Diez años de prisión

Primera condena por un caso de trata de persona

Una mujer de Cabaña Leiva fue condenada hoy por la Justicia Federal por el delito de trata de persona. Las víctimas son dos jóvenes de 13 y 19 años de Coronda y Recreo. La menor aún está desaparecida.

De la Redacción de El Litoral

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El Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó hoy a la pena de 10 años de prisión a Julia Arminda Nuñez, acusada de haber captado engañosamente a una niña de 13 años y una joven de 19, bajo falsas promesas de trabajo, para luego entregarlas a una red de prostitución que operaba en la zona y en el oeste de la provincia de Buenos Aires.

El fallo al que arribaron los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Omar Digerónimo, se conoció hoy, tras una jornada completa dedicada a los alegatos de las partes. El fiscal General, Martín Suárez Faisal, había solicitado 15 años de cárcel por los dos hechos, agravado uno de ellos por ser la víctima menor de 18 años, haber mediado engaño y aprovechamiento de una situación de vulnerabilidad.

Por su parte, la defensora Pública Oficial, Mariana Rivero y Hornos, pidió la absolución al sostener que la joven de 19 años fue con Nuñez por su propia voluntad, y que en el caso de la niña de 13 años ella simplemente la buscó para tareas lícitas y luego la entregó a Rojas sin saber para qué fines éste la quería.

El asesor de Menores, Julio Agnoli, prefirió no emitir dictamen ya que la víctima menor de edad aún se encuentra desaparecida, y aprovechó la ocasión para pedir que se redoblen los esfuerzos para dar con su paradero.

El juicio, que es el primero en el país en su tipo, contó con la supervisión del secretario de la Ufase (Unidad Fiscal de Asistencia en materia de secuestros extorsivos y trata de personas de al Procuración General de la Nación), Gabriel Páramos, quien acompañó al fiscal Suárez Faisal.

Red de trata

El debate se realizó a puertas cerradas, dado que se trata de un delito cometido en perjuicio de una menor de edad, tuvo como centro comprobar la responsabilidad penal de Núñez, que fue detenida el 11 de febrero pasado, cuando se logró desbaratar parte de una red local de trata de personas.

La llamada “Causa Nuñez” se inicia con la denuncia de Carmen A., por la desaparición de su hija de 13 años, Carolina F. en Coronda. Por el mismo caso Juan Ramón “El Pollo” Rojas, proxeneta de Playa Norte, fue detenido hace apenas un mes y será juzgado oportunamente.

El juicio que comenzó este jueves alrededor de las 9 de la mañana, contó con la presencia de 17 de los 20 testigos citados, que declararon durante toda la jornada. Antes, la defensora Rivero y Hornos, planteó tres nulidades que fueron rechazadas por el tribunal.

Las primeras en brindar sus testimonios fueron dos policías de la ciudad de Coronda -Soña Marisa Acosta y Delia Baela-, para luego pasar al estrado los uniformados Rubén Monti y Gabriel Albornoz, de la localidad de Barrancas. Todos ratificaron lo actuado y el curso de la investigación en sus respectivas jurisdicciones.

Dos psicólogas que se desempeñan en la Casa de la Joven -Griselda Mogentale y María del Carmen Heredia-, coincidieron en que Carolina F. “era muy tímida y desconfiada”. La joven estuvo alojada en ese lugar este verano, y luego volvió a desaparecer.

También se escuchó el relato del familiares y vecinos de las víctimas, entre ellos los padres de la menor de edad. Su hermana Rosa M. y la madrina fueron quienes se movilizaron para encontrarla, primero recorriendo el barrio y los lugares que la nena frecuentaba, hasta llegar a la ONG Missing Children, donde al día de hoy se publica la foto de la chica desaparecida.

Vulnerabilidad

Como la acusada no declaró, el TOF pasó directamente a los alegatos. La fiscalía, que había pedido 15 años de condena, sostuvo que “se puede decir que quedó acreditado el accionar de Nuñez de captar a las víctimas Carolina y Viviana, ganándose la voluntad mediante engaños”. A la mamá de Carolina, le prometió trabajo y que iba como dama de compañía y a la otra un lugar para realizar tareas domésticas.

El caso dejó al descubierto la situación de vulnerabilidad, por la miseria y la exclusión en la que viven las víctimas, contexto en el que resulta frecuente que los padres entreguen a sus hijos a desconocidos por un mejor porvenir. En el caso de Carolina F. su madre aceptó entregarla a cambio de $ 400 mensuales y con la promesa de quien se hiciera cargo le compraría ropa y útiles escolares, además de hacerse cargo del alimento y el techo. A Viviana R. le ofrecieron trabajar como servicio doméstico.

Tal como se reveló durante el juicio, la finalidad era la “explotación sexual”, en la que Nuñez “no se limitó a entregarlas”, sino que estuvo presente cuando fueron obligadas a realizar actos sexuales y participó en las llamadas “tareas de ablande” de la más pequeña.

Según pudo acreditar la parte acusadora, la imputada “conocía la edad de la menor porque se llevó su DNI”, incluso hay quienes la recuerdan como la mujer que “buscaba a las chicas más chicas”.