varios pedidos que esperan respuesta

La Junta de Seguridad Comunitaria de Hersilia convocó a los vecinos durante el brote de dengue para evitar mayores consecuencias. Ésta creó el Foro de Lucha contra el Dengue, integrado por todas las instituciones del pueblo, el hospital y la comuna.

Salvador Chialvo ocupa el cargo de secretario de actas, pero también es uno de los casi 150 manzaneros que se encargan -desde abril pasado- de ir casa por casa a solicitar a los vecinos que desechen todos los envases que pueden acumular agua, para que el mosquito Aedes aegypti no pueda poner sus huevos.

“La aparición del problema del dengue fue muy preocupante y la localidad respondió”, planteó Salvador, quien explicó que los manzaneros, en una primera etapa, armaron una base de datos sobre cuántas personas había en el pueblo, cuántas estuvieron afectadas, si habían viajado o no, la cantidad de piletas de natación y de reservorios de agua que había.

También se procedió al descacharrado: “Llevamos todos los posibles reservorios de agua al basural y logramos que se entierren porque, si no, otra gente iba a ir a buscarlo y se produciría nuevamente la cría del mosquito”.

Sin embargo, no pretenden que su trabajo termine allí. “Quizás el grueso de la población no percibe la gravedad que se puede presentar con la aparición de lluvias y la pronta suba de las temperaturas”, advirtió Chialvo, motivo por el cual están alertas ante la una nueva aparición de la enfermedad.

No obstante, carecen de los insumos necesarios para evitar la proliferación del vector del dengue.

Por este motivo, están solicitando una audiencia al ministro de Salud para entregarle un petitorio -“que firmó todo el pueblo”, aclaró Chialvo- pidiendo que les entreguen rosquetas flotantes, que tienen una duración de 30 días, que se pueden poner en las piletas, tanques o reservorios de agua para eliminar las larvas de Aedes; motomochilas para fumigar, y respaldo legal para la autoridad comunal (hay casas en donde los manzaneros no pueden intervenir porque están deshabitadas o porque la gente dice que tiene todo en condiciones, motivo por el cual se producen enfrentamientos entre vecinos, aunque en general hay buena receptividad).

El petitorio también incluye la solicitud del envío de vacunas contra la fiebre amarilla (ya que el Aedes también transmite esta enfermedad) y chapas de zinc. Respecto de este último insumo, Chialvo explicó que “en algunas manzanas del pueblo vive gente muy humilde, que tiene nylon como techo. Los manzaneros tenemos casi que exigirles que los saquen”.

Tras advertir que -a pesar de que “teníamos la información de que el mosquito se criaba en agua limpia y de lluvia”- encontraron larvas de Aedes “en agua acumulada en el clásico plato que se pone abajo de las planteras, que es salada y turbia, por lo que la preocupación es mayor”, Chialvo admitió que “nada es suficiente y siempre algo va a faltar” en la lucha contra esta enfermedad.

Mariana Rivera

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Fotos: Pablo Aguirre

El Domingo de Pascuas de 2009 no se va a borrar de la memoria de los habitantes de Hersilia. Aquel 4 de abril, aproximadamente 400 personas llegaron al hospital de este pueblo -con algo más de 2.500 habitantes, ubicado en el departamento San Cristóbal, sobre la Ruta 34, a unos 30 kilómetros del límite con Santiago del Estero- porque se sentían muy mal.

Fiebre alta, decaimiento, dolor en el cuerpo, malestar estomacal eran los síntomas que todos habían empezado a sentir. Para atenderlos estaban tres médicos de planta y una pediatra, además del personal de enfermería, quienes desde fines de marzo ya venían recibiendo casos esporádicos con similares síntomas.

Nadie sospechaba que el dengue había llegado a este pueblo y el principal motivo había sido el hecho de que sus habitantes conservan una arraigada costumbre: guardar agua de lluvia en tanques de fibrocemento y otros tachos en los patios de sus casas, por la falta de agua potable y la mala calidad de la que obtienen de las napas con el bombeador.

Esos reservorios habían permitido al mosquito vector de esta enfermedad (el Aedes aegypti) desarrollarse sin reparos. Otro factor desencadenante fue el hecho de que una señora del pueblo había vuelto de Salta ese fin de semana, con fiebre, seguramente afectada ya por dengue, y no consultó a tiempo por sus síntomas. Una vez en Hersilia, fue picada en reiteradas oportunidades por este insecto y éste, a su vez, picó a otras personas y, de esta manera, se diseminó la enfermedad.

A cinco meses de aquel brote -que terminó afectando a 800 habitantes de Hersilia-, el pueblo se movilizó, formó un foro para luchar contra esta enfermedad, desechó todos aquellos envases que pudieran ser reservorios de larvas del mosquito y, en su mayoría, tomó conciencia de que no deben bajar los brazos frente al dengue. Sin embargo y a pesar de la pronta respuesta que tuvo esta localidad durante el brote por parte de las autoridades sanitarias, actualmente el foro está pidiendo una audiencia al ministro de Salud para entregarle un petitorio, en donde -básicamente- se reclama la provisión de insumos para combatir el Aedes aegypti, que todavía no les fueron provistos.

Un caso testigo

Martín Galeano vive en la misma manzana de la comuna, en pleno centro de Hersilia, y al frente tiene un supermercado. En el patio de atrás, tres tanques de fibrocemento están conectados a la canaleta del techo para guardar el agua de lluvia. Fue uno de los primeros afectados por dengue en la localidad -a pesar de que las muestras de sangre dieron negativas en un primer momento-, al igual que otros 9 vecinos.

Sólo medicado por la hipertensión que lo había “sorprendido” a los 60 años, Martín abruptamente tuvo 40ºC de fiebre, comenzó a sentirse decaído y con mucho dolor en el cuerpo. Como su hija es la pediatra del pueblo, la Dra. Romina Galeano, decidió no llevarlo al hospital -que por esos días desbordaba de pacientes-, sino recuperarlo de su deshidratación con suero en su casa.

“Se mejoró, pero estuvo 15 días en cama para recuperarse del decaimiento. Le costó tres meses recuperar las plaquetas y mejorar los glóbulos blancos. También tuvo una afectación hepática importante, a pesar de que era un hombre previamente sano, hiperactivo. Estuvo muy mal, con ese período de convalecencia que le llevó prácticamente un mes poder volver a trabajar. Bajó 10 kilos por la inapetencia y el dolor abdominal. Después, también hizo la erupción y empezó con su período de recuperación”, relató la profesional.

Martín hoy se siente bien. No obstante, admitió que “estuve muy débil; pero después arranqué. Ahora como bien, aunque no puedo recuperar el peso”. Consultado en relación con su responsabilidad en cuanto a eliminar los reservorios, admitió que “les puse las tapas a los tanques y les colocaré una media sombra. También les puse dos veces un líquido para que no se desarrollen las larvas. Además, dimos vuelta todas las botellas para que no se junte agua. Controlaron las manzaneras y está todo bien y fumigaron todo. Ese agua (de los tanques) no la utilizamos para nada, sólo para lavar la ropa, ya que tomamos agua mineral. La mayoría en el pueblo sacó los tarros vacíos y todo lo que acumulaba agua. Han tomado conciencia, o creo que la mayoría lo hizo. Pero este año nos vamos a cuidar”.

Imposible sin apoyo

En el hospital de Hersilia trabajan tres médicos de planta y una pediatra, además de enfermeras, y tiene una capacidad de 10 camas. Sin embargo, durante el brote de dengue “un consultorio se transformó en sala de internación, al igual que otra habitación, el estacionamiento de la ambulancia”, admitió la Dra. Airaldo, al tiempo que destacó que “tuvimos asistencia de recursos humanos importante: enfermeras, médicos, residentes. Sin ayuda hubiera sido muy difícil”.

También remarcó que “tuvimos el acompañamiento de la gente del Ministerio de Salud, incluso el propio ministro, el gobernador, la subsecretaria de Salud y la Dra. Andrea Uboldi, de Promoción y Protección de la Salud. Ella siempre nos estuvo acompañando y apuntalando en nuestro trabajo porque fue mucho. Residentes de Reconquista y Rafaela, entre otras localidades, rastrillaron, casa por casa, para detectar cuadros febriles y relevaron los casos. Iban acompañados por personal de control de vectores, para revisar las casas; una enfermera y un médico para controlar a los pacientes. Esto se hizo durante el brote. También se hicieron cuatro fumigaciones espaciales, trabajo que estuvo a cargo de una empresa de Rosario, y en domicilios y peridomicilios”.

Un camión sanitario del Ministerio de Salud también se instaló frente al hospital. Algunos pacientes debieron ser derivados a otros centros de mayor complejidad, pero fundamentalmente eran los que tenían otras patologías concomitantes.

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Tanques tapados con plásticos para evitar que el Aedes los use como criaderos.

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concientizar. Está muy arraigada la costumbre de colocar envases a la intemperie cuando llueve.

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tanques cubiertos para conservar el agua de lluvia.

Muchas casas cuentan con varios.

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planta potabilizadora. Los habitantes de Hersilia deben ir a buscar agua potable.

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fuentones y palanganas boca abajo para evitar la acumulación de agua.

Un caso neonatal

La Dra. Romina Galeano, médica pediatra de Hersilia, aseguró que “hubo un caso de dengue neonatal confirmado, uno de los cuatro que se dieron en todo el país. Una mamá tuvo dengue y 48 horas antes del parto empezó con fiebre, que desencadenó el trabajo de parto. Le hicieron una cesárea de urgencia en Rafaela. El bebé estuvo bien pero tuvimos el diagnóstico después”.

/// EL DATO

Peligroso antecedente

Hersilia tiene el antecedente de un brote de hepatitis en un colegio hace 10 años por no tener agua potable. En esa oportunidad, el 90 % de la población escolar estuvo afectada por esa enfermedad.

En abril de 2009, el brote de dengue también tuvo relación con la falta de agua potable en los domicilios. Este insumo debe ser buscado por los vecinos en las afueras del pueblo, “trámite” que muchos adultos mayores (la mayoría en Hersilia) no pueden concretar, motivo por el cual la comuna debe distribuirla excepcionalmente.

/// LA CLAVE

2.563

personas

habitan en la localidad de Hersilia.

800

habitantes

padecieron dengue durante el brote ocurrido en abril pasado.

“La enfermedad tuvo una conducta más agresiva”

“Todos los pacientes estuvieron muy críticos y sintomáticos. La mayoría cursó alteraciones significativas en la coagulación, con afectación hepática. Esto marcaría que la enfermedad tomó un criterio más severo. Afortunadamente no hubo complicaciones. No se habla de algún tipo de secuelas que pudo haber dejado la enfermedad sino de una convalecencia mucho más larga, por la afección de los órganos internos, como hígado, pulmón y pleura”, admitió la Dra. Karina Airaldo, directora del hospital de Hersilia.

Tras aclarar que “ha cambiado la clasificación y los conocimientos que se tenía de la enfermedad: ya no es más dengue asintomático, clásico o hemorrágico sino que se sabe que cuando el paciente se enferma puede hacer un dengue hermorrágico”, recordó que “los pacientes comenzaron con síntomas a principios de marzo y los primeros días de abril se dio el incremento de casos, con un gran pico de consultas el 4 de abril, cuando llegaron los más críticos, que quedaron internados y algunos fueron derivados”.

La Dra. Romina Galeano, pediatra, admitió que “pensábamos en otras patologías asociadas a la mala calidad del agua y al calor. Pero después siguió viniendo mucha gente con la misma sintomatología, que no tenía contacto entre ella, hasta que se encontró el caso primario. La gente no le dio la importancia a pesar de que ya se hablaba del dengue por todos lados. Después hubo una negación de la enfermedad, pensaba que les habían mentido. Pero luego aceptaron que le había tocado a Hersilia”.

En tanto, Airaldo explicó que “la mayor franja de los afectados eran adultos mayores de 50 años, contrario a lo que dice la literatura, pero puede coincidir con las características de la población que habita el pueblo. También tuvimos algunos casos de chicos pero afortunadamente evolucionaron muy bien, mucho mejor que los adultos”. Y precisó: “Esta enfermedad produce un desequilibrio en la hidratación. Los pacientes llegaban muy mal, con mucho dolor en la zona del estómago que ni toleraban el agua. Además, muchos estaban con muchos vómitos. Nos dimos cuenta mientras los teníamos internados que hidratándolos se recuperaban muy bien. Algunos les dimos hidratación con sales, vía parenteral, o sea, por suero. No les dábamos otra medicación: sólo les bajábamos la fiebre con paracetamol y les hacíamos análisis clínicos”.

Casos autóctonos

Airaldo también aclaró que “los 800 casos de dengue fueron confirmados por nexo epidemiológico. Se hicieron análisis, se fue controlando que eran las mismas cepas pero todos los otros fueron casos autóctonos porque se contagiaron acá de un infectado. Lamentablemente, llegó una persona afectada a la localidad, quien permaneció con fiebre muchos días, fue picada en reiteradas oportunidades por Aedes aegypti, y esa mosquita se encargó de transmitir la enfermedad”.

Y agregó: “Favoreció que hubiera tantos afectados el hecho de que Hersilia no tiene agua potable. La gente tiene la costumbre de reservar agua en tanques de fibrocemento en sus domicilios. Gran parte la usan para las necesidades del domicilio: regado de plantas, conservar plantas en agua de lluvia, pero en algunos casos se usa para consumo. Se encontraron larvas en todos los domicilios que se estuvieron controlando, o sea, el mosquito estaba y desde hacía mucho. Al haber en 2009 tanta cantidad de casos en el país y haber llegado a la localidad esa persona afectada y hacer que el mosquito la picara en reiteradas oportunidades ocurrió la enfermedad. El vector se encargó de transmitir el virus por todas partes”. No obstante, aclaró que “en el hospital no se enfermó nadie, a pesar de que estaba lleno de pacientes afectados, pero cada 50 centímetros teníamos un espiral prendido, en pleno brote”.

El equipo de salud continúa alerta por esta enfermedad “porque sabemos que el dengue está y va a volver, no sólo acá sino en todo el país”, aseguró Airaldo, y fue capacitado para “saber cómo detectar la enfermedad a tiempo: ante el primer cuadro febril sin sintomatología respiratoria y que presente otros síntomas como dolor de cabeza o detrás de los ojos, dolor de huesos, gran malestar general, erupción en la piel y malestar digestivo, tenemos que sospechar el dengue. Tenemos que actuar en consecuencia y aislar al paciente”.

Por último, la médica opinó que “la gente vio el padecimiento de la enfermedad y la conoció. Dejó de pensar que afectaba a Paraguay o Bolivia y que a nosotros nunca nos iba a tocar. Está alerta y tomó conciencia de lo que significa eliminar los reservorios de agua y el cuidado con repelente cuando venga el calor, para evitar ser picados”.