Escritor para todo público

Escritor para todo público

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS (*). FOTO. EL LITORAL.

MÓVIL DEL CRIMEN. “Siempre me gustaron las intrigas literarias, como las que hay en Borges o en Henry James. Me es más fácil pensar en móviles intelectuales para el crimen, que en el dinero. No es que no me haya faltado el dinero; pero me ha parecido mejor que la motivación del crimen sea la pasión intelectual o el amor”.

NOVELAS JUVENILES. “Empecé a escribir libros para jóvenes cuando dejé de hacer historietas. Mi primera novela para adolescentes, “Desde el ojo del pez”, apareció en 1991; era una típica novela de iniciación, que hubiera podido ser publicada en cualquier colección de literatura adulta. El protagonista era joven, pero no necesariamente el lector. Contaba la historia de Max, un muchacho que venía del interior a vivir a Buenos Aires, y se instalaba en un edificio en ruinas, sin ascensor, y que estaban a punto de demoler. Era un libro donde estaba muy presente la Buenos Aires de ese entonces, y también mis propias experiencias, mis primeros trabajos, la dificultad para entrar en el mundo”.

EL CÓMIC. “En cuanto a referentes de cómic, pondría la obra de Héctor Germán Oesterheld, en especial dos de las historietas que hizo junto a Alberto Breccia: “Mort Cinder” y “Sherlock Time”. Dos historietas oscuras, fantásticas, brillantes. También me ha gustado mucho “Perramus” (Sasturain-Breccia) y entre los jóvenes, la obra total de Max Cachimba (desde fines de los “80 escribe sus propios guiones). Entre otros historietistas argentinos, nombraría a los guionistas Carlos Trillo y Ricardo Barreiro, bien conocidos en España, y a la dupla Muñoz-Sampayo, autores de “Alack Sinner”.

PÚBLICOS. Tengo opiniones muy cambiantes sobre mis propios libros, pero en mi cabeza no los separo entre libros de adultos (importantes) y libros para jóvenes (menos importantes). Por ejemplo, “El inventor de juegos” es uno de mis libros más personales. Sé que aprendí a encontrar mi propia voz a través de los libros juveniles, que sigo escribiendo con total dedicación. Yo creo que poco importa el primer horizonte de lectura de un libro (si sale en una colección de tapas amarillas o grises, si es una literatura policial, si es un best seller, novela juvenil o lo que fuese): las limitaciones las ponemos nosotros, los escritores, no los géneros. Hay obras maestras de la literatura en casi todos los géneros y estilos.

PERSONAJES. “Creo que si uno se toma en serio al escritor como personaje, no hay nada menos interesante. ¿Qué podemos contar a los demás sobre nuestro oficio? No hay otra ocupación en el mundo que llame menos la atención. Estamos encerrados escribiendo, a veces firmamos libros en ferias del libro, siempre se acerca a alguien nos ha confundido con algún autor de libros de autoayuda... Y después las mesas redondas, siempre aburridas, iguales en todo el mundo, con algún plomo entre el público que, con la excusa de hacer una pregunta, perora durante horas...Soñamos con héroes, pero no somos héroes. Hasta nos da vergüenza decir que somos escritores. Y si nos animamos, entonces nos dicen: Ah, sí...¿pero de qué trabaja?”

EL POLICIAL. “El género policial domina hasta tal punto la literatura contemporánea que casi se ha hecho invisible. Ya todas las novelas son policiales, y de una variante en particular: el crimen en serie. Durante la adolescencia, leí mucho a Agatha Christie; después a los norteamericanos. Ahora sigo con mucha atención a aquellos autores que han hecho del policial una especie de pesadilla: James Ellroy, el suizo Friedrich Durremat, John F. Bardin. En cuanto al policial en español, nombro algunos cuentos y novelas: “La muerte y la brújula”, de Borges; “Los crímenes de Oxford”, Guillermo Martínez; “La tempestad”, Juan Manuel de Prada; “Beltenebros”, Antonio Muñoz Molina; “Los que aman, odian”, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo; “La pesquisa”, Juan José Saer; “Satanás”, Mario Mendoza. Gonzalo Carranza, un escritor argentino, publicó una breve novela que me parece una maravilla, ambientada en la Buenos Aires de los años cuarenta: “El sistema de huida de la cucaracha”.

CURIOSIDAD Y DOCUMENTACIÓN “No me gusta la información de las novelas; no me gusta que los narradores que pertenecen al pasado actúen como si su propio tiempo les fuera extraño, y fueran concientes de que quien los lee pertenece al futuro. Si me documento, es para evitar cometer errores, anacronismos, pero trato de que el punto de vista a partir del cual se construye la novela sea lo más personal y caprichoso posible, ajeno a toda pedagogía histórica. De todas maneras me gusta conocer en profundidad el mundo del que hablo, aunque no escriba una palabra. Las curiosidad del escritor no tienen nada que ver con el afán de un historiador por conocer un hecho o una época: al escritor nunca le importan las profundas razones económicas o sociales, sino los detalles, las cosas insólitas, el modo como dos hechos alejados de pronto “riman”. La imaginación siempre es antimarxista”.

(*) Fragmentos de la entrevista de Gabriel Ruis-Ortega (Literaturas.com)

Pablo de Santis

Hablar con el autor de “El enigma de París” es referirnos a un narrador que ha sabido fusionar la experiencia de vida con un legado libresco que se deja notar en sus muy buenas novelas.

así soy yo

FACETAS

“Mi paso por la historieta estuvo muy ligado a la revista Fierro; creada por Juan Sasturain, -guionista y escritor- nació en 1984, cuando comenzaba la democracia en la Argentina. Era una época de mucho fervor cultural, y ocupó un lugar fundamental. Yo tenía 21 años cuando “Fierro” comenzó; ahí nomás gané un premio de guión y comencé a colaborar, escribiendo historietas para Juan Pablo Gonzalez (Max Cachimba). Más adelante me convertí en jefe de redacción de la revista, hasta que cerró a fines del “92. Ahora la revista “Fierro” ha vuelto a aparecer de manera que he vuelto con mucho entusiasmo a la historieta. Escribí una historieta que se llama “El hipnotizador’, magníficamente dibujada por Juan Sáenz Valiente.

AUTORES

“Hay un joven escritor valenciano que me gusta mucho y que está a mitad de camino entre el policial y el fantástico: Luis Manuel Ruiz. Entre los clásicos, Gilbert K. Chesterton, que nos recuerda que el policial es, en esencia, una de las formas del humor”.

MÉTODO

“Escribo desde el mediodía hasta el atardecer, en un pequeño departamento que está cerca de mi casa. Por la ventana veo las vías del tren que van hacia el oeste. Me encanta el ruido del tren. Por la ventana se ve, además de las vías, el estadio del Club Ferrocarril Oeste, el equipo de mi barrio, Caballito”.