SON TRES ESTADOUNIDENSES

Buscan la llave de la juventud eterna

y recibirán el Nobel de Medicina

Son tres biólogos que investigan una enzima que protege a las células del envejecimiento. Estos conocimientos también podrán aprovecharse en la lucha contra el cáncer.

 

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AFP/EFE

El 100 premio Nobel de Medicina fue otorgado a tres estadounidenses -Elizabeth Blackburn (también de nacionalidad australiana), Carol W. Greider y Jack W. Szostak- por sus investigaciones sobre una enzima que protege a las células del envejecimiento.

Los tres biólogos fueron galardonados por sus trabajos sobre la telomerasa, una enzima que “protege a los cromosomas contra el envejecimiento”, y que podría asociarse al mito de la inmortalidad.

Los telomeros, estructuras de ADN situadas en la extremidad de los cromosomas, controlan el principio del envejecimiento de las células y preservan la estabilidad del patrimonio genético, el genoma.

Los tres laureados, que enseñan en Estados Unidos, ganaron el premio por sus investigaciones que demuestran cómo los telomeros y la enzima telomerasa “protegen a los cromosomas del envejecimiento”, indicó el comité Nobel.

En entrevista a la radio pública sueca, Carol Greider, que muy temprano por la mañana se dedicaba a tareas domésticas cuando supo que había obtenido el Nobel, dijo que “estaba encantada”.

“Creo que el reconocimiento de investigaciones científicas fundamentales, impulsadas por la curiosidad, es algo muy, muy bueno”, añadió.

Por su parte, Elizabeth Blackburn explicó a la radio: “Hemos ido en busca de esa enzima (...). Me alegré mucho (cuando la descubrimos) y me di cuenta de que era algo muy interesante, que era un resultado muy importante, una sensación que no se tiene a menudo”.

Jack Szostak, en fin, espera celebrar “muy pronto una gran fiesta”.

Blackburn, nacida en 1948 en Tasmania (Australia), profesora en la universidad de California en San Francisco, y Jack Szostak, nacido en 1952 en Londres, ya demostraron en una investigación publicada en 1982 la manera en que el ADN -el código genético de la vida- de los telomeros protegía a los cromosomas. Se trata de una conclusión “excepcional”, según el comité Nobel.

Dos años después, el día de Navidad de 1984, la misma Blackburn y su joven alumna de entonces 23 años, Carol Greider, descubrieron y dieron nombre a la telomerasa, una enzima a veces llamada “enzima de inmortalidad”.

Pensando en el cáncer

La telomerasa, objeto de investigación en el marco de la lucha contra el envejecimiento, está también presente en las células cancerígenas, que tienen una capacidad ilimitada de multiplicación, lo que sugiere que la enzima también tiene efectos negativos.

“Los descubrimientos de Blackburn, Greider y Szostak agregan una nueva dimensión a nuestra comprensión de las células, aclaran los mecanismos de la enfermedad y estimulan el desarrollo de nuevas terapias posibles”, afirma un comunicado del comité Nobel.

Por estos trabajos, el trío ya había recibido en 2006 el premio Lasker, uno de los más prestigiosos galardones científicos, considerado frecuentemente como un pre-Nobel.

Carol Greider enseña desde 1997 en la universidad de Johns Hopkins en Baltimore (noreste de Estados Unidos). Jack Szostak, que vivió su niñez y juventud en Canadá, es profesor en Harvard desde 1979 y también en el Hospital general de Massachusetts en Boston (noreste).

El año pasado, el Nobel había recompensado al alemán Harald zur Hausen y a los franceses Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier por sus trabajos separados sobre los virus responsables del cáncer de útero y sobre el sida.

En los próximos días deben anunciarse los premios Nobel de Física, Química, Literatura, de la Paz y de Economía, que clausurará la temporada el 12 de octubre. La entrega de los premios debe tener lugar como cada año el 10 de diciembre en Estocolmo (Medicina, Física, Química, Literatura, Economía) y en Oslo el de la Paz.

Un descubrimiento de 1930

Los telómeros ya fueron descubiertos en la década de 1930 por los estadounidenses Hermann Joseph Muller y Barbara McClintock, que ganarían el Nobel de Medicina en 1946 y 1983, respectivamente.

En la década de 1950, los científicos comenzaron a comprender cómo se copiaban los genes, pero no lograron descifrar el proceso de división celular: hubo que esperar tres décadas más.

Estudiando los cromosomas de la tetrahymena, un organismo ciliado unicelular, Blackburn identificó una secuencia de ADN que se repetía varias veces en los extremos de los cromosomas.

A la vez, Szostak observó una molécula linear de ADN, una especie de microcromosoma, que se degradaba rápidamente cuando era introducida en células de levadura.

Blackburn presentó sus resultados en una conferencia en 1980 y atrajo la atención de Szostak: juntos ensayaron un experimento que en 1982 probó que la secuencia de ADN de los telómeros protegía los minicromosomas de la degradación, y que esa secuencia está presente en la mayoría de plantas y animales, desde las amebas al ser humano.

Greider, entonces estudiante de doctorado, y su tutora, Blackburn, descubrieron en 1984 la enzima telomerasa, que desempeña un papel crucial en la división y envejecimiento de las células.

A partir de ese hallazgo, Szostak identificó células de levadura con mutaciones que provocaban una reducción gradual de los telómeros, mientras Blackburn hizo mutaciones en el ARN (ácido ribonucleico) de la telomerasa y observó efectos similares en la tetrahymena.

En ambos casos, había un envejecimiento prematuro de las células; en contraste, los telómeros prevenían el daño en los cromosomas y retrasaban el envejecimiento, también el de las células humanas, como demostró más tarde Greider.

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Carol Greider

Foto: AFP

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Jack Szostak

Foto: AFP

10

millones de coronas suecas

conforman el premio Nobel. En este caso, representan 1.434.000 dólares ó 980.000 euros que pueden eventualmente ser compartidos por un máximo de tres galardonados.