Conflicto aplacado

Firman una tregua en la CGT

Rosario para buscar la unidad

Antes de que comenzara el plenario de la central obrera en Rosario se produjeron incidentes. Luego de un llamado de Moyano, Néstor Ferraza, actual titular de la central obrera rosarina, y Dainotto, líder de los camioneros en Santa Fe, decidieron abrir una instancia de diálogo para evitar la fractura.

De la redacción de El Litoral

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Corresponsalía Rosario

Luego de que se produjeran golpes y corridas en la puerta del Sindicato de la Carne, ubicado en pleno barrio Saladillo, a lo que se agregó un llamado de Hugo Moyano, los actuales dirigentes de la CGT Regional Rosario y los referentes de Camioneros que con Marcelo Dainotto a la cabeza, aspiraban a disputar el cargo que ocupa Néstor Ferraza, actual secretario general acordaron empezar a negociar una lista de unidad.

En el plenario de la CGT estaba previsto que unos 200 delegados de 92 gremios que están dentro de la central obrera local designaran a los integrantes de la comisión directiva. Esta elección se iba a concretar por primera vez desde la normalización de la CGT en 2004, cuando asumió al frente de la central el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales, Néstor Ferraza, alineado con Hugo Moyano.

El mandato de los cargos de la comisión directiva de la CGT Rosario vencían en noviembre de 2008, pero en aquella oportunidad se pidió un año de prórroga. Este año apareció un opositor a Ferraza: el referente máximo de los Camioneros en Santa Fe, Marcelo Dainotto, quien está al frente del sindicato desde agosto de 2008 en reemplazo de Abel Beroiz, asesinado en pleno centro rosarino el 27 de noviembre de 2007. Dainotto, incluso, es secretario adjunto en el gremio que conduce Hugo Moyano, el secretario general de la CGT.

Peronismo

“La disputa interna responde más a la fractura del peronismo santafesino que a cuestiones sindicales”, aseguró ayer al mediodía el secretario adjunto de la CGT Rosario, Edgardo Arrietta. Ferraza está enrolado en las filas del kirchnerismo santafesino y en los últimos comicios del 28 de junio apoyó a Agustín Rossi, mientras que el otro sector está cercano a Carlos Reutemann.

Poco antes del mediodía, cuando el calor y la humedad hacían presagiar una tormenta, un grupo de camioneros intentó ingresar al Sindicato de la Carne, donde se iba a realizar el plenario. Pero en la puerta de ingreso, en Avenida Fausta, a unos metros de un enorme mural de Evita, unos 50 integrantes del gremio de la Carne, que conduce a nivel nacional José Fantini, se lo impidieron. Luego de que se produjeran golpes y corridas en Avenida Fausta al 5300, integrantes de los dos sectores decidieron establecer una tregua ante la posibilidad de la situación se “desmadrara”. El clima estaba enrarecido. Ferraza recibió un llamado de Moyano, quien le exigió que no iba a permitir que se produjeran incidentes. Hacía unas horas que el líder de la CGT se había reunido con Luis D’elía y tras un pedido de la presidenta Cristina Fernández coincidieron en levantar la marcha en apoyo a la gestión kirchnerista.

Mediación exitosa

En una oficina del sindicato de la Carne, donde Fantini ejerció un rol de mediador entre los dos sectores, la actual conducción de la CGT Rosario y referentes del gremio de camioneros decidieron acatar la orden de Moyano y encontrar un camino de unidad. La semana próxima el secretario general de la CGT recibirá a Ferraza y a Dainotto.

A la salida de la reunión, Matías Layus, secretario de prensa de la central rosarina, leyó un comunicado en el que advirtió que Ferraza y Dainotto “abogaron por realizar todos los esfuerzos y gestiones posibles a fines de consolidar la unidad del movimiento obrero de Rosario y su región. A este efecto propusieron que el Congreso convocado pase a un cuarto intermedio, moción que fue aprobada por aclamación de todos los presentes”.

Ferraza explicó que “en este momento complejo a nivel económico y político para los trabajadores la CGT no se puede dividir. Hay que hacer todos los esfuerzos para buscar la unidad”. El titular del sindicato de Municipales admitió que las diferencias internas no responden al plano gremial, sino “al político partidario”.