La iluminación posibilita distintas escenografías

El arte de lograr ambientes más gratos

De la redacción de El Litoral

Una acertada iluminación puede generar a partir incluso de un mismo espacio, distintos tipos de ambientes según sean las circunstancias. Buscamos que el lugar donde nos movemos sea el más acogedor y funcional para estar con la familia o los amigos, tener una velada especial o simplemente para sentirnos cómodos trabajando.

Iluminar un ambiente no es sólo mover un interruptor para tener luz cuando la natural comienza a menguar o no la hay. En términos arquitectónicos nos posibilita “crear momentos” y optimizar los dos o tres ambientes de una primera vivienda.

Los arquitectos Alejandro Rodríguez y Guillermo Eberhardt, de la cátedra de Instalaciones III de la Facultad de Arquitectura de la UNL explican que en materia de iluminación hay dos primeros factores a tener en cuenta: uno es una cuestión psicológica: el sentirse bien en el ambiente con luz artificial combinada con la natural y el otro, de carácter económico, el rendimiento de la lámpara para producir ahorro y así cuidar el ambiente.

La primera acotación que realizan los especialistas es que se está asistiendo al progresivo reemplazo de las lámparas incandescentes -las de filamento de Edison, con más de 100 años de antigüedad y mucho consumo de energía- por las denominadas leds, de bajo consumo.

Inmediatamente relatan que quienes hicieron el espectáculo de luz y sonido en las ruinas de San Ignacio (Misiones) a partir de la utilización de leds, por primera vez, tuvieron un consumo de energía en luz más bajo que en sonido. Aclara Eberhardt que “todavía” resulta cara la instalación inicial pero no todo lo que viene después con el consumo.

Queda planteado que la resistencia al cambio de unas lamparitas por otras, se origina en el color de luz que aportan las bajo consumo. Eberhardt sostiene que es una cuestión cultural, “pero -dice- en muy poco tiempo se ha avanzado mucho y vamos hacia una luz de leds más cálida”. Aclara que éstas pueden ser muy frías o de colores.

La escala del color

Si se quiere convertir un espacio en un ambiente más grato a partir de la luz, ¿qué es lo recomendable?

Rodríguez explica que la primera cuestión a tener en cuenta es la temperatura del color. El “color” de las lámparas se define por la escala de Kelvin. “Es una escala de color que va desde los amarillentos hasta los blancos azulinos, pasando por los blancos más tradicionales. Las lámparas incandescentes comunes siguen teniendo la ventaja por su sistema de funcionamiento: pasa una corriente eléctrica a través de un filamento y tiene una temperatura de calor muy baja, de alrededor 3.000 Kelvin. En tanto, un tubo fluorescente común, mide unos 7.000 Kelvin. Entre esos parámetros hay que buscar. Por eso las incandescentes siguen generando ese ambiente cálido”, dice el especialista.

Sin embargo, la tecnología fluorescente está logrando un arco grande entre luces cálidas y luces frías; en el envase se especifica si se trata de una u otra. “Simplemente hay que elegir la que prefiera”, sostienen los entrevistados. Pero remarcan como un punto a tener en cuenta que las luces de bajo consumo (leds) tiene 700 veces más de vida útil que una incandescente y un rendimiento 100 veces superior. “Se están desarrollando nuevas tecnologías para que además de eficiencia generen esa luz agradable”, aclaran.

Eberhardt indica que a la hora de elegir, “la intención es lograr en un mismo espacio, distintos momentos de ese ambiente, con diferentes efectos escenográficos. Si el lugar debe cumplir una función, por ejemplo una mesa con una ubicación, tendré que pensar en algo decorativo y en la tradicional araña colgante como luminaria. Pero, además, puedo pensar en luces que bañan las paredes para lograr un efecto más cálido, más difuso. Así se acentúan determinados elementos, como cuadros, a los cuales destaco con una iluminación puntual.

Si tengo para iluminar una escultura, recurro a una lámpara proyectora; en una casa, a la lámpara dicroica que tiene un haz concentrado.

Los especialistas sostienen que el mercado ofrece variantes en dicroicas. Está la lámpara común, que es en realidad es el reflector dicroico (tiene un proyectorcito incorporado dicroico), en tanto es la lámpara en sí misma la que fue variando. La original es una incandescente halógena que rinde el doble de una lámpara común y una temperatura de color muy agradable y se le han hecho dos reemplazos: al reflector se le ha colocado un tubito fluorescente de luz cálida muy chiquito (esto es bastante nuevo) y otra variante es un montón de leds. Entonces, el reflector dicroico puede tener tres tecnología diferentes y hay elegir entre ellas. El rendimiento aumenta a medida que avanza la tecnología.

En cuanto a las leds, reconocen que la tradicional de bajo consumo o tubo compacto, originariamente, no eran tan lindas pero han venido cambiando su formato espiralado. “Hoy aparecen con un recubrimiento esférico, tratando de asimilar la forma de la dicroica. Esto ha sido un avance importante y el otro, los tonos cálidos. Creo que lo que ocurre es que todavía no sabemos comprar: vamos a un comercio y pedimos un tubo compacto y no le estamos solicitando que sea de luz cálida. Si quiero un ambiente acogedor tengo que recurrir a luces cálidas para una iluminación general”, dice Eberhardt.

“Si vuelvo al caso de una araña en el centro de un local, esa luminaria era de diez lámparas de incandescentes de 60 watts; hoy estoy trabajando con 11 watts y las de bajo consumo han cambiado y vienen con formas redondeadas; ahora también en forma de velita”, continúa el arquitecto.

Para el trabajo

En general para ambientes de trabajo se aconseja el tubo fluorescente con reactancia electrónica que evita el efecto estroboscópico (el prendido y apagado) que se produce en el tubo fluorescente.

Para el trabajo se debería pensar en ambientes “fríos”, dicen los arquitectos y dependiendo de la actividad, además la lámpara puntual de escritorio. Allí sí recurrir a algún tipo de halógena, que tiene muy buena reproducción de los colores. Hoy estamos asistiendo a gran cantidad de trabajos sobre pantallas, por lo cual debemos tener cuidado con los brillos, cómo influyen en el reflejo sobre lo que estamos haciendo.

La tendencia tanto en los lugares de trabajos como en viviendas es de trabajar con los layers, es decir distintas capas de iluminación: una general armada con tubos fluorescentes; otra iluminación puntual en el caso del trabajo con una lámpara sobre el escritorio, que es otro nivel de iluminación. Podría haber un tercero si queremos destacar cuadros, o pantallas o un pizarrón. Y en el caso de una vivienda se puede disponer de una iluminación general y de destacar determinados elementos: una barra, una mesa o tener una iluminación difusa, sintetiza Rodríguez.

En un nuevo hogar

Lo recomendable es buscar el asesoramiento de alguien que conozca las nuevas tecnologías. El control de las lámparas ya no pasa sólo por prender y apagar; se puede utilizar un dimmer para ir bajando la iluminación y son económicos. Aclaran que antes eran cosas relativamente poco accesible pero en la actualidad, estos dimmers no tienen un costo importante.

Si hacemos el ejercicio con una vivienda nueva para un matrimonio joven, uno debería tratar de generar en el mismo ambiente distintas situaciones escenográficas, es decir que el ámbito posibilite momentos diferentes.

Para comer puedo tener una iluminación general y en el mismo artefacto para lograr un efecto acogedor se utilizan lámparas muy puntuales. Si estamos frente a un evento especial, es muy agradable tener exclusivamente iluminado el recurso mesa y el entorno, con un nivel lumínico bajo. Después en las paredes, luces rasantes o puntuales permiten otros efectos. Si hay una pared con un color intenso, se la puede destacar con una lámpara, o una con un revoque texturado que permite una luz rasante que genere luces y sombras y luego con la iluminación general, eso se pierde o se integra en un solo ambiente. “No estamos hablando en grandes costos”, resaltan los entrevistados.

Agregan que con estas luminarias se puede trabajar la luz de abajo hacia arriba. “Otro ejemplo es la utilización de la luz en una escalera, marcando los escalones de madera, que dan una sensación muy cálida”, dice Eberhardt. “Eso solo iluminado ya hace participar a la escalera -que era un elemento de uso exclusivamente- en uno decorativo dentro del ambiente, es decir, se lo incorpora morfológicamente”, concluyen.

IluminaciónArtificial.pdf

Organizar un esquema lumínico general requiere poder definir la función que le queremos dar a la luz artificial en cada espacio. Un asesoramiento oportuno permite utilizar mejor las tecnologías que el mercado ofrece.

Ana Catella / EL LITORAL

una araña en el centro de un local era de diez lámparas incandescentes de 60 watts; hoy estoy trabajando con 11 watts y las de bajo consumo han cambiado y vienen con formas redondeadas; ahora también en forma de velita”.

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Arriba: imagen renderizada del estar de una vivienda. Abajo: detalle de la escalera, en una fotografía del ambiente ya ejecutado.

Fotos: Gentileza Alejandro Rodríguez y Guillermo Eberhardt,

/// opinión

Contribución desde lo estético

Arq. Manuel Víttori

La arquitectura y la decoración también ayudan a ahorrar energía. Un buen proyecto debe contemplar varios factores: tener la mayor cantidad de ventanas posibles, de buen tamaño y siempre orientadas a los puntos cardinales menos conflictivos. Si es inevitable aventanar hacia el oeste, hay que proteger las aberturas con toldos, pérgolas con vegetación o galerías, de modo de amortiguar la temperatura y con ello, disminuir la necesidad de refrigerar ambientes.

Si la obra está en construcción, es bueno planificar ventanas con doble vidrio y paredes exteriores, techos y cielorrasos debidamente aislados de los efectos no deseados de la radiación solar. Si los muros exteriores ya están en la propiedad, lo ideal es pintarlos en tonos claros.

En general, es recomendable utilizar al máximo la luz natural. En ese sentido, hay que tratar de realizar la mayor cantidad de actividades dentro de la vivienda, aprovechando las horas de sol y en los lugares donde exista la necesaria aportación de luz natural, o bien desarrollar tareas en las áreas exteriores. Es mejor lavar, planchar y hacer el aseo de la casa durante el día con luz natural.

Si se habita en zonas de clima cálido como la nuestra, es recomendable ventilar la casa de noche cuando las temperaturas son más bajas y cerrar las ventanas con hojas vidriadas durante el día con el objeto de dejar entrar la mayor cantidad de luz natural posible, evitando la entrada de calor desde el exterior.

También es preferible pintar las paredes y cielorrasos con colores claros que ayudan a reflejar mejor la luz. Del mismo modo, en esto ayudan los espejos y los cortinados en tonos claros.