Historia de una añosa comunidad

En la casa de familia Pomba se hizo el primer culto evangélico en Humboldt.

Historia de una añosa comunidad

El año pasado nuestra Comunidad Evangélica cumplió 120 en Humboldt. Ésta comenzó en el año 1888 y la Colonia Humboldt va camino a cumplir sus jóvenes 20 años. Una apreciable cantidad de familias que profesan la religión Evangélica Protestante son asistidas por la Congregación de Esperanza de la que son miembros.

El traslado a esa colonia fue dificultosa por la distancia, medios de transporte, caminos y surgió la necesidad de hacer algo al respecto. Un grupo de personas -entusiastas y progresistas- citaron a todos los que desearan participar a una asamblea de fieles, que se realizaría el 25 de mayo de ese año.

De esa asamblea surgió una comisión organizadora para hablar con el Pastor Federico Guillermo Forster, para que se hiciera cargo -en forma organizada- de la atención espiritual de los protestantes de Humboldt y que también tomara en sus manos la tarea de -según rezan los archivos- “fundar una escuela de instrucción pública no confesional”.

Fue entonces que en la casa de familia del señor Pomba se hizo el primer culto evangélico, oficiado por el Pastor Forster, quien en su sermón “exhortaba a la unidad en el espíritu, perseverancia en la obra iniciada, y el obrar mancomunado para nuestra causa eclesiástica”.

Como no se disponía de un espacio físico adecuado, en nueva asamblea del 5 de agosto de 1888, se resolvió “erigir un edificio en el terreno propiedad de la Comunidad, sito en el pueblo de la Colonia Humboldt, que deberá servir para hacer cultos religiosos como así para escuela”.

A partir de allí se construyó el edificio en tiempo récord; en marzo de 1889 ya se impartía el culto y la escuela no confesional contaba con 50 alumnos, quienes concurrían a clases dictadas en idioma alemán y castellano.

Desde que se organizó la Congregación y por muchos años, el viejo templo fue testigo de cultos, bautismos, casamientos, reuniones de comisión, confirmaciones, ensayos de coro, fiestas de Navidad y toda otra actividad que estuviera ligada al diario quehacer de la comunidad.

En 1930, este templo humilde, levantado con dedicación, entusiasmo y alegría, ya quedaba chico. Fue el lugar al que concurrían las familias para dar testimonios de su Fe y renovar sus esperanzas, ya que el trabajo era duro en estas tierras en que decidieron afincarse y forjar su porvenir. Pasó el tiempo y siguió latente la necesidad de encarar la obra que solucionara el problema del espacio físico.

UN NUEVO EDIFICIO

En mayo 1937 se nombró una comisión constructora del nuevo templo, se pidieron pareceres, se discutieron ofertas y se aceptó que un arquitecto de origen alemán se hiciera cargo de la nueva obra.

Se trataba del joven Peter Bartning, de 24 años, originario de Berlín, quien viajó a bordo de un barco que partió de Hamburgo, Alemania, el 19 de noviembre de 1937. Fue enviado por su padre, el Arq. Otto Bartning, prestigioso constructor de templos en Alemania, quien vio con mucho agrado que su hijo se hiciera cargo de dirigir y controlar la obra.

En 2007 y en vísperas de cumplir 120 años, la Comunidad Evangélica y 70 años el nuevo templo, quisimos hacer un homenaje a tantos y tantos hermanas/nos, recordar a quienes fueron los protagonistas de esta rica historia. Se cumple un nuevo aniversario de “ser luz y sal en nuestro pueblo’ y reafirmar nuestra Fe diciendo que “Jesucristo es el mismo, ayer, hoy, y siempre’ (Hebreos 13.8).

En esta reseña se mezclaron muchos sentimientos de quienes buscaron en la Fe uno de los alimentos necesarios de la vida y recuerdos de quienes fueron protagonistas. En este punto nos surgió la idea de poder ubicar algún familiar de este joven arquitecto que viniera en aquella oportunidad a levantar el nuevo templo.

La distancia, el tiempo transcurrido, 70 años de su partida, y no tener ningún dato preciso, no fueron obstáculos para mí. Además, Peter Bartning regresó a su patria el 10 de agosto de 1938, luego se declaró la Guerra y mal herido murió en ella en 1942. Por eso, el templo fue su primera y última obra.

Atando muchos hilos y convencida de que alguien nos guía, presentí que también desde la patria de nuestros antepasados (Alemania) había quienes estaban queriendo conocer algo sobre su trabajo aquí. Seguimos los contactos y logramos ubicar familiares. Tuve la oportunidad de visitar la casa de un sobrino en Alemania y, el 27 de agosto de 2009, después de 70 años de la partida de Peter Bartning de Humboldt, recibimos la visita de un sobrino nieto, Philipp Hartmann.

Muy emocionado, recorrió el templo, subió al campanario, se llevó las imágenes en su cámara, pero me dijo que se llevaba en el corazón parte de ese tío que no llegó a conocer pero del que su abuela, hermana de Peter, le habló siempre. La Comunidad de Humboldt agradece esta visita dejando escrita otra página de esta historia.

deraíces&abuelos

Belkys Reidel de Erni, presidenta de la Congregación Evangélica de Humboldt, envió a De Raíces y Abuelos esta reseña respecto al 120 aniversario de la comunidad en aquella localidad.

TEXTOs BELKYS REIDEL DE ERNI.