Piedra y agua: recursos naturales para crear interés

Piedra y agua: recursos naturales para crear interés

La piedra y el agua son elementos naturales que, al combinarse, logran transformarse en un recurso que crea interés visual y muchas otras sensaciones.

Si está pensando en hacer una fuente, un estanque o una cascada en el interior de su casa o en el patio, tiene la alternativa de construirlos con piedras naturales de diversos colores, tamaños y texturas.

Con la piedra se puede crear ese lugar especial, fresco y mágico casi imposible de lograr con otro tipo de revestimiento. La cuestión es usar la piedra que mejor se adapte a la fuente o cascada que usted imaginó.

A partir de la diversidad de propuestas, en lo que a piedras se refiere, a los modos distintos de colocarlas y sobre todo a la fantasía del proyectista, se logran resultados únicos e irrepetibles.

A LA HORA DE PROYECTAR EL JARDÍN

El agua es uno de los recursos más interesantes cuando se plantea un jardín, porque aporta frescura, movimiento, refleja el cielo y ofrece la posibilidad de colocar plantas acuáticas, dentro o fuera de ella.

La piedra, por su parte, aporta rusticidad natural, colores únicos e irreemplazables. A la vez, por sí solas, logran generar sensaciones positivas, o sea, buenas ondas.

Un estanque o una fuente pueden convertirse en una parte importante del proyecto cuando adquieren un carácter escultórico y, más aún, si es posible verlos desde distintos ambientes de la casa o desde el mismo jardín.

Las piedras para construirlos variarán de acuerdo al estilo con que se los desee proyectar. Las hay más o menos rústicas, también las que aparentan tener volumen, porque en realidad son cáscaras de piedra; están las recortadas en distintos espesores y tamaños y, por supuesto, de variadísimos colores.

El sonido del agua cayendo sobre las piedras transmite paz y quietud; por eso sería interesante colocar una fuente aunque sea pequeña dentro de un sector íntimo del jardín, para destinarlo a espacio de lectura o, simplemente, de descanso, mientras contemplamos el cielo, rodeados de verde.

¿CÓMO FUNCIONA?

Una fuente funciona con un principio de circuito cerrado; la bomba sumergida toma agua y la impulsa a través de la boquilla u otro efecto elegido.

Para su construcción se debe tener en cuenta la provisión de entrada de agua, el desagote y el rebase. Es recomendable generar un efecto acorde con la necesidad del lugar, y coherente con la vegetación y la arquitectura.

La iluminación recomendada es la subacuática porque realza el efecto del agua. Una iluminación externa no nos devuelve la misma sensación visual. Se necesita un artefacto sumergible con lámpara de bajo voltaje (15 volts.).

Por último, para la instalación eléctrica se deberá tener en cuenta la conexión con cable a tierra y disyuntor.

Fuentes, cascadas y estanques son alternativas que otorgan jerarquía y distinción. Un lugar mágico en el interior o exterior de una casa.

TEXTO ARQ. ROBERTO PISÁN / FOTOS JARDÍN REVISTA (LA NACIÓN)

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