Se desarrolló en Reconquista taller de capacitación
La educación intercultural como sostén pedagógico del respeto a las diferencias
Durante dos jornadas, docentes de la Red de Escuelas y Colegios de AFS se perfeccionaron en Educación Intercultural. Cada año, 14 mil alumnos realizan intercambios en el mundo. De ellos, 250 son argentinos.
El grupo de voluntarios de AFS y profesores que se capacitaron en la ciudad cabecera del departamento General Obligado.
Foto: Agencia Reconquista
Agencia Reconquista
Participó en esta capacitación una veintena docentes de nivel medio de las localidades de Malabrigo, Reconquista, Romang, Villa Ocampo y Los Laureles. Cabe destacar que AFS es una ONG que hace más de medio siglo se dedica a posibilitar experiencias educativas internacionales para estudiantes secundarios y profesores.
El programa de trabajo se estableció en ocho capítulos donde, durante las dos jornadas, abarcaron temas como la multiculturalidad, los modelos educativos ante la diversidad cultural, el aprendizaje intercultural, el rol del colegio anfitrión en la experiencia de aprendizaje intercultural y los problemas que pueden presentarse en el aula ante la presencia de un estudiante extranjero, entre otros temas a desarrollar.
Los objetivos centrales de esta capacitación se centraron en conocer la misión, los objetivos y valores de la organización AFS, concientizar sobre la diversidad y revalorizar el rol del docente en la experiencia de aprendizaje intercultural.
La capacitación estuvo a cargo de la profesora Evangelina Sainz (voluntaria de la representación local en Rosario) y el Lic. José Manuel Buyatti (voluntario de la representación local en Reconquista).
En tanto, Paula Magaldi, encargada de Relaciones Públicas y Prensa, dialogó con El Litoral sobre los objetivos del taller.
—¿Qué contenidos se abordaron durante la jornada de capacitación intercultural?.
—En este taller de capacitación para docentes tratamos de interiorizarlos en educación intercultural. Trabajamos con docentes de colegios con los cuales tenemos ya un vínculo en la ciudad de Reconquista y en las zonas aledañas. Son profesores de nivel medio y tenemos la participación de cerca de 20 docentes
Los contenidos tienen que ver con la incorporación de personas que pertenecen a otro ámbito en cuanto al lugar donde el docente está impartiendo clases y cómo hace ese maestro para sumar a alguien con cultura diferente de la mayoría, cómo hace para que asimile los conocimientos y cómo él hace para bajar esos conocimientos, teniendo en cuenta que la otra persona es distinta del resto de la clase.
—¿Cual es la mejor estrategia para alcanzar un intercambio exitoso?.
—Lo ideal es que el chico cambie ciertos comportamientos culturales para adaptarse a lo que es nuestra cultura, pero, a su vez, los docentes, los voluntarios y las familias también tienen que hacer ciertas adaptaciones a su forma de pensar, abrir un poco la mente y pensar que el otro también es diferente; entender muchas veces cosas que parecen sin sentido, pero que, en realidad, son importantes para el otro
Esto es el respeto intercultural donde las diferencias deben ser valoradas. A nivel local lo podemos trasladar a las comunidades aborígenes, que muchas veces son criticadas desde nuestro pensamiento urbano que no llega a entender ciertos y determinados códigos de parte de ellos, y esa ignorancia nos conduce a discriminarlos.
—La sociedad, ¿participa de la experiencia?
—Las experiencias que realizan nuestros voluntarios en Reconquista implican tratar de involucrar a la comunidad. Por suerte, contamos con el apoyo del municipio local y de otras instituciones que entienden cuál es nuestro objetivo final, que es, insistimos, el respeto por la diferencia.
En todo el país tenemos casi 500 voluntarios que trabajan en gran parte de las provincias, también los hay en Uruguay. Siempre está el objetivo de vincular al estudiante con el medio donde se va desarrollar su experiencia.
Así, la sociedad se nutre del acercamiento de una cultura diferente, que un estudiante venga de EE.UU. con todo su bagaje cultural no significa que va a ser mejor, pero toda su forma de vida nutre a la sociedad de alguna manera.
A veces, ese impacto que logra el intercambio no es masivo, sino más bien personal.Primero, empieza con su familia, sigue con su grupo de amigos, se extiende a su grupo social más amplio y de a poco el efecto se vuelve multiplicador.
—¿Se vio afectado el programa por la crisis internacional?
—Para nosotros no fue un problema la crisis económica mundial. AFS intercambia anualmente en el mundo 14 mil estudiantes, en la Argentina recibimos alrededor de 450 estudiantes extranjeros y enviamos 250 argentinos a cerca de 35 países.