Santa Fe perdió unos 20.000 puestos de trabajo.

El mercado interno recupera empleos

En algunas empresas reaparecieron las horas extras. Otras siguen en cambio con muy serios problemas para subsistir y necesitan de apoyo oficial para cumplir con los salarios. Preocupan los efectos de la crisis sobre la informalidad.

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El ministro de Trabajo Carlos Rodríguez dice que paró el drenaje de empleos que desató la crisis.

Foto: Archivo El Litoral

 

 

De la redacción de El Litoral

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“Hasta ahora lo que tenemos son sólo sensaciones”, dice el ministro de Trabajo de Santa Fe, Carlos Rodríguez, que agrega números a lo que ya parece una tendencia: en las empresas vinculadas al mercado interno la recuperación parece más segura que en aquellas que colocan su producción en el exterior.

Rodríguez lamenta el bajo desarrollo de un programa de seguro de desempleo a nivel nacional; subraya los atributos del Repro, que mantiene el vínculo laboral a cambio de subsidios a los salarios y destaca que cada crisis deja secuelas de informalidad en las condiciones de empleo.

Unos meses atrás “veíamos una situación muy negra y mucho antes de que se lo admitiera a nivel nacional, cuando el mundo hablaba de una crisis comparable con la del “30, advertíamos del problema: hoy pareciera, a nivel internacional, que la crisis no tuviera la extensión que temíamos”.

De todas formas, subraya que siempre hay que reparar en un hecho: “todas las experiencias con las crisis muestran que resuelta la crisis económica el empleo no se recupera de forma inmediata. Suelen pasar años hasta que se recupera el empleo”. Los empleadores y los sindicatos “manifiestan que han visto que paró el drenaje de los puestos de trabajo”.

Agrega que “con los límites que pueda tener, la estadística de la Encuesta Permanente de Hogres (EPDH) muestra en Rosario y Gran Rosario indica que la desocupación se ha estabilizado (con respecto al trimestre anterior) y en el de Santa Fe una recuperación que incluye números mejores que en el mismo trimestre de 2008, lo que señala que no hay simplemente un factor estacional: baja en más de un punto la desocupación”.

También del contacto con empresarios y trabajadores, fundamentalmente con la Unión Obrera Metalúrgica, se desprende lo mismo.

“En Las Parejas estuve hace dos semanas, fuimos allí a la inauguración de un Comité de Salud y Seguridad, y nos reunimos con los delegados de la UOM: todas las empresas trabajan mejor y algunas incluso con horas extras”, destaca.

20.000 dramas

El funcionario calcula que Santa Fe ha perdido unos 20.000 puestos de trabajo y que su potencial conflictividad no quedó expuesta en la calle, porque muchos fueron producto de retiros voluntarios. Dice que ahora que en algunas empresas hay más optimismo su recuperación es posible, pero lenta.

“En general, cuando se sale de una crisis económica los empresarios prefieren, en vez de tomar trabajadores, extender la jornada laboral: personalmente no estamos de acuerdo, quisiéramos ver que se recuperen puestos de trabajo, pero no podemos nada más que opinar frente a esto”, señala.

Hay de todas formas alguna tibia recuperación de puestos de trabajo: “un caso es Acindar que si bien no despidió gente -porque recurrió a los retiros voluntarios muy bien pagos- ha incorporado más empleados, porque aumentó la demanda de acero. Es una buena noticia la recuperación de las acerías en el país, que en cambio a nivel internacional es más lenta.

Otro signo positivo es que “en lugar de incrementarse los pedidos del programa Repro, hay algunos que ya se han extinguido sin pedidos de renovación”.

La retracción del mercado externo

“Vemos -sigue Rodríguez- que las empresas dedicadas al mercado interno se recuperan más rápidamente y que en cambio las que tienen sus clientes fuera del país, muchas más dificultades. En las industrias cuyas ventas se vuelcan al exterior, muchas veces con una muy alta especialización y eficiencia, hoy tienen serias dificultades todavía: es una crisis global y no hay plata afuera. En estos casos hay una marcada continuidad de los programas Repro”.

El caso más claro es el de las autopartistas que se dedican al mercado externo. Allí las dificultades son importantes.

No obstante, “entre los fabricantes de maquinaria agrícola hay algunas novedades positivas porque se recuperan exportaciones a Venezuela y a Rusia”.

Informalidad, el gris santafesino

Tras la crisis de 2001-2002 pasaron varios años hasta que se revierta la extendida informalidad que se apoderó de la economía, “con la excusa de la crisis”.

El ministro Carlos Rodríguez subrayó que hubo un descenso importante del trabajo en negro (en favor del trabajo registrado) que (hasta la llegada de la actual crisis global) “logró una mejora de entre 8 y 10 puntos porcentuales”.

El funcionario indicó que si se estudia qué pasa con los llamados nuevos desocupados, en la EPDH puede advertirse que la gran mayoría proviene de haber trabajado antes en negro, con trabajo precarizado. Y que la mayoría tiene el primario o el secundario incompleto. A mayor precarización, más riesgo laboral: la lucha por el trabajo decente, que debería ser una lucha de toda la sociedad, es la única garantía”.

La crisis “no puede ser una excusa para cambiar trabajo decente por trabajo en negro. Y sin embargo lo es... Mucho es en negro, o en gris. Y el gris santafesino suele ser un proceso que consiste en declarar medio jornal cuando en realidad el trabajador cumple la jornada completa”.

Por eso “hemos impulsado y la Legislatura ha aprobado la ley provincial de las mismas características que la nacional para facilitar el blanqueo de trabajadores. No es fácil leer el impacto de esta ley por los datos que reúne la Afip, se dice que tiene un efecto muy interesante. La norma da todas las herramientas posibles al empleador para ayudarlo en esa decisión de legalizar el empleo”, dice el funcionario.

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“El sector servicios sobre todo sufrió más por la gripe A que por la crisis. Hay una paulatina recuperación, pero es difícil de asir respecto del empleo en negro”.

Carlos Rodríguez,

ministro de Trabajo de Santa Fe.

 

Las empresas con problemas

Paraná Metal. En el conflicto la provincia no interviene desde que tiene una nueva conducción. Nuestra intervención no ha sido solicitada ni por la empresa ni por la organización sindical. La empresa está en un plan de recuperación de clientes, sobre el que hemos conversado con el ministro de Trabajo Carlos Tomada, el viernes pasado. Ofrecimos nuestra cooperación. Los trabajadores tienen una situación difícil: se funden unas 1.200 toneladas y la planta sigue con una capacidad ociosa mucho mayor. Directivos y representantes de los trabajadores van a pedir audiencias con ex clientes, para demostrar a los compradores garantías de continuidad, porque la industria hoy trabaja just in time (a tiempo) y no puede darse el lujo de no tener la mercadería.

Mahle. Los trabajadores sufren sobre sus espaldas los problemas con la empresa desde hace demasiados meses, desde abril. Muchos de ellos aceptaron el retiro voluntario y el resto pelea por la continuidad de la empresa. Tomada nos comentó que además de las ofertas del empresario Jorge Basualdo (de Aros Kim) hay otro grupo que se ha interesado en la última semana. Lo que necesitan es un préstamo, que se gestiona ante el Banco Nación, mientras se discute el precio de la planta. Estamos con una expectativa favorable: el ministro Tomada ha tomado un fuerte compromiso personal, que incluso lo ha dejado por escrito. Quedan 180 empleados que es el número que se calcula para que esa empresa trabaje bien.

Bernardín. En la agroindustrial de San Vicente (Castellanos) veremos cómo termina este partido que ya lleva largo tiempo. Hoy pareciera que el empleador está honrando las deudas con los empleados, y que se podría reabrir la planta, aunque con menos empleados (eran 115 en julio).