El cerrojo se abre

Boudou anunció la reapertura del

canje para los bonos en “default”

Tres bancos privados aseguran tener mandato para canjear la mitad de los 20 mil millones de dólares aún impagos de la deuda pública argentina. El país busca reducir la tasa de interés que deberá pagar por nuevos créditos.

 

De la redacción de El Litoral

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Télam

El gobierno enviará el lunes un proyecto al Congreso para suspender por un período la Ley Cerrojo y así permitir el canje de los 20.000 millones de dólares de deuda en “default”, que no entraron en la operación de 2005.

El anuncio lo realizó ayer el ministro de Economía, Amado Boudou, quien aseguró que quienes ahora ingresen al canje deberán enfrentar “quitas mayores” a la que se hizo en el 2005 y que alcanzó al 65 por ciento del valor de los títulos en cesación de pagos.

“Los mercados financieros son un instrumento y no un fin”, dijo Boudou, quien explicó que este acercamiento de Argentina a la plaza internacional busca reducir la tasa de interés de los créditos que hoy deben pagar el Estado y las empresas privadas.

En el 2005, Argentina realizó un canje por su deuda en cesación de pagos que alcanzaba a 81.835 millones de dólares. La Ley Cerrojo fue aprobada por el Congreso en febrero de 2005 para dejar en claro que no habría en el corto plazo una reapertura de esa operación para quienes no ingresaban.

Boudou, en una rueda de prensa brindada junto con el secretario de Política Económica, Roberto Feletti, y su par de Finanzas, Hernán Lorenzino, explicó que esta suspensión “permitirá reabrir el canje y recibir las ofertas de aquellos que en el 2005, de manera errónea, consideraron que la propuesta argentina no era satisfactoria”.

Ahora, tres bancos, el Barcklays, el Citi, y el Deustche, firmaron con el Estado una “carta mandato” para llevar adelante esta operación, y aseguraron tener para canjear 10.000 de los 20.000 millones que se encuentran en “default”.

Sin detalles

Debido a que la oferta primero debe ser informada a los organismos regulatorios locales e internacionales, como la Comisión de Valores local, y sus pares de Estados Unidos, Europa y Japón, los funcionarios se abstuvieron de brindar precisiones en torno a cuál será el bono que se les otorgue a cambio a quienes ingresen al canje.

Sin embargo, fuentes financieras que participan en la operación explicaron a la prensa que, quienes acepten el canje, deberán aceptar una quinta mayor al 65 por ciento, pagar las comisiones, y recibirán un bono a mediano plazo.

Además, estos bancos ofrecieron pagarle en efectivo al gobierno el equivalente al 10 por ciento del total canjeado, a cambio de que el Estado le otorgue un título.

Boudou dijo que el gobierno pretende que los nuevos bonos, el que entreguen a los tenedores y a los bancos, “tengan una tasa menor a un dígito”. El ministro destacó que este regreso a los mercados financieros fue una de las tareas que le encargó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuando asumió la cartera económica.

Aseveró que el gobierno no busca un mayor endeudamiento y enfatizó que el país “está en condiciones de avanzar sin emitir nueva deuda”. Apuntó que este año, cuando varios analistas hablaban de problemas para hacer frente a los pagos de los títulos, “Argentina mostró su solvencia”.

/// análisis

Fin al verso del “desendeudamiento”

Sergio Serrichio/CMI

Si algo debe quedar claro de la decisión de reabrir el canje de deuda con los bonistas que no aceptaron la restructuración de marzo de 2005 es que el gobierno no lo hace para pagar nada, sino para hacerse de dinero a corto plazo, a cambio de aumentar el pasivo que afrontarán los gobiernos futuros.

En tal sentido, el envío al Congreso de un proyecto para suspender la llamada Ley Cerrojo (26.017), que teóricamente clausuró la posibilidad de reabrir aquella operación, es asimilable a los cambios a la Ley de Responsabilidad Fiscal para que las provincias se endeuden a gusto.

Economía quiere aprovechar que los mercados están calientes por prestar. Pero la clave no es, como dijo Boudou, el buen “desempeño” argentino, sino que el gobierno pagará mucho más que lo que los inversores obtienen en países como Brasil, Chile y Perú.

Ni el manotazo a los fondos que manejaban las AFJP ni el sometimiento fiscal de las provincias, a las que hambrea de recursos, parecen bastarle al gobierno para pagar las cuentas. Y el superávit fiscal encoge a ritmo pavoroso. El de septiembre fue 94 por ciento inferior al de un año atrás.

La decisión desenmascara también el verso del “desendeudamiento”. En diciembre de 2001, cuando la Argentina declaró el “default”, la deuda pública era de 145.000 millones de dólares. Ocho años después, tras una quita de 67.000 millones a los acreedores privados (primer canje) y de la “liberación” de 2006, cuando Néstor Kirchner decidió pagarle 9.500 millones en efectivo al FMI, es de 140.634 millones (dato oficial al 30 de junio pasado). Y ahora los Kirchner quieren volver a endeudarse.

Boudou anunció la reapertura del canje para los bonos en “default”

El ministro asegura que el país no necesita crédito, pero igual quiere que le bajen las tasas de interés.

Foto: DyN

reapertura del canje deuda.pdf

Los buitres

Aunque dice que espera el ingreso de todos los acreedores al nuevo canje, Boudou admite que “un piso del 60 %” sería “una buena marca”. El ministro recordó que la Justicia de los Estados Unidos “puso un límite” a los embargos que vienen llevando los denominados fondos buitre; pero en los mercados se da por descontado que esos fondos no entrarán al canje y seguirán adelante con la causa judicial, con espaldas suficientes para hacerlo y con buenas perspectivas para sacar ventajas de ello.

/// EL DATO