Crecer 28 años al diez por ciento

De la China de Mao a la apertura económica

Dr. Oscar Ariel Martínez (*)

La provincia de Santa Fe tiene como principal destino de sus exportaciones a China, por una suma superior a los 2.000 millones de dólares. Sin embargo, el fenomenal aporte que puede brindar a Latinoamérica y a Santa Fe la cooperación, el intercambio y las inversiones entre estas dos regiones sólo es comparable con el enorme desconocimiento sobre este distante pero imponente lugar.

La invitación que nos realizara el Ministerio de Comercio de la República Popular China para participar en el Seminario Económico para Latinoamérica, el Caribe y los Países del Sudeste Asiático, durante veinticinco días en las ciudades de Beijing, Xiamen y Shanghai, demuestra que en el escenario internacional, este coloso universal tiene posada la mirada atenta sobre Latinoamérica y considera indispensable intensificar los vínculos.

Beijing: sede del Palacio Imperial

Aquí se encuentra la llamada Ciudad Prohibida donde residieron los emperadores de las distintas dinastías hasta 1911, y en cuyas paredes hoy anida la foto de Mao Tse-tung mirando hacia la plaza de Xiamen. Concebir a China desde los conceptos tradicionales es un error. Esta ciudad ha conducido un continente por siglos y sus 20 millones de habitantes apenas son un reflejo de un espacio que, como dijera Huntington -autor de la teoría del choque de civilizaciones-, conforma el centro de poder del Asia continental.

Basta para ilustrar la situación con mencionar que la población de la República es de 1.400 millones de habitantes, superior a la suma de los pobladores de toda América, incluida Canadá, EEUU y México. Una sola provincia, Guangdong, tiene 130 millones de habitantes. Ello es suficiente para tomar dimensión de la importancia de este espacio que extiende su influencia a todos aquellos que se asemejan frente al espejo, compartiendo un mismo origen y una misma identidad.

Esto nos explica por qué dos representantes de cada país de Latinoamérica fueron invitados para recibir durante los diez primeros días de su estadía, información sobre el sistema político, jurídico, financiero, económico, la apertura económica iniciada hace treinta años y los intereses concretos de intensificar los vínculos con nuestra región. Actividad que se desarrolló en un Centro de Capacitación donde se dictan 200 seminarios internacionales por año, demostrando una vocación implícita de participar protagónicamente en la repolarización del mundo actual.

La Gran Muralla china: el dragón dormido

Esta maravilla de la humanidad, se extiende por unos 7.000 kilómetros. Para la mitología oriental es un dragón dormido que custodia a China de posibles intentos de agresión. Imaginar una obra de arte de esta magnitud, nos hace recordar los años que hemos esperado para poder construir una autovía hasta Córdoba en los actuales tiempos y nos ponen en correcta dimensión respecto de la distancia que nos separan aún de esta civilización. En la actualidad, donde el mundo entero está en recesión y el comercio internacional se ha reducido, el dragón ha despertado y, apoyado en los 2 billones 130.000 millones de dólares de reservas de su Banco Central -superiores a la suma de las reservas del G7- ha sostenido el crecimiento mediante el fortalecimiento de su consumo interno y las inversiones en infraestructura. Como ejemplo, basta con mencionar que China invirtió 4.300 millones de dólares para acondicionar la ciudad de Beijing para ser sede de los Juegos Olímpicos. Hoy recorrer la ciudad eriza la piel.

Estas fenomenales reservas permiten la promoción de la pequeña y mediana empresa. A la vez, que los empresarios chinos puedan contar con el mejor financiamiento para su expansión e internacionalización de su actividad. Para ellos, disponer del empuje estatal para el desarrollo científico y tecnológico se ve materializado en la construcción de 8 ciudades piloto para la innovación técnica de las Pymes, 500 centros de fomentos de la productividad, 40 centros de servicios de innovación, 100 incubadoras de empresas, 30 nuevas universidades científicas y tecnológicas y 20 unidades de negocios para chinos que regresan del exterior. Esto ha permitido que las 3 millones de Pymes que posee, participen en el 58 % del PBI, y en el 68 % de las exportaciones y a la vez sean titulares del 66 % de las patentes de invención registradas.

El yin y el yang

La concepción del equilibrio entre fuerzas contrapuestas, propia de la cultura oriental, se ve reflejado en un sistema donde lo político se haya comprometido con la revolución maoísta de 1949, pero que en lo económico goza de una apertura extraordinaria y absolutamente abierta a las inversiones extranjeras. Asimismo, conviven en el país la zona continental donde radica el poder político y la zona marítima de mayor desarrollo económico y mayor vinculación con el mundo.

Esta experiencia debería servirnos de lección, si la China de Mao ha entendido que no hay desarrollo social sin desarrollo económico y sin desarrollo científico-tecnológico, qué ortodoxia ideológica puede limitar a Latinoamérica para entender que estos conceptos pueden convivir.

La visita al Banco de Inversión y Desarrollo en Beijing nos muestra la importancia de un Estado que pone su acento en el respaldo al desarrollo económico. La visita a la ciudad de Shanghai, con su puerto en el mar unido al continente por una autopista de 32 kilómetros para recibir los buques Post-Panamax, nos muestra el rumbo de un obstinado interés por integrar esta economía al mundo, lo que constituye una gran esperanza para la cooperación con nuestra región.

Xiamen, sede de la 13º Feria Internacional

Esta integración al mundo es un objetivo preciso de China y es por ello que año a año se realiza en esa distinguida ciudad una Feria donde, esta vez, participaron 130 mil inversores de todas las latitudes. Gracias al inestimable aporte de la Bolsa de Comercio local, la presentación del Puerto de Santa Fe, con nivel de detalle, traducida al inglés y al mandarín, nos permitió difundir su importancia. Invocamos la necesidad de que este puerto de ultramar se desarrolle en una región caracterizada por la calidad de sus productos alimenticios y su agroindustria, lo cual fue vital para tomar contacto con grupos empresariales vinculados con la piscicultura, al sector del arroz y muy especialmente a la fabricación de glucosa de maíz, que ven en nuestra ciudad un punto posible de radicación de sus inversiones.

Estas visitas se realizarán a partir de octubre y constituyen el primer y más concreto e importante logro de nuestro viaje. Pero sin dudas, el fortalecimiento de los vínculos entre las dos regiones demandará una acción constante y continua para superar las distancias culturales, físicas e idiomáticas que nos separan.

Lo alentador es que de los 113.000 millones de dólares que han invertido las empresas chinas en el mundo, el 19 % de ellas han ido destinadas a Latinoamérica y que de las mismas, el 23 % ha sido a través del sistema de joint venture o de asociación con empresas locales para poder despejar las dificultades que generan los distintos conceptos de relacionamiento con el Estado y los sindicatos y las cadenas de distribución y comercialización en los distintos lugares.

Shanghai, el símbolo de la apertura

Sólo recorrer el río Amarillo, río que no es más ancho que el Paraná, y ver al mismo tiempo y en un mismo lugar transitar 4 líneas de Panamax y transatlánticos uno tras otro, nos da la clara visión de la importancia de los puertos como vínculos con el mundo. Visitar la torre de Shanghai nos permite tomar conciencia de la magnitud de esta ciudad, la más poblada de China; y ser invitados a la Feria Mundial Shanghai 2010, que recibirá a 70 millones de visitantes por el término de seis meses, nos da clara señal de la importancia de este largo viaje que hemos emprendido.

Visión con altura, para -como dicen los anfitriones orientales- entender que el pájaro que se despierta temprano es el que primero come el gusano, construcción de vínculos que quedan planteados a partir de la decisión de todos los representantes de la fraterna y despierta delegación latinoamericana de conformar una Asociación de Amigos de Latinoamérica y China con funcionarios del Ministerio de Comercio y los integrantes del Seminario, son sin lugar a dudas un camino a recorrer para llegar a un buen puerto, que es el desafío de los santafesinos.

(*) Presidente de

la Fundación Centro.

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Dr. Oscar Martínez en China. “Fuimos invitados por el Ministerio de Comercio de la República Popular China para participar en el Seminario Económico para Latinoamérica, el Caribe y los Países del Sudeste Asiático”.

Foto: Gentileza Fundación Centro