Sin agua Bolsones del Pami Jubilada muy preocupada Varias tarjetas Se perdió Barto Reflexión y debate Agradecimiento Lomos de burro Seguridad vial Pedidos reiterados Dura realidad

¡Pobre área fundacional!   Arq. Eduardo Mario Villaverde. DNI: 6.280.712. Ciudad. Señores directores: Si tomamos símbolos emblemáticos de Santa Fe, hay dos que sobresalen, aunque de distintas características: el Puente Colgante y el área fundacional. Esta última, más ligada al origen histórico de nuestra ciudad, sobre la cual quiero poner el acento, destacando como más valiosas, aparte del trazado urbanístico copiado de Cayastá, las iglesias de los jesuitas, Nuestra Señora de los Milagros, y la de San Francisco. Como marco de referencia al santuario jesuítico, que data de 1660, tenemos el espacio de la plaza, rodeada de edificios de gran valor institucional, como la Casa de Gobierno, los Tribunales, la Catedral y el Colegio de la Inmaculada Concepción. ¡Qué gran tesoro del patrimonio arquitectónico el Santuario de los Milagros! Y no por ello menos importantes los demás para conformar la riqueza de este espacio. Sin embargo, no parecen considerarlo así las autoridades que nos gobiernan, al no destacar su importancia turística y como lugar de paso y encuentro para sus habitantes, recuperando la manzana actualmente en estado de abandono, como tierra de nadie y vergüenza para el orgullo ciudadano. “Estamos recuperando plazas, parques y edificios históricos...”, reza la propaganda del gobierno de la ciudad. Pero este espacio de la plaza quedó como un sitio residual, al arbitrio de los muchachos que con sus patinetas usan los canteros como trampolines, quizá en un acto inconsciente para demoler los vestigios de una obra producto de otro gobierno, que no acertó en su intento de realzar el lugar, malgastando los dineros del erario público. En honor a la Negra   Stella Maris Taboro. San Jorge. Por tu voz de mieles y calandrias/ que en el aire del recuerdo quedará,/ tu rica huella no vuelve más.// Un sendero de zambas y vidalas/ te acompañarán,/ y en un arrullo de guitarra/ descansarás.// En un viento de primavera duermes/ más allá de tu Tucumán./ Vestida de canto y dulzura/ tu voz se agigantará/ en los años que vendrán.