Señal de ajuste

La Pyme del terror

La Pyme del terror

ROBERTO MAURER

Sólo simpatías puede despertar “Dromo”, que acaba de estrenar América (los lunes a las 22.45), si se tiene en cuenta que es una producción independiente, aunque sin productora constituida, en la cual se jugó todos sus ahorros el actor Alejandro Fiore (conocido por el público televisivo a través de su trabajo en “Los simuladores”), con el apoyo solidario de colegas famosos que trabajaron por amistad a precios reducidos, y que inclusive aportaron familiares como extras, mientras el padre de Fiore colaboraba como transportista y la madre se ocupaba del catering: una Pyme.

Para colmo, es una inversión de riesgo en un género al cual siempre el éxito le fue esquivo en la televisión argentina: la ficción fantástica, aquella que recurre al terror, la ciencia ficción, el suspenso y, a veces, al humor negro. El rubro no solamente requiere una tradición y una especialización inexistentes en la Argentina (*), en tanto también necesita de originalidad, ya que se trata de un yacimiento que ha sido y sigue siendo explotado intensivamente. El espectador es bombardeado todo el tiempo por expresiones cinematográficas extranjeras del género, y las comparaciones siempre son inevitables. Inclusive en Hollywood se experimentó el agotamiento, al punto de que desde hace algunos años, el terror pudo convertirse en un recurso renovable gracias a la imaginación del cine del Lejano Oriente, a cuyas creaciones, en especial las japonesas, debió recurrir la gran industria.

De todos modos, el terror y lo fantástico parecen intrínsecamente hostiles a la televisión, cuya naturaleza de fragmentación, realismo y colorinche no se ajustarían a la sugestión, los climas sombríos y los efectos sobrenaturales.

UNA SOGA PARA EL NONO

“Dromo, nada es lo que parece” es un ciclo de trece unitarios realizado con elencos variables, aunque algunos actores se repetirán, que debutó con una historia titulada “El árbol familiar”, con el propio Fiore como protagonista, el retorno de Nancy Duplàa a la tele, Federico D’Elía y Jorge D’Elía, otros ex de “Los simuladores”, y Héctor da Rosa en los roles principales.

“En esta familia, los abuelos se cuelgan de los árboles”, se oye decir. “Se cuelgan de El Árbol”, otro corrige. El personaje central perdió trabajo y esposa, vive en una pensión, de niño vio a su abuelo ahorcado en el árbol de la casa familiar y ahora acaba de descubrir a su padre colgado de la misma rama. Dadas las circunstancias, parece inevitable que sea una persona deprimida.

Para ocupar la casa vacía antes de venderla, el hermano próspero, egoísta y calculador lo convence de irse a vivir a la finca familiar, que no está llena de recuerdos, sino de pesadillas, como opinan los parientes cercanos, que no quieren siquiera pisar el lugar.

El protagonista alucina, y ve a los cuerpos de sus seres queridos hamacándose con la soga al cuello de la misma rama. Lo convocan, como diciéndole que hay lugar para otro. Es fácil de imaginar: el protagonista termina ahorcado, pero, irónicamente, por accidente, al tratar de voltear el árbol maldito. En la última escena, se insinúa que la tradición suicida de la familia puede prolongarse en el hijo adolescente, que mira el árbol, subyugado.

FICCIÓN DE RIESGO

Una idea atractiva, desarrollada con las actuaciones adecuadas y una música de fondo molesta, como si no se confiara en la acción dramática. Se evitaron los recursos fáciles, y los excesos de “Mujeres asesinas”, aunque el producto se adhirió a una fórmula demasiado clásica, en sintonía con la lejana “Dimensión desconocida”. Los guiones pertenecen a Andrés Gelos, también coproductor junto a Fiore.

Mientras los colosos generan ficciones convencionales, el canal América vuelve a arriesgar con creaciones originales, y ya lo hizo este año con “Todos contra Juan” y “Mitos”. Frente a “Valientes” y “Showmatch”, en su estreno “Dromo” llegó a picos de 8 puntos de rating. Es mucho, y pueden sostenerse si se considera la participación en los próximos unitarios de figuras conocidas, entre ellas algunas de gran relumbrón: Pablo Echarri, Juana Viale, Lucrecia Capello, Andrea Pietra, Facundo Espinosa, Fernán Mirás, Hilda Bernard y Martín Seefeld, entre otros.

(*) Si bien en 1962 todo el país miraba “El muñeco maldito”, la televisión todavía era un milagro de Dios, y esta ciudad era monocanal.

Alejandro Fiore (en el centro de la foto) es actor y productor de “Dromo”, la nueva ficción de América.

Foto: Gentileza América