El Frente Progresista ganó con lo justo en Rosario

Germán de los Santos

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Son tiempos de hegemonías difusas. Porque después de las elecciones del domingo pasado en Rosario el mapa político local quedó atomizado en cinco fuerzas políticas, dos de ellas nuevas en la ciudad, como son el PRO y el Partido Socialista Auténtico (Proyecto Sur).

El resultado que modificó el entramado político estuvo ausente en los análisis previos que se hicieron en las usinas de las dos principales fuerzas, como el Frente Progresista y el Partido Justicialista, ambos perdieron terreno en estos comicios.

El oficialismo ganó ayer con el 28,7 % al obtener 127.455 votos. Perdió uno de los cinco concejales que ponía en juego y a partir de diciembre próximo la gestión de Miguel Lifschitz estará obligada a dialogar con el resto de las fuerzas, ya que sólo tendrá mayoría si consigue la presidencia del cuerpo, que tiene doble voto.

A pesar del triunfo por 4,5 % sobre el Partido Justicialista, el resultado de los comicios de ayer fue un llamado de atención para el socialismo y sus socios que gobiernan desde hace 14 años la ciudad. Quedó en claro que la actual administración atraviesa por un período de desgaste. A causa de los serios problemas económicos, Lifschitz no pudo delinear proyectos nuevos y dar soluciones a las falencias endémicas, como el transporte y obras de infraestructura postergadas.

“Hemos superado una elección difícil con una campaña dura, porque nos enfrentamos con una lista del peronismo que reunió a todos los sectores, como el reutemismo y el kirchnerismo, y que ha hecho una muy mala elección a pesar de los resultados de las internas”, explicó anoche el intendente, flanqueado por el gobernador Hermes Binner que visitó el bunker del Frente Progresista.

El Tigre, cerca

Con el ex intendente Héctor Cavallero a la cabeza, acompañado por el reutemista Diego Giuliano, la lista del PJ quedó segunda con el 24,2 %. Hasta el conteo de los sufragios los dirigentes peronistas estaban entusiasmados con obtener cuatro asientos en el Concejo, y conservar el capital de votos que habían reunido en la interna abierta, cuando contaron 170 mil boletas. Nunca pensaron que la baja iba a ser tan pronunciada. Ayer 107.409 rosarinos eligieron la lista liderada por Cavallero, y quedó fuera del Palacio Vasallo el actual edil Osvaldo Miatello, cuarto en la nómina.

Tanto el Frente Progresista como el peronismo perdieron espacio frente a otras fuerzas políticas, ya asentadas en la historia de la ciudad, como la Unión Cívica Radical (UCR), y los partidos nuevos, entre los que se destaca la perfomance del PRO y Proyecto Sur.

Los actuales concejales Jorge Boasso y Daniela León, quienes se postularon por el radicalismo no frentista, juntaron 69.716 votos, poco más del 15 %. Los dos ediles seguirán con su trabajo en el Concejo y serán quienes tendrán en sus manos la aprobación o el rechazo de los proyectos de Lifschitz. El actual presidente del cuerpo legislativo local, Miguel Zamarini, ya anticipó anoche que iniciarán conversaciones con Daniela León.

La sorpresa en la elección la dieron los candidatos del PRO, Laura Weskamp, histórica presidenta del Hogar de Huérfanos de Rosario, y Alberto Cortés, del Partido Socialista Auténtico, sello que utiliza en la ciudad el Proyecto Sur, que comanda Pino Solanas a nivel nacional. Weskamp salió electa con el 9 % (40.179 votos), y el ex edil Cortés obtuvo el 6,8 (30.210 sufragios). Sin demasiados gastos en publicidad, estos dos partidos nuevos en la ciudad dieron el batacazo. La aparición de partidos por fuera de las estructuras del socialismo y el PJ no se producía en Rosario desde la reducción de 42 a 21 miembros del Concejo hace casi una década.