Cada hogar, un estilo

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Las nuevas tendencias en decoración son tan atractivas que invitan a renovar nuestro hogar. Un paseo por los distintos estilos le ayudará a conseguir un sello personal.

TEXTOS CARMEN MARÍN / FOTOS EFE REPORTAJES

Del colonial al “shabby chic” pasando por el rústico, existe una gama de estilos de decoración que son los más demandados en la actualidad. No es obligatorio seguirlos al pie de la letra, los expertos aconsejan mezclar hasta conseguir un hogar con carácter propio y acorde al estilo de sus moradores.

ZEN

Tiene su origen en el budismo y posee una filosofía espiritual que busca la armonía y el conocimiento de si mismo a través de la relación con el entorno y el universo, se aleja de la ornamentación excesiva y busca la tranquilidad que requiere el ajetreo de los tiempos modernos.

Este tipo de decoración requiere espacios ordenados, pocos muebles de líneas bajas, simples y rectas, tejidos naturales y tonos tan neutros y suaves como el blanco, el beige, el gris o el ocre. La nota de color llega de la mano de algún objeto decorativo en verde, rojo o “wengue” (marrón chocolate).

Los materiales más comunes en este estilo son la madera y el bambú para el salón y las habitaciones, mientras que la piedra y pizarra se reservan para los baños y las cocinas. La iluminación debe de ser sutil e indirecta.

Los objetos y adornos suelen recrear las costumbres orientales y forman parte de esta estética el sonido del agua con pequeñas fuentes o cascadas, las velas y el incienso.

RÚSTICO

El origen de este tipo de decoración está en el campo. La madera en vigas y pavimentos, la piedra en fachadas, paredes y chimeneas, el hierro en escaleras y rejas y el barro en suelos, son los materiales más importantes de este estilo.

Los accesorios con sabor a pueblo como fruteros de cerámica, canastas de paja, estanterías de madera, bancos corridos, sillas de enea y cabeceros de forja y bronce se ubican perfectamente en el “country”. Los cuadros y las flores se estampan sobre colchas, edredones, almohadones y cortinas.

Los colores de la naturaleza como el verde, el amarillo, el azul, el teja y la gama de los ocres dejan sus pigmentos sobre las paredes de los dormitorios, la biblioteca, el salón, los baños y la cocina de las distintas variaciones del rústico.

El agua también es otro ingrediente. Las fuentes con cerámica o adoquines embellecen jardines y patios interiores. Flores y plantas como geranios, hortensias, romero, lavanda y árboles frutales, se encargan de envolver el jardín es esa atmósfera rústica tan anhelada.

COLONIAL

Este estilo, que nació a finales del siglo XIX y principios del siglo XX cuando comenzaron a moverse los primeros cauces de inmigración europea hacia América y Asia, se caracteriza por muebles grandes en maderas autóctonas como la teca. En el estilo colonial no pueden faltar muebles como las camas con dosel cubierto con delicados tules, baúles, biombos, sillones, mecedoras de mimbre, vitrinas altas para las vajillas, escritorio con cajones, bañeras ovaladas con cuatro patas y alacenas, todos ellos coordinados con rafia y arpillera.

Respecto a los tejidos, el lino y el algodón son los reyes indiscutibles en estos hogares. A la hora de elegir colores se debe barajar la familia de los beiges y los marrones para reservar ese espíritu tan romántico como nostálgico.

KITSCH

De origen alemán, el estilo “kitsch” destaca por el dominio del color y de las formas llamativas y originales que se alejen de los cánones decorativos tradicionales y más convencionales. Tonos como el rosa chicle, el amarillo, el azul añil, el verde manzana o el rojo son los favoritos para conseguir este ambiente tan original como extravagante. El plástico, el cristal, las pieles sintéticas, el metracrilato o el alambre, son algunos de los materiales que se utilizan para llamar la atención.

MINIMALISTA

Este tipo de decoración, que arranca en Nueva York en los años 60 y alcanza su madurez en los 70, se caracteriza por la simplicidad de sus formas, los espacios abiertos, las líneas puras y los colores neutros. Su lema es “menos es más”.

Los materiales que predominan en este estilo son el vidrio, el cemento pulido, la madera, el acero, la pizarra y piedras porosas.

En cuestión de telas, las más deseadas son el lino, el algodón, el hilo y la arpillera. Se debe renunciar a los estampados florales, vegetales y geométricos.

Los muebles de líneas rectas y en colores claro otorgan ese ambiente sereno y sobrio que requiere el minimalismo.

COMBINACIÓN

La esencia del estilo “shabby”, donde los colores suaves como el rosa, salmón, ocre, coral o trigo se mezclan con el blanco, es combinar objetos y mobiliario “vintage” con otros contemporáneos hasta conseguir una atmósfera “chic” y cálida.

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SHABBY CHIC

Creado por la decoradora estadounidense Rachel Ashwell, este estilo se inspira en las grandes casas de campo inglesas, donde el color blanco, los muebles antiguos decapados y los tejidos estampados con delicadas flores son los protagonistas.

ROMÁNTICO

Se caracteriza por proponer una decoración fina y distinguida, donde las lámparas de cristal sopladas, las cortinas, los edredones, las colchas, almohadones y toallas con puntillas y bordados artesanales, aportan ese aire romántico.

DETALLES

Las velas, candelabros, revisteros y porcelana con motivos campestres añaden al estilo “shabby”, también llamado desaliñado, la nota más moderna y elegante.