En el Día del Médico

Hombres de ciencia y humanistas

Dr. Miguel Ángel Bravo

Las sociedades que progresaron a través del paso del tiempo, consideraron a la salud como instrumento fundamental en su afán de mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

“Sentirse bien” tanto anímica como físicamente, abre las posibilidades para que se cumplan los sueños de gobernantes y gobernados.

Considerar a la criatura humana como un “ser concreto y cualitativo”, con sus angustias, sus alegrías, sus preocupaciones éticas, estéticas y gnoseológicas, fueron la premisa de notorias figuras que nuestro país aportó en el plano de la Salud Pública.

Considerando a la ciencia médica, como arte y humanismo, debemos destacar la extraordinaria labor del médico esperancino Esteban Laureano Maradona, un verdadero apóstol, luchador en soledad, en silencio en lo más hondo y hostil de la selva formoseña, amando, curando, y salvando vidas, “brindándose desinteresadamente por su hermano, por su semejante”.

En las últimas décadas del siglo XX, el cardiólogo René Gerónimo Favaloro se destacó como genuino representante de la codiciada “materia gris argentina”, que transitó el camino de médico rural en un humilde pueblo pampeano en sus comienzos, a ser el genial creador de una técnica (bypass) para mejorar el funcionamiento de los corazones severamente dañados, permitiendo que miles de seres humanos en el mundo pudieran seguir viviendo gracias a esta magnífica proeza creativa.

Su obra como hombre de ciencia y humanista traspasó nuestras fronteras, realzando el prestigio de la medicina argentina.

Lamentablemente nuestro país se caracteriza por ignorar a figuras de la magnitud de Maradona o de Favaloro, verdaderos filántropos, y de numerosos anónimos brillantes que han tenido que dejar su terruño, en busca de otros territorios que le brinden las posibilidades para desarrollar su verdadero potencial.

Las autoridades sanitarias junto a los gobernantes, deberían bregar en pos de consolidar un país en el cual todos sus habitantes puedan gozar de un auténtico “estado de bienestar físico, psíquico y social”.