ENTREVISTA CON ALEJANDRO MARGULIS

Consideraciones sobre el relato y de cómo difundirlo

Periodista y escritor, publicó siete libros, de ficción y de investigación periodística. Visitó Santa Fe para dictar un seminario sobre la relación periodismo e Internet. Y para difundir su nueva novela. Perfil de un trabajador de prensa que diversifica sus actividades pero cuya pasión está en el texto.

Consideraciones sobre el relato y de cómo difundirlo
 

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL

El lugar del periodista free lance; las relaciones con las grandes empresas de comunicación; la vinculación con los nuevos medios y formatos, y la pasión por la escritura, sobrevolaron como temáticas en torno de la mesa de un bar entre Alejandro Margulis y El Litoral. Lo que sigue es una síntesis de esa conversación.

—¿Cómo nace tu interés por la vinculación periodismo e Internet, que es un tema muy actual y muy discutido? y ¿cuáles serían los lineamientos principales del seminario?

—Yo soy un hombre formado en el periodismo gráfico tradicional, al que después de 25 años de profesión, le llegó Internet -fines de los años 90-. Justo en un momento en que empecé a trabajar de forma independiente, fuera de las estructuras tradicionales, especialmente en el diario Clarín y La Nación. Cuando uno trabaja en forma independiente, se pone más abierto a los estímulos que andan rondando; Internet, en ese momento, estaba despuntando; y yo, que había comenzado a trabajar con una revista literaria en los años 70 (...), me encontré en el 2000 pensando que la web ofrecía muchas posibilidades: publicar infinita cantidad de material, sin límites de espacio, entonces podía recomenzar aquel proyecto de la adolescencia, ya siendo adulto, pero no difundiendo poemas o cuentos, sino libros completos, obras. Y armamos una página de Internet que se llamó ayeshalibros.com.ar (....) en ese momento entré en la gran fascinación que ofrecía el soporte digital. Entonces pensé, éste es el vehículo que la nueva literatura precisa para salir adelante. Y empecé a investigar el formato e-book.

—Había, unos diez años atrás, como una especie de aversión respecto de la “explosión” de Internet, aún entre los medios tradicionales...

—Había aversión y desconfianza, temor. Se instaló una polémica falsa, que al día de hoy todavía continúa (...) La discusión era bizantina y banal: se decía, “esto va a hacer desaparecer el libro papel”, etc. etc.. Esa discusión ahora está diluida porque está claro que van a convivir los dos formatos (papel/digital); nadie piensa seriamente que el libro va a desaparecer. Hubo una especie de paranoia vinculada con la industria editorial (....) Pero surgen nuevos dispositivos de lectura, los profesionales de la palabra pasan muchas horas frente a la computadora.

—Creo que ya conviven de hecho las dos alternativas.

—La impresión que yo tengo es que si surge una nueva herramienta de comunicación se suma a la anterior.

—Y en todo caso genera un reacomodamiento de los medios tradicionales.

—Es una polémica superada. Hoy el libro electrónico se convirtió en una gran herramienta para materiales inéditos, raros, o fuera de circulación; y todavía no es una herramienta de exploración para nuevos formatos. La hipertextualidad y los hipervínculos suponen grandes posibilidades.

—¿Te parece que los medios tradicionales, superada la aversión, incorporan necesariamente aspectos de los medios digitales...?

—Una disposición gráfica diferente, por ejemplo. Los grandes diarios, en principio han llegado a una versión digital movidos, yo diría, por una necesidad más de marketing que otra cosa, por la fidelización de su lector habitual. Sin embargo, todavía la transposición es demasiado literal (....) No es en todos los casos, porque se están formado grupos de redacción con producción propia, y se están modificando estilos, desde cómo titular a la organización de las noticias (....) También hay que tener en cuenta que los lectores digitales leen diferente que el lector de papel. Creo que también hacen falta editores digitales. Puede decirse que el lector escanea la página, es un lector curioso. Pero hay muchos rasgos de transposición de un lenguaje al otro.

EL ESCRITOR E INVESTIGADOR

—¿Cómo nacen en vos el interés por lo literario y lo periodístico?

—Comienzo a escribir desde muy temprano, en la adolescencia.

—¿Qué libro, autor, acontecimiento, fue lo que despertó esa tendencia por lo narrativo?

—Fui un adolescente en los años “70, o sea que abrevé en el boom latinoamericano de esos años, a full; compartí el gusto por la literatura norteamericana de la generación inmediatamente mayor a la mía, Miller, Capote, Salinger, esa fue mi formación (....) empecé a hacer periodismo literario en una revista en esos años (...) Buscando un curso de gramática me metí, siendo menor de edad, en una escuela de periodismo. Convencí a mis compañeros que tenía 18, lo cual fue mi primer trabajo de ficción logrado (risas).

—¿Qué es lo primero que publicaste?

—Mi primer libro fue un volumen de cuentos que se llamó “Papeles de la Mudanza” que reunió cuentos que venía escribiendo desde los 17 años. Salió por Catálogos, y circula hoy día sólo por Internet (...) los libros míos los publico en El Aleph.com, en formato digital. Y por lo menos la obra circula. Después, en el “93 publiqué una novela que se llama “Quién, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma”, en una editorial rosarina Beatriz Viterbo. Se convirtió en un libro de culto de la comunidad gay, de Buenos Aires (...) Después de eso publiqué un par de libros periodísticos: “Junior”, contando la historia de vida del hijo del ex presidente, una investigación periodística (...) fue un accidente, está corroborado por completo.

—¿Todo lo demás es un mito argentino?

—Sí, como dice Miguel Wiñazki, que tomó esa historia...

—Queremos creer que fue asesinado...

—Él habla de la “noticia deseada”, es muy interesante su teoría. El periodismo tiende a construir realidades que satisfacen el apetito del lector. Y que prefiere (...) es un pacto de lectura a la antigua “no te voy a decepcionar, voy a seguir contando o no voy a contar lo que no querés escuchar”. Eso es lo que el periodismo tiende a hacer, es un acomodamiento de la realidad.

—Ahora estás difundiendo “Novela de difuntos y colegialas”, tu novela que está buscando sello editor aunque presentás una versión preliminar...

—Sí, durante varios años publiqué sólo en Internet. (....) Tuve y tengo una cantidad de lectores que han bajado versiones de este libro. Y finalmente pensé este año que el libro merecía también estar en papel. Pero como es un libro cuyo tema es el morbo, es difícil. (....) Se trata de un tipo, jefe de gendarmes en Rosario, al que los familiares de desaparecidos iban a verlo para pedirle datos sobre sus familiares; lo primero que él hacía era entregarles un álbum de fotos con personas que habían estado detenidas (....) esto está en el “Nunca Más”. Yo venía escribiendo una historia de un fotógrafo que hace tomas de difuntos, y me tropecé con un dato. Estaba escribiendo sobre un fotógrafo porque había recibido la obra de un fotógrafo santafesino, Fernando Paillet, esperancino, que hacía también fotos de difuntos, un oficio muy común (...) De modo que uní todos esos tropiezos: este fotógrafo, Paillet, el “Nunca Más” (...) también es un poco el relato del terror, de lo abominable, que produce mucha resistencia; que es el de alguien que lucra con eso, pero a pesar de eso tiene una distancia. Es un personaje sin ideología el fotógrafo que yo inventé; él se considera un artista. La pregunta del fotógrafo es: si como dice Barthes la fotografía detiene la duración, qué cosa detiene la fotografía de un difunto. No quería sacrificar el morbo porque el morbo es un tema argentino, pero a la vez este fotógrafo, el personaje, hace fotografías de colegialas, lo que sirve de alguna forma para la compensación, Eros y Tanatos, y hace muy divertida la novela -lo tétrico y lo festivo o lo erótico- (...) hace que el libro sea legible.

Consideraciones sobre el relato y de cómo difundirlo

Las tensiones y relaciones entre periodismo e Internet fueron tratadas durante un seminario desarrollado en la Universidad Católica de Santa Fe. Foto: LUIS CETRARO

Consideraciones sobre el relato y de cómo difundirlo

Margulis, aun sin decirlo, se presenta como un escritor y periodista que detenta pasión por la construcción del relato, el texto y la lectura. Foto: LUIS CETRARO

Alejandro Margulis (1961). Entre 1978 y 1980 dirigió la revista literaria “Ayesha Literatura”. Trabajó en Clarín, La Nación, Editorial Perfil, y otros. Se dedica al trabajo free lance como escritor, periodista y agente de prensa y literario. Publicó cinco libros en soporte papel: dos de ficción -el libro de relatos “Papeles de la mudanza” (Catálogos, 1988) y la novela “Quién, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma” (Beatriz Viterbo, 1993)- y tres periodísticos -”Los libros de los argentinos” (El Ateneo 1998), “Junior, Vida y Muerte de Carlos Menem (h.)” (Planeta, 1999) y “Reconstrucciones de desaparecidos” (IMFC, 2002). Dicta talleres de literatura y periodismo y periodismo e Internet. Más información: www.ayeshalibros.com.ar

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