Honduras

Zelaya da por agotado diálogo con golpistas

AFP

El equipo del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dio por concluido esta madrugada, el diálogo con el gobierno de facto de Roberto Micheletti tras la negativa de éste a restituirlo en el poder, poniendo fin a 16 días de arduas negociaciones.

“Damos por agotado el diálogo, no podemos seguir dando plazos”, afirmó Mayra Mejía, integrante del equipo de Zelaya después de que se cumpliera a medianoche el ultimátum que había dado el presidente depuesto a Micheletti para ser restituido en el poder.

La restitución de Zelaya es el principal punto del Acuerdo de San José, propuesto por el mediador en este conflicto, el presidente costarricense Oscar Arias, para poner fin a la crisis política desatada por el golpe de Estado del 28 de junio. El gobierno de facto, tras el ultimátum de Zelaya, anunció que hoy hará una contrapropuesta.

“Nuestra contestación o nuestra contrapropuesta será presentada mañana (viernes)”, anunció Vilma Morales, del equipo de Micheletti.

“Pedimos a nuestros socios de la mesa de diálogo que pongan a un lado los juegos políticos (...) y llegaremos a la meta final mañana (viernes)”, agregó Morales.

Sin embargo, Mejía dijo que “la propuesta puede ser recibida por los representantes de la OEA (Organización de Estados Americanos)” que han estado acompañando el diálogo desde que se instaló el 7 de octubre y sólo se reanudaría si se habla de la restitución de Zelaya.

Mejía dijo que, esta mañana, Zelaya hizo “una reunión de trabajo para poder definir la ruta” que se seguirá.

La mesa de diálogo fue instalada el 7 de octubre luego de una visita de una docena de cancilleres y representantes de América y España y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.

Las negociaciones giraron en torno a 12 puntos del Pacto de San José propuesto por el mediador, Oscar Arias.

Las dos comisiones negociadoras se pusieron de acuerdo en un 95% de los puntos del acuerdo de San José, entre ellos, la creación de un gobierno de unidad, la celebración de las elecciones el 29 de noviembre, no aplicar amnistía o el nombramiento de una comisión de seguimiento y otra de la verdad.

Asimismo, la delegación de Micheletti consiguió arrancarle la promesa a Zelaya que renuncia a convocar a una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución, que fue lo que detonó el golpe del 28 de junio.

Pero los dos grupos chocaron en el verdadero problema: la restitución del mandatario.

Zelaya ya había rechazado la propuesta del gobierno de Micheletti el 19 de octubre. Este insistía en que sea la Corte Suprema de Justicia la que decida su restitución, mientras que el presidente depuesto prefiere que esta decisión recaiga en el Congreso.

La delegación de Zelaya accedió a volver a la mesa de negociación el jueves por la tarde brevemente, después de que, la víspera, el Consejo Permanente de la OEA insistiese a las partes que siguieran buscando una salida a la crisis.

Estados Unidos y otros países miembros endurecieron el tono al pedir al gobierno de facto mayor compromiso y evitar tácticas dilatorias.

El asesor del mandatario depuesto Rasel Tomé había asegurado ayer que Zelaya “condicionaba” el regreso a la mesa de negociación a la firma de su restitución. “De lo contrario, no tiene ningún sentido” seguir dialogando, aseguró.

GB