Pessoa en el Tesoro portugués

(EFE)

El acervo personal del poeta luso Fernando Pessoa (1888-1935), uno de los autores más reconocidos en lengua portuguesa, fue declarado Tesoro Nacional por Portugal, a raíz de la polémica subasta de sus bienes celebrada en 2008.

El asesor jurídico de la Biblioteca Nacional lusa, Paulo Aragao, explicó que la ley aprobada “reconoce la importancia de esos documentos” e implica varias “acciones de protección” del archivo del célebre escritor. A partir de ahora, todo aquel que posea cartas, manuscritos o libros pertenecientes a Pessoa tiene la obligación de comunicar cualquier transferencia o traslado de los mismos, que a su vez no pueden salir del territorio luso.

“No se trata de una expropiación. Lo que pertenece a los herederos o está en manos de particulares seguirá con ellos”, afirmó Aragao, quien recuerda que, en caso de venta, el Estado portugués pasa a tener “derecho de preferencia”. El decreto, promulgado hoy por el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, se planteó como respuesta a la polémica subasta celebrada en noviembre de 2008 y organizada por los herederos de Pessoa, quienes sacaron a la venta varios documentos.

Entre ellos, destacaron los relacionados con el “dossier Crowley”, así denominado por reunir correspondencia intercambiada entre Pessoa y el ocultista inglés Aleister Crowley (1875-1947). La importancia de esos documentos -desconocidos para el gran público y para muchos investigadores de la obra de Pessoa- despertó la preocupación del gobierno luso por la posibilidad de que fueran adquiridos por coleccionistas británicos y dejasen el territorio portugués.

La norma incluye como bien de interés nacional todos los documentos producidos o reunidos por Pessoa, firmados o no, así como los documentos que pertenecían a su biblioteca. De este modo, quedan “blindados” los escritos hoy conocidos y clasificados que se encuentran repartidos entre la Biblioteca Nacional, la Casa Fernando Pessoa y el archivo que poseen sus familiares.

El más influyente poeta moderno portugués murió a los 47 años y dejó publicada apenas una décima parte de su obra, lo que confiere un valor inestimable a su acervo personal, que aún sigue sorprendiendo, a pesar de haber transcurrido casi 75 años de su fallecimiento.

El colombiano Jerónimo Pizarro, investigador y editor de Pessoa, comentó la importancia de esa decisión y resaltó la “fuerte relación” que esos documentos poseen entre sí, ya que tanto los escritos del archivo de la biblioteca particular del autor, como los de la Biblioteca Nacional, están “entrelazados”.