El legado de Freud en el nuevo ciclo de Psicoanálisis & Cine

Carlos E. Giusti (*)

“Práctica no libresca que en sí misma es lo que más se parece a un libro, el psicoanálisis, como los libros, es practicable en cualquier sociedad. Jamás ha bastado con quemar a los libros para exterminar a los libros. Lo que Freud fundó permanece como una empresa infinita” (Oscar Masotta, introductor de la enseñanza de Lacan en la Argentina).

La concreción del Ciclo de Psicoanálisis & Cine XXIV, además de encadenar la segunda parte de las “Películas de novela” a la serie iniciada hace 12 años, constituye una ocasión propicia para realizar nuestro homenaje al “Padre del Psicoanálisis”, al cumplirse setenta años de su muerte.

Con la misma valentía con la que vivió y construyó su obra, conmoviendo a la vez que transformando hasta nuestros días el campo de la ciencia y el de las artes, enfrentó una dolorosa enfermedad (un cáncer en la boca, durante 20 años) y la muerte (tomando la decisión de pedir a su médico que cumpla con lo acordado, al llegar el momento en que el sufrimiento era insoportable e irreversible).

El 23 de septiembre de 1939, a las 3 de la madrugada, exiliado en Londres donde había llegado al hacerse insostenible la supervivencia en Viena (donde también llegaron a quemar sus libros), por su condición de judío y creador de una praxis subversiva para el régimen nazi, Sigmund Freud llegó al final de su vida a los 83 años. Manteniéndose aún vivo el legado de su obra al transmitirse, generación tras generación, el deseo que posibilita sostener la práctica del discurso del psicoanálisis.

En los últimos tiempos, alcanzó el reconocimiento de representantes de múltiples ámbitos y de personalidades de todo el mundo, que además de salvar su vida afianzaron las convicciones que la sostuvieron, desde su soledad inicial hasta la extensión del movimiento psicoanalítico internacionalmente.

Los artistas y literatos también estuvieron presentes en la despedida final: Salvador Dalí (quien bosquejó uno de sus retratos más difundidos), su admirada recitadora Ivette Guilbert, el editor Leonard Woolf, y los escritores Virginia Woolf, Arnold Zweig y H.G. Wells, entre otros, son representativos del nexo que, desde sus inicios, el psicoanálisis mantiene con el arte y otras disciplinas.

Un libro lo acompañó en una lectura final, “La piel de Zapa” de H. Balzac, mientras que algunos textos todavía lo mantuvieron escribiendo, “Moisés y la religión monoteísta”, “Esquema del Psicoanálisis” y “Algunas lecciones elementales de Psicoanálisis”, que no alcanzó a ver publicados.

La literatura constituyó desde siempre (a los 17 años aprendió a leer “El Quijote” en castellano), uno de los cimientos esenciales en la construcción de su teoría, descubriendo un saber sobre los misterios y enigmas humanos que no encontraba en la ciencia positiva de la época.

“Hamlet” de Shakespeare y “Edipo rey” de Sófocles, son los primeros pilares de la literatura que, junto con los sueños, los síntomas, la sexualidad, la psicopatología de las neurosis y de la vida cotidiana (lapsus, olvidos, actos fallidos) y el chiste, sostienen su descubrimiento del inconsciente y la creación del psicoanálisis.

A partir de lo cual, numerosos artículos y trabajos dieron cuenta del múltiple interés del psicoanálisis, generando inversamente nuevas concepciones en otros campos, que ya no desconocían los descubrimientos freudianos.

De Goethe, uno de sus autores preferidos, Freud ha citado: “Lo que de tus padres has heredado, adquiérelo para que sea tuyo”. Transcribirlo hoy implica no desconocer que, para los practicantes del psicoanálisis, se trata de apropiarnos de una enseñanza iniciada por Freud y renovada por Lacan, renunciando a aferrarnos a lo legado, en tanto fetiche, como si fuera un conocimiento acabado que nos garantizaría el acceso a la verdad (cuando en realidad lo cerraría).

Si se trata de ir más allá del padre, a partir de lo que nos ha aportado, la re-creación de “lo que Freud fundó, permanecerá como una empresa infinita”, de la que cada analista con otros, tendrá que hacerse cargo, re-inventando la práctica del discurso del psicoanálisis en la experiencia clínica y en la intersección con otros discursos.

En tanto deudores de la transmisión del psicoanálisis, en nuestro tiempo y lugar, con los Ciclos de Psicoanálisis & Cine, ofrecemos un dispositivo en Extensión, donde nos apropiamos de lo legado y procuramos “infinitizar la empresa freudiana”.

Programación

2/10: “El perfume. Historia de un asesino”, de Tom Tykwer. Sobre una novela de Patrick Süskind. Participación de la Prof. Ana María Piedrabuena y la Psicoan. Martha Serenelli.

9/10: “Sostiene Pereira”, de Roberto Faenza. Sobre una novela de Antonio Tabucchi. Participación de la Prof. Silvia Calosso y la Psicoan. Mónica Niel.

16/10: “Retrato de amor”, de Francois Girard. Sobre la novela “Seda” de Alessandro Baricco. Participación del Prof. Héctor Manni y la Psicoan. Mónica Medovoy.

23/10: “El cartero”, de Michael Radford. Sobre la novela “El cartero de Neruda”, de Antonio Skármeta. Participación de la Prof. Alejandra Ramírez y el Psicoan. Alejandro Barchiesi.

30/10: “El lector”, de Stephen Daldry. Sobre una novela de Bernhard Schlink. Participación de la Prof. Adriana Crolla y la Psicoan. Claudia Rosciani.

La coordinación está a cargo de Carlos E. Giusti. Será durante los viernes de octubre, a las 20.30, en el Foro Cultural Universitario, 9 de Julio 2154.

Organizan: Secretaría de Cultura UNL y Litoral, Agrup. Psicoanalítica de Santa Fe. Auspician: Cine Club Santa Fe y Mundo Megavideo. Entrada libre y gratuita.

(*) Miembro de Litoral, Agrupación Psicoanalítica de Santa Fe.

El legado de Freud en el nuevo ciclo de Psicoanálisis & Cine

Fotograma de “El lector”, de Stephen Daldry, que se programa en el próximo ciclo de Psicoanálisis & Cine.

Foto: Archivo El Litoral.