Represión ilegal
Niegan que la quinta de Rincón haya sido un centro clandestino
Los abogados de la familia Ayala Bergero presentaron hoy un escrito en el que declaran la “terminante ajenidad” de la propiedad con lo ocurrido durante la última dictadura.
Mario M. Barletta y Eduardo Jauchen explicaron el contenido de la presentación que hicieron ante el Tribunal Oral Federal. Foto: Alejandro Villar.
De la Redacción de El Litoral
La casa de fin de semana ubicada en San José del Rincón, que fue señalada por dos querellantes en la causa Brusa, vuelve al centro de la escena, tras una presentación realizada por los abogados de su propietaria, que desmiente rotundamente el funcionamiento de un centro de detención clandestino durante la década de 1970.
Los abogados Eduardo Jauchen y Mario Martín Barletta explicaron hoy a El Litoral en qué consiste el escrito que mostraron al Tribunal Oral Federal de Santa Fe, en el que “ofrecemos innumerable cantidad de testigos para certificar con sus palabras todo lo que la propietaria sostiene de manera totalmente indudable”, sostuvieron los profesionales.
María Esther Funes de Ayala, viuda de Jorge Alberto Ayala Bergero, indica que su marido adquirió la quinta en copropiedad con el contador Mario A. Rostagno, en 1968. Desde entonces, la vivienda “no fue prestada, ni alquilada, ni cedido su uso a terceros, por ninguno de ambos propietarios”. Además afirma que “en dicha quinta jamás hubo persona retenida, ni secuestrada, ni torturada”.
La propiedad en cuestión es una casaquinta ubicada en calle del Sol, 200 metros hacia el este de la Ruta Provincial Nº 1, en el barrio Villa California del pueblo costero. Según declaraciones del matrimonio de víctimas de la dictadura, Daniel García y Alba Sánchez, fue allí donde los mantuvo cautivo la “patota”.
Tanto es así que el miércoles 18 de noviembre hubo una inspección ocular a cargo del Tribunal Oral Federal, en la que cuatro testigos reconocieron la quinta como el centro clandestino El Borgia. Además del matrimonio García-Sánchez, habrían estado allí detenidos Myrian Ramón y Froilán Aguirre.
En cuanto a los García -detenidos el 6 de diciembre de 1977 en una estación de servicios de avenida Luján, camino a Sauce Viejo-, es la mujer la que aporta un detalle que hace verosímil su relato, al describir que en una ocasión en que la mandaron a limpiar lo que era un pequeño baño, pudo ver el arco de entrada del Club Viales y la calle del Sol a través de un ventiluz.
No obstante, en el informe ofrecido por los dueños de la casa se habla de la imposibilidad de que desde la ventana del baño se vea la Ruta Nº 1 o el arco del Club Viales, ya sea en la actualidad -la casa sufrió reformas- como en el pasado; y sobre todo en la época en cuestión cuando el baño estaba orientado hacia el noroeste.
Las dudas se acrecientan porque la vivienda fue remodelada casi por completo en 2003, y los planos originales, que fueron ofrecidos como prueba, serían de varias décadas atrás.
No obstante los familiares y allegados a la familia Ayala Bergero que declararon en el juicio como testigos desestimaron que allí se realizara algún tipo de actividad ilícita y la mayoría recordó que ese lugar era el elegido para celebrar las navidades y fiestas de fin de año durante las décadas de 1970 y 1980.
En cuanto a la presentación judicial, Jauchen explica que la intención fue “complementar las declaraciones que hicieron para demostrar de manera rotunda y lapidaria que en ese lugar jamás aconteció ni pudo acontecer lo que esta gente refiere”. Además pretende “cumplir una labor de cooperación con el tribunal y con las propias víctimas para verificar que están equivocados en cuanto a eso”.