Fracaso

Prof. M. Carlos Visentín

DNI 2.389.173.

Señores directores: Fue un fracaso de los argentinos pretender hacer un conde de Maradona, como no es posible “hacer que un chancho silbe”. Perdón por la comparación, pero luego de escuchar la famosa conferencia de prensa del ex mago de la pelota -donde puso al periodismo argentino en el chiquero de un lupanar ante el mundo- no encuentro otro animal mejor para hacer esa comparación. Con respecto a su incontinencia verbal y utilizando siempre el mismo bicho, podría agregar que también “es imposible hacer callar a un chancho a palos”. Si la Fifa lo sanciona, ¿él dirá que le han cortado la lengua, como antes “le cortaron las piernas”, cuando lo expulsaron del equipo y lo devolvieron a la Argentina por doparse en un partido del Mundial de Fútbol de los Estados Unidos? Dirá ahora que Blatter y Havelange tienen la culpa.

Una característica de los argentinos es buscar culpables para luego tranquilizarse y dejar pasar el hecho al olvido. ¿Quién tiene la culpa de la designación de Diego? ¿Se puede culpar a Grondona, quien por años le cerró las puertas de AFA para todo tipo de relación? ¿La tuvo el periodismo “especializado” que apretó a la AFA y exigió esa designación ante el fracaso de Basile y la desconfianza hacia otros, como Pekerman, Passarella o Bielsa? Grondona nombró a Diego pensando que era un breve interinato y le puso a su lado a Bilardo creyendo que en poco tiempo éste sería el coach nacional, pero olvidó que Maradona es un ídolo y al ídolo se le perdona todo, se le justifican y minimizan los más gruesos errores y que además este hombre se considera a sí mismo un semidiós que no acepta haberlos cometido. La culpa, ¡siempre la tiene el otro! Hoy Grondona está delante de un grave problema, “como argentino”, tiene la obligación de defender ante la Fifa a Maradona. Debe hacerlo, aunque esté convencido de que desde el punto de vista moral, y de las buenas costumbres, los argentinos hemos incurrido en un asesinato a la cultura, porque por desgracia con Maradona se incluye en el mundo a todos los argentinos. Es un hecho más importante que el triunfo o la simple derrota deportiva: el “caso Maradona” es la más brillante operación de marketing del planeta, concretada por el periodismo argentino. Le entregaron un producto (Maradona) lleno de fallas de todo tipo, marcado por la droga, excesos verbales, gordo, tirándole tiros a los periodistas, criticando a las altas personalidades del mundo y cuántos hechos deplorables más y, sin embargo, “fabricaron” un personaje que vende millones de dólares y es aceptado y reverenciado en todo país que visita. Parece que Argentina... es Maradona. ¿Está claro el daño al país que este hecho ocasiona?

Como director técnico del seleccionado ya actuó: ¡ya basta, por favor! Ha concretado todo lo malo en el Seleccionado Argentino, haciéndole perder su fama de buen juego y su prestigio mundial. No critico la calidad de los jugadores, sino la del entrenador.

Si la Fifa aplica una severa sanción, que hasta la fecha de esta carta -20 de octubre- no ocurrió, puede ser el motivo ideal para echar a un entrenador que sólo tiene un salvavidas de plomo para auxiliar al Seleccionado Argentino el próximo Mundial de África. Ésa es mi humilde opinión.