27 años en el departamento Vera

El Pro Huerta, base de una economía más solidaria

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En el fondo de esta huerta orgánica demostrativa que funciona en el CECLA Nº 6670 de Calchaquí, se aprecia un macro túnel, uno de los logros técnicos del Pro Huerta.

Foto: archivo

Coincidentemente con el inicio de la primavera de 1992 el Programa Pro Huerta del INTA comenzó a desarrollar sus actividades en Calchaquí y su radio de influencia.

 

Gustavo Capeletti

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Fue, más precisamente, el 28 de septiembre de ese año cuando cristalizó la idea de afianzar las economías familiares más desprotegidas de esta zona con la capacitación de sus actores en el trabajo de la tierra, para sustento y comercialización.

En aquel amanecer, el proyecto generó una enorme repercusión, al punto de ser rápidamente acogido por docentes, pequeños productores, desocupados, instituciones públicas y entidades privadas que acertaron en insertarlo en la vida cotidiana de cada localidad.

La responsabilidad de conducir este proceso de transformación social y económica recayó desde un primer momento en el técnico Walter Figueroa, un aplicado profesional de reconocida trayectoria que le imprimió una impronta con características propias, de rápido crecimiento y desarrollo cualitativo y cuantitativo de sus objetivos.

A poco de ver la luz, la propuesta extendió su influencia a otros puntos del departamento Vera. Así, tanto la cabecera homónima como La Gallareta, Espín, Margarita y otras localidades recibieron el influjo virtuoso del Pro Huerta, evidenciado en la generación de espacios valiosos para el acercamiento de la gente a las actividades productivas, la formación de dirigentes, en fin, el fortalecimiento de lazos de intercambio (que en algunos casos superan los 16 años) que conforman.

Un sello en la zona

Hoy el Pro Huerta forma parte de la vida cotidiana de la gente que lo ha hecho suyo y de igual manera valora y defiende cada proyecto y cada logro, explica con orgullo Walter Figueroa. “El modelo de huerta impulsado ya tiene un sello en la zona y en la provincia”, agrega, fundamentando su apreciación con datos contundentes: “Los galpones avícolas, los macro túneles, el impulso de la actividad frutícola, de producción de flores son logros que el Pro Huerta y la gente han sabido llevar adelante gracias a la existencia de grupos con mucha identidad y compromiso”.

Un ejemplo concreto de esto último es el grupo Granjeros del Norte, que “desde las entrañas mismas del Pro Huerta surgió como una valiosa herramienta metodológica que asegura la puesta en marcha de numerosas iniciativas” que surgen de la misma gente, advierte Figueroa. Y ofrece como ejemplo la optimización de recursos tanto humanos como materiales y contar con las herramientas adecuadas para superar contingencias o emergentes propios de la marcha de las actividades.

Por otra parte instituciones en su totalidad han sabido entender la mística del programa y la hicieron suya, postergando sus propias identidades para “colaborar” con sus objetivos, “lo que representa toda una lección de solidaridad y valores humanos”, expresa el técnico.

La realidad es que a través del Pro Huerta se benefician en Calchaquí y zona más de 1200 familias, 30 instituciones, con la presencia de 50 promotores (entre docentes, voluntarios, institucionales), afirma Figueroa que resume con una frase la importancia de este esquema de trabajo en el tejido social regional: “Mucha gente en el Pro Huerta ha encontrado su lugar en el mundo”.

Planificar los objetivos

La planificación de las labores entre el técnico y sus protagonistas entendidas en períodos anuales ha arrojado los resultados que este tipo de estrategia de participación real genera: se logran los objetivos que se planifican, se superan emergentes inesperados y la propuesta se retroalimenta de manera importante ya que los propios interesados forman parte del proceso.

Esto ha dado lugar a la implantación de modelos de huertas con sello propio, galpones avícolas que combinan lo productivo, lo estético y la participación solidaria en sus construcciones. También a la utilización de un vocabulario técnico específico es un orgullo de los grupos de la zona.

Respecto a los valores que ha sembrado el Pro Huerta se destaca la implantación de modernos y estéticamente admirables macro túneles que tienen como finalidad fomentar un grupo de productores de flores, pero, a la vez, generar plantines de hortalizas que son distribuidos gratuitamente.

En estos grupos “la palabra tiene un significado real, el compromiso se traduce en hechos, el diálogo es algo cotidiano, y así es como personas que hasta hace algunos años no hablaban (por su timidez), en las reuniones hoy coordinan grupos en los ya habituales Encuentros de Granjeros, promotores y huerteros”, implantados en la zona y que son casi una veintena, consigna Figueroa.

Los espacios se reflejan a través de reuniones de asistencia técnica, cursos específicos, encuentros de granjeros, promotores y huerteros, y la infaltable “mesa chica” que mensualmente se realiza rotativamente en distintas localidades.

se logran los objetivos que se planifican, se superan emergentes inesperados y la propuesta se retroalimenta de manera importante.

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27 años después

Un renglón aparte lo configura los proyectos específicos que han surgido de la motivación y conocimiento de lar realidad de cada zona: los galpones avícolas (para un incipiente grupo avícola) y los macro túneles (para el grupo de productores de flores), forman parte de un proceso, que como extensionista nato tal cual se reconoce Figueroa, es llevado adelante teniendo en cuenta hasta los mínimos detalles. “Al fin y al cabo, la gente será quien escriba su propia historia”, observa. Es habitual, también, que al ingresar en estos grupos muchas personas culminen sus estudios primarios, secundarios, y otros tantos ingresen en carreras terciarias. Estas decisiones son premiadas cada fin de año, de igual manera que se estimula la laboriosidad con la elección del Promotor del Año. Con el correr de los años se fueron sumando actividades recreativas y educativas por lo que los participantes esperan con ansias el concurso de preguntas y respuestas, o el concurso de huertas escolares y familiares que ya son parte de la actividad anual y que nutren este sueño real y compartido que cumple ya 27 primaveras al servicio de la gente.