Según Ernesto Samper

Las bases de EE.UU.

traerán problemas

El acuerdo firmado por los gobiernos de Álvaro Uribe y Barack Obama para el establecimiento de militares y contratistas norteamericanos en bases colombianas “tendrá unas graves implicaciones en la determinación de la futura política exterior colombiana”, aseguró el ex presidente de ese país, Ernesto Samper Pizano.

En una columna de opinión que publica hoy en el matutino madrileño El País, Samper -quien presidió Colombia entre 1994 y 1998- alertó también que la incursión militar estadounidense en el país sudamericano podría dar la posibilidad a las Farc de “comprometer militarmente a los EE.UU. en la guerra colombiana”.

“En los documentos internos del Pentágono de enero de este año, antes de existir cualquier negociación con Colombia, ya aparecían señaladas las bases como parte de la estrategia de aseguramiento estratégico de los EE.UU. en el hemisferio sudamericano”, escribió.

Según el ex mandatario, el gobierno de Washington ha construido un nuevo modelo de bases militares en el exterior, denominado “bases expedicionarias”, las cuales “les permitirán vigilar, desde corredores geográficos determinados, a través de distintos sitios de abastecimiento, distintas aéreas del mundo”.

“Los nuevos enclaves militares norteamericanos en Colombia y, más concretamente, la base de Palanquero, localizada en el corazón del país y considerada la fortaleza emblemática de nuestra Fuerza Aérea, cumplirá este objetivo de aseguramiento estratégico de Sudamérica y la costa occidental de Africa a través de la isla de Ascensión, cercana a la ciudad de Recife en Brasil”, afirmó.

Samper rechazó que la incursión militar norteamericana en Colombia vaya a estar destinada al combate al narcotráfico y al terrorismo, ya que el tipo de aviones que llegarán son mucho más aptos para el “espionaje electrónico” y la inteligencia que para la “fumigación de áreas de cultivos ilícitos” o el “transporte masivo de narcotraficantes”.

“Así lo han intuido los países del hemisferio que, reunidos varias veces en Unasur, bajo el liderazgo de Brasil, han expresado su preocupación por esta peligrosa presencia norteamericana en la región”, añadió el ex presidente, quien luego de dejar el cargo se alejó de la política interna colombiana y se dedicó a intervenir en cátedras y foros internacionales.

“Ni siquiera las múltiples visitas de altos funcionarios del Departamento de Estado ni las cartas personales de Hillary Clinton a los mandatarios regionales han logrado atenuar la convicción que existe de que las nuevas bases no lanzarán operaciones en la zona. Y no es para menos”, abundó.