Resistencia contra la barbarie

Carmen Sigüenza

(EFE)

“Abrumado”, “agradecido” y sometiéndose a lo que no le gusta nada: ser entrevistado. Así vivió el gran poeta mexicano José Emilio Pacheco, a sus 70 años, la entrega del premio Reina Sofía de Poesí, que recibió de manos de la reina de España en el Palacio Real.

Un premio a toda su trayectoria, pero que, en su opinión, es un galardón también para toda la poesía mexicana y latinoamericana, “que es muy buena comparada con la situación social que vivimos. Sólo se me ocurre que escribimos poesía porque es una forma de resistencia contra la barbarie”, sentencia.

Y es que este poeta, adorado por jóvenes y viejos en su país y que fue considerado por los lectores, a través de Internet y la revista Letras Libres, en 2002, como “el mejor poeta vivo de México”, además de tremendamente humano, es un claro observador de la realidad, “un pesimista, al tiempo que vitalista”, preocupado por la condición humana, que luego vuelca en su poesía, sus narraciones y sus ensayos.

“Escribo sobre lo que veo -argumenta- y lo que veo no es para sentirse optimista. Ahora hay un nuevo matiz que no existía antes, una crueldad nueva. Por ejemplo, antes había venganza entre los gánsteres, pero a las mujeres y a los niños se les respetaba. Ahora aparecen los niños quemados vivos o un hombre decapitado al que le sacan los ojos; es monstruoso. Es de una impotencia terrible, yo creo que no soy pesimista, que con los seres humanos me quedé corto”, añade.

México es para Pacheco “todo”, además de ser el tema de muchos de sus poemas. Uno de ellos, convertido en todo un símbolo para muchos jóvenes: “No amo mi patria/Su fulgor abstracto/es inasible. Pero (aunque suene mal) daría la vida por diez lugares suyos/cierta gente, puertos, bosques, desiertos, fortalezas...”.

Pero este poeta que dice que ha tenido siempre en España el apoyo y la generosidad de poetas y editores españoles, pero que “todavía no ha llegado al publico lector”, vivió todo el fulgor cultural generado por los escritores españoles republicanos exiliados en México.

“Para España fue una tragedia, pero yo nací en el 39 y soy gracias a ellos. Soy una consecuencia del exilio español. A lo mejor no soy lo que soy sin ello”, dice humildemente este hombre que conoció a Cernuda, Max Aub, se carteó con Aleixandre y fue amigo de Octavio Paz durante años.

Autor de títulos como “Los elementos de la noche”, “Desde entonces”, “Ciudad de la memoria” o “La arena errante”, la poesía de Pacheco pasa por un neosimbolismo y un gusto por la palabra estética, y en ocasiones hasta barroca, que reivindicaron en España la generación de los Novísimos, como hoy recordó el poeta Jaime Siles durante la presentación ante los medios de la antología de su poesía, “Contraelegía”. Una publicación que forma parte del premio, con una amplísima introducción de la profesora Francisca Noguerol, y que ha sido editada por la Universidad de Salamanca, que junto con Patrimonio Nacional, convoca el premio, dotado con 42.100 euros.

“Viviendo donde vivo no se puede decir en qué voy a invertir el premio, que luego me secuestran”, dice con humor este escritor, “pero a esta edad, en qué lo voy a invertir: en médicos, claro”, apostilla sonriendo.

El paso del tiempo, la memoria, la luz, el fuego, los animales, a los que siempre pone en la misma medida que el hombre, los clásicos y los latinos, además de su conexión con Oriente son algunos de los componentes de la poesía de Pacheco, quien desde los últimos días tiene en España tres libros nuevos: La antología “Contraelegía“; que incluye tres inéditos, un nuevo libro de poemas “Como la lluvia”, y otro de prosa poética bajo el título “La edad de las tinieblas”.

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José Emilio Pacheco, poeta mexicano, recibió el Premio Reina Sofía de Poesía.

Foto: EFE