Hasta el mediodía eran asistidos unos 120 evacuados

La lluvia generó anegamientos

en varios barrios del noroeste

Pompeya, San José y Guadalupe Oeste fueron los barrios más perjudicados. En algunos casos, el agua superó el medio metro dentro de los hogares. El CIC de Fdo. Zuviría y la vecinal Pompeya funcionan como centros de evacuados.

Antes del mediodía ya había 68 personas evacuadas en el CIC de Facundo Zuviría. La mayoría era de Pompeya.

Foto: Guillermo Di Salvatore

De la redacción de El Litoral

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La lluvia comenzó a la 1.30 de la madrugada y hasta esta mañana había alcanzado 60 mm en el centro de la ciudad y 120 mm en el pluviómetro ubicado en el Jardín Botánico.

El noroeste fue la zona más afectada, sobre todo Pompeya -uno de los barrios más bajos de la ciudad-, San José y Guadalupe Oeste. Fueron 68 las personas evacuadas a media mañana y llevados al CIC de Facundo Zuviría al 8000; otras 50 fueron asistidas en la vecinal de Pompeya, en French al 3800.

“Me desperté esta madrugada, cuando el agua empezó a llegar a la cama. No tuve tiempo de nada, agarré a los chicos y nos buscaron unos vecinos en una canoa. Nos llevaron a la vecinal y mi marido se quedó en casa cuidando las cosas”, contó Alicia, que está evacuada con sus seis hijos en el CIC.

El relato se repitió en boca de cada evacuado -en su mayoría mujeres, con niños muy chiquitos, y algunas embarazadas-. “Nuestros maridos se quedaron en casa porque uno no puede dejar lo poco que tiene. Nosotras vinimos con los chicos y esperamos poder volver pronto. No se puede hacer nada; sólo esperar”, comentaron Antonia y Susana.

Calles cortadas

Facundo Zuviría a partir del 6800 y hacia el norte fue cortada para evitar que el oleaje de los vehículos hiciera ingresar más agua a los hogares.

Lo mismo pasó con Castelli, donde en algunos hogares el agua llegó a los 30 cm, arruinando muebles, ropa y camas. “Se me arruinaron los placares, la bajo mesada, la pintura del dormitorio del nene, que estaba recién hecha”, se quejó furioso Alberto, de Castelli al 4400. Esta madrugada tuvo que salir con su bebé de 11 meses en los hombros para llevarlo a la casa de su suegro. Él se quedó en su hogar, tratando -en vano- de escurrir el agua.

Como no se podía circular por Castelli, se improvisó una doble mano por Estanislao Zeballos. Muchos locales comerciales permanecieron cerrados ante el panorama desolador de veredas completamente tapadas por el agua.

En Estrada y Hernandarias un matrimonio mayor -ella, 78; él, 86- esperaba ser evacuado. “Mi mamá me llamó desesperada a las 5 de la mañana, que tenía medio metro adentro de la casa. Vinimos a buscarlos, pero no tenemos forma de llegar”, contó desesperada la hija, que intentaba cruzar Castelli con ayuda de un hombre, con el agua arriba de las rodillas.

Intransitable

Calle San José y el barrio homónimo fueron también de los más perjudicados. Al 7500 ya se había vuelto intransitable, con más de medio metro de agua, de vereda a vereda. Donde corta con Risso, los vecinos aseguraron haber tenido 20 cm de agua, pero más hacia el norte la situación era peor. Con defensas caseras realizadas con maderas, chapones y bolsas de arena, intentaban frenar el ingreso de agua. Otros pretendían -infructuosamente- sacarla con baldes.

Por Regimiento 12 de Infantería, otra arteria tapada por la lluvia, una familia había fabricado una pequeña balsa para trasladar a los más pequeños.

En algunos rostros se reflejaba la resignación. “Es la cuarta vez que me inundo: en el 2003, 2007, en febrero de este año y ahora”, dijo una mujer con su hijo en brazos.

Otros estallaban de bronca. “¿Quién nos va a pagar todo lo que perdimos y se nos arruinó? Nadie. Como siempre, todo sale de nuestros bolsillos, como los impuestos que pagamos religiosamente”, gritó un hombre, con el escurridor en la mano. “¿Y ahora qué nos van a decir? Nos prometieron que no nos íbamos a volver a inundar y mirá dónde estamos”, profirió indignado un hombre, con el agua por las rodillas.