“Un fuego con corazón”

Los estudiantes de la Escuela Técnica 317 de San Gregorio obtuvieron el cuarto lugar en el Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2009. A las necesidades de familias de bajos recursos respondieron con una idea concreta: crearon una turbococina que les permite ahorrar una importante cantidad de leña y proteger el medio ambiente.

TEXTOS. IVANA ZILLI. FOTOS. GENTILEZA ESCUELA TÉCNICA 317.

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En este espacio, los alumnos de 5º año tienen la posibilidad de llevar a la práctica los conocimientos que han adquirido en la teoría.

Esfuerzo, dedicación, ideas creativas y solidaridad se conjugan en las horas de clase que se desarrollan en la Escuela Técnica 317 Sylvestre Begnis de San Gregorio (departamento General López). Intercambian opiniones, analizan cada caso y trabajan diariamente en propuestas nuevas para dar una solución técnica a las inquietudes sociales que se presentan en la comunidad.

Este año -como en otras oportunidades- fueron reconocidos en cuarto lugar con el Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2009 por el trabajo denominado “Un fuego con corazón” que desarrollaron en la asignatura “Proyecto Tecnológico”. En esta materia, a cargo del profesor Hugo Buzzatto, tratan distintos temas que están relacionados con las energías alternativas.

Más allá de esto, son varios los docentes que intervinieron de forma coordinada en la propuesta que presentaron este año.

El Ministerio de Educación de la Nación los convocó a participar de este concurso y ellos dijeron que sí. Sólo tenían que presentar un proyecto en el que debían cumplir con dos requisitos: estar orientado al cuidado del medioambiente y perseguir un fin solidario. Así fue como surgió la propuesta -la creación de una turbococina para cocinar y calentar agua ahorrando gran cantidad de leña- llevada a cabo por los alumnos de 5º año de esta institución educativa.

Hicieron 3 turbococinas a leña -estufa de alta tecnología que utiliza como combustible pequeños pedazos de leña que pueden ser obtenidos de la poda de árboles, convirtiendo a la leña en un combustible renovable y barato- y las distribuyeron en familias de bajos recursos de esta localidad de, aproximadamente, 4.500 habitantes.

“Este fue el primer paso para más adelante seguir construyendo otras cocinas”, destacó Buzzato.

La construcción de cada turbococina cuesta 140 pesos y las primeras se hicieron con dinero que les dio la cooperadora de la escuela y algunos comercios -como la empresa Sotic SA- de la zona.

Por esta razón, “el premio -$ 2.000- que recibimos lo estamos utilizando para devolver el dinero que nos prestaron y para hacer más equipos que serán entregados a otros hogares carecientes”, agregó el docente.

Se trata de una propuesta que trasciende el aspecto tecnológico porque ni bien tuvieron el proyecto definido, ellos mismos -alumnos y docentes- se contactaron con Cáritas y se interiorizaron sobre las principales necesidades que había en algunos barrios del pueblo. Fueron hasta el lugar, charlaron con la gente y vieron de qué manera le podían dar una mano.

Primero, “les consultamos qué era lo que necesitaban, les comentamos la propuesta en la que estábamos trabajando y les explicamos cómo funcionaba la turbococina que les permitiría ahorrar gas”, resaltó Buzzatto.

Como obtuvieron una respuesta positiva de la gente, los chicos se entusiasmaron y, divididos en distintos grupos, se organizaron para hacer una turbococina para cada una de las tres familias -de bajos recursos- de San Gregorio.

Se trata de una innovadora tecnología que permite eliminar parcialmente el humo y otros gases nocivos, lo que genera grandes beneficios para la salud, para la economía del hogar y para el cuidado del medio ambiente.

Al respecto, los artífices de esta propuesta remarcaron que “de la investigación realizada lograron certificar lo dicho anteriormente porque al igual que la respiración humana, la combustión a baja temperatura o turbo combustión sólo genera anhídrido carbónico (CO2) y vapor de agua (H2O) y no produce emisiones nocivas de monóxido de carbono (CO) ni óxidos de nitrógeno (NOX). De esta forma, se contribuye a la reducción de las emisiones de gases invernaderos que causan el cambio climático”.

Para Buzzatto, es muy interesante que los alumnos tengan esta oportunidad de llevar a la práctica los conocimientos adquiridos por medio de las clases y de los libros. Es que “lo que ellos aprenden realizando un trabajo de estas características es mucho más valioso”, resaltó el docente.

UN PLANETA SALUDABLE

Hugo Buzzato siempre tuvo una inclinación hacia las energías alternativas. Desde que era alumno de esta escuela trabajaba junto con los profesores en proyectos relacionados con estos temas; y ahora transita por el mismo camino desde el lugar de profesor. “Soy un poco fanático de las energías alternativas porque nuestros hijos no se merecen el mundo que le estamos dejando y si hubiese leyes que se pudieran cumplir y si todos cuidáramos nuestro planeta, le dejaríamos un mundo mejor”.

Cuando los alumnos comenzaron a trabajar junto con el profesor de proyecto Tecnológico, comprobaron que en muchas casas de la localidad se realizaba la cocción de los alimentos en cocinas a leña o con gas envasado en garrafas. “El gran problema es que esa garrafa social había llegado a nuestra población después de tres meses de que la presidencia de la Nación la anunciara. Este elemento jugó a favor de la implementación del proyecto”, remarcó Hugo.

Con el conocimiento de cuáles eran las familias asistidas por Cáritas y de los barrios marginales, el grupo se preguntó: ¿qué podemos hacer desde la escuela para que se ahorre dinero en esas casas? Y así fue como surgieron distintas actividades dentro de este establecimiento para que “los chicos valoren el cuidado del planeta y conozcan que existen energías limpias”.

A la vez, se quiso inculcar a los alumnos que “los logros en la vida no se consiguen de manera fácil, que hay que esforzarse, ayudar a la gente y trabajar con responsabilidad”.

Esta es la labor que se lleva adelante puertas adentro de la técnica Sylvestre Begnis. Una institución muy significativa para la comunidad de San Gregorio que en distintas oportunidades ha brindado su apoyo para que esta escuela sea lo que es hoy.

DAR Y RECIBIR

Como testigo del paso del tiempo, Buzzato, profesor y ex alumno de esta institución educativa, remarcó que “la técnica fue creada gracias a la solidaridad de algunos habitantes del pueblo que se movieron para que esta escuela se pueda concretar”. Y recordó que “las primeras clases se daban en talleres prestados hasta que construyeron el edificio actual”.

En este momento, 200 alumnos de ambos sexos cursan doble turno en la escuela que cuenta con la modalidad de Técnicos Electromecánicos. Muchos de los chicos que egresan siguen estudiando en el Nivel Terciario y/o Universitario; un porcentaje se incorpora a trabajar en industrias o fábricas; y algunos empiezan a desarrollarse de forma independiente.

La mayoría de los estudiantes vive en San Gregorio y también se acercan alumnos de otros pueblos -Iriarte, Diego de Alvear, entre otros- de la zona localizados a 10 ó 15 km. Una institución que creció gracias al aporte de varios lugareños y que apuesta a trabajar por los “otros” y por gran parte de la comunidad que los vio nacer.

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Con gran entusiasmo, las chicas intercambian opiniones y analizan los pasos a seguir para construir las turbococinas.

INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS

La directora de la Escuela Técnica 317 Sylvestre Begnis de San Gregorio, Clider Diale; el profesor, Hugo Buzzatto; la ex directora, Stella Maris Ghiso; y los alumnos de quinto año, Lis Morales, Julián Solanille, Agustín Rey, Celeste Morales y Daina Alvarez fueron invitados a participar del XII Seminario Internacional Aprendizaje y Servicio Solidario que se realizó en la Sala Auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. También asistieron las profesoras Verónica Ferrari y Valeria Bersano.

Este evento estuvo dirigido a directivos y docentes de instituciones educativas y a organizaciones de la sociedad civil con el propósito de ofrecer un espacio de capacitación en la metodología del aprendizaje-servicio; propiciar el intercambio de ideas y experiencias educativas; y generar espacios de cooperación entre escuelas, universidades y ONGs.

Durante este Congreso, disertaron destacados especialistas de Argentina, América Latina, Europa y Estados Unidos. Se desarrollaron sesiones simultáneas orientadas a escuelas, institutos de Formación Docente, Universidades y organizaciones sociales. En el marco del 12º seminario, se expusieron los proyectos distinguidos con el Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2009.

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El trabajo en equipo dio sus frutos y, después de varios meses, los alumnos concretaron la creación de tres turbococinas.

Logros

CONVOCATORIA NACIONAL

Se anotaron 3.800 escuelas del país en esta convocatoria que hizo el Ministerio de Educación de la Nación, y hubo 28 finalistas. Dos -una es la de San Gregorio y la otra de Rosario- son de la provincia de Santa Fe. Hubo 4 primeros premios; 6 segundos premios; 2 tercer premios; y 10 cuarto premios.

ECOS DEL PREMIO

Además de los $ 2.000 que ganaron con esta distinción nacional, representantes de la técnica de San Gregorio fueron invitados a participar del seminario internacional de aprendizaje y servicio que se realizó en la Universidad de Derecho de Buenos Aires. A la vez, participaron de las actividades que organizó el equipo del programa nacional de Educación Solidaria, coordinado por el profesor Jorge Rial; y de las entrevistas concretadas por el canal Encuentro que formarán parte del programa “Aprender a vivir juntos” y se emitirá en un futuro.

OTRAS DISTINCIONES

La escuela Sylvestre Begnis de San Gregorio ya había sido distinguida en 2006 con un primer premio por la presentación de un proyecto de calefones solares de bajo costo. También obtuvo dos menciones nacionales por otras propuestas solidarias.

+info DETALLES

La experiencia “Un fuego con corazón” se desarrolló en la asignatura “Proyecto tecnológico”, a cargo del profesor Hugo Buzzatto. En esta oportunidad, participaron los alumnos Daiana Álvarez, Rodrigo Aravena, Jorgelina Benítez, Celeste Castro, Tamara Durán, Alfonsina García, Juan José Guío Orasola, Tania Litvin, Celeste Morales, Lis Morales, Nair Nuñez, Lucas Ortiz, Agustín Rey, Julián Solanille y Julián Luna.