EDITORIAL

Consolidación de

un círculo vicioso

La impronta que la gestión kirchnerista imprimió al manejo de los recursos federales reiteró y profundizó el esquema de concentración y distribución discrecional, estableciendo firmemente un círculo vicioso que consolida el ahogo financiero de los distritos del interior y habilita su sometimiento político.

Una serie de datos conocidos en los últimos días ratifica este esquema de gestión y sirve para demostrar la total inescrupulosidad y despreocupación por la suerte de los ciudadanos afectados que rige el accionar del gobierno nacional a los efectos de lograr sus propósitos.

Al retaceo de fondos que resulta del incumplimiento de la pauta constitucional del 32 %, el poder central agrega un sostenido retraso en la remisión de los montos que, aun sobre esta base disminuida, están dentro de las remesas que debería remitir regularmente a las provincias.

Un caso paradigmático y harto elocuente es el de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que la Nación está legalmente obligada a girar; si bien no tiene plazos estipulados y dispone de un amplio arbitrio a la hora de distribuirlos. Precisamente, esa arbitrariedad es la que permite favorecer sistemáticamente a los gobiernos adictos, premiando la fidelidad o comprando adhesiones de partidarios o aliados, fijos o circunstanciales.

Según información difundida en distintos medios nacionales, tanto los incrementos como los detrimentos producidos en 2009 conforme a esta lógica han sido sustanciales, a tono con la condición de año electoral. Mientras Río Negro -gobernada por un radical K- prácticamente duplicó sus ingresos, también les fue muy bien a Chaco y Buenos Aires, dirigidas por el oficialismo. En cambio, la provincia de Santa Fe se encuentra en el lote de castigadas, aunque en menor nivel que Córdoba -donde ni los devastadores incendios permitieron que se libere la ayuda económica-, Chubut -que tiene al frente al justicialista disidente Mario Das Neves- y Catamarca -donde el kirchnerismo perdió la primera elección del año. Lo propio podría decirse de Corrientes, y probablemente en ello se cifre el reciente realineamiento del radical Ricardo Colombi.

Pero esta discrecionalidad se ejerce sobre una base menguada, ya que la Nación adeuda a la fecha 9 mil millones de pesos en concepto de ATN. En lugar de remitirlos a sus legítimos destinatarios, el gobierno central los toma “en préstamo” para paliar su propio y creciente déficit, y sostener su costoso esquema de subsidios.

La única salida que se ofrece a las provincias, frente a un endeudamiento global que al cierre de este año llegaría a 99 mil millones de pesos, es el canje de deuda en condiciones supuestamente más ventajosas -a través del reemplazo de bonos- o compensándola por los ATN no percibidos. Una negociación que, cómo no, se hará individualmente con cada gobernador y a partir del 10 de diciembre: la fecha en que el recambio legislativo restará peso al oficialismo en el Congreso, y lo obligará a desplegar todo un abanico de recursos para seguir imponiendo su voluntad.