En Carolina del Norte

Un pequeño pueblo enciende

la Navidad en Estados Unidos

Una pequeña localidad de Carolina del Norte se convierte cada año en el “pueblo de Navidad” de Estados Unidos y atrae a miles de visitantes de todo el país, para admirar sus particulares decoraciones de luces.

Alexandra Vilchez

EFE

Localizado a 15 millas al sur de Charlotte, la ciudad más grande del Estado, el poblado de textiles McAdenville, de apenas 600 residentes y cerca de 350 viviendas, abre sus puertas durante el mes de diciembre para compartir el espíritu navideño con sus visitantes.

La tradición de ornamentar con luces de múltiples colores los árboles de los alrededores del centro comunitario del pueblo nació hace 54 años de W.J. Pharr, fundador de la empresa Pharr Yarns, uno de los fabricantes de hilo más importante del mundo.

Con el tiempo, las decoraciones se extendieron a otras áreas como puentes, viviendas, negocios, escuelas, bibliotecas, hasta convertir a McAdenville en un “lugar especial en la época más especial del año”.

Steve Rankin, residente de McAndeville por más de 50 años, comentó a EFE que la diferencia del poblado con otros que exhiben luces de Navidad es que “es un verdadero pueblo, con casas reales y gente viviendo allí”.

“Los residentes esperan esta época del año para recibir a los visitantes y mostrar sus decoraciones propias. Algunas son simples y otras más sofisticadas, pero lo más importante es mantener la tradición y reunir a las familias”, enfatizó Rankin.

Larga preparación

Los preparativos para colocar más de 450.000 luces en las áreas comunes de la localidad comienzan en el mes de agosto, cuando una docena de hombres revisa los miles de focos y reemplaza los quemados. “Todo el año nos preparamos para que el 1º diciembre se enciendan luces y comience la celebración, que concluye el 26 del mes”, apuntó Rankin.

Se calcula que alrededor de 600.000 turistas, provenientes de varios Estados de la unión, realizan el recorrido de dos millas a pie o 45 minutos en carro por las calles del pueblo.

Los turistas se toman fotografías en las fachadas de las viviendas y negocios, adornados con figuras de Santa Claus, renos, arbolitos, muñecos de nieve, nacimientos, velas, guirnaldas, lazos, botas y bambalinas, entre otros. También disfrutan de una buena taza de café o chocolate mientras admiran los bellos paisajes que se crean con los reflejos de los miles de focos.

Farrell Buchannan, alcalde de la ciudad, localizada en el condado Gaston, calcula que la actividad deja una ganancia de más de medio millón de dólares a la economía local.

Residentes hispanos como Ernesto Jardón, con ocho años en el poblado, también participan activamente en la decoración de las viviendas.

Jardón, de origen mexicano, dijo a EFE que vivir en el pueblo es recordar su ciudad natal, Cuernavaca (Guerrero), por “la hospitalidad de la gente y lo pacífico del lugar”.

“Mi casa es la vivienda mexicana. Así se conoce. Cuelgo piñatas para mostrar nuestra cultura hispana, y cuelgo como 2.000 luces verdes, blancas y rojas, los colores de la bandera de mi país”, apuntó a EFE.

Mario Sánchez, gerente de una de las plantas de Pharr Yarns, contó a EFE que en el “Pueblo de Navidad” de EE.UU. también habitan muchas familias hispanas que vienen a trabajar en las fábricas de hilos.

Uno de ellos es José Aguilar, oriundo de Veracruz (México), que hace dos años descubrió el lugar donde vive con su esposa y dos hijos.

“Es un buen sitio para criar a los niños y en esta época es muy lindo. Vienen personas de todas partes. Tratamos en lo posible de decorar nuestras casas y participar. La Navidad aquí se pasa muy diferente”, apuntó Aguilar.

La compañía Pharr Yarns, con sede en McAndeville, es el principal patrocinador de la actividad, ya que paga por la electricidad que consumen las miles de luces que adornan las calles y los árboles.

Un pequeño pueblo enciende la Navidad en Estados Unidos

Durante meses, las casas se preparan para iluminar la Navidad.

Foto: Agencia EFE.

Michelle Obama recicla

Bien por la crisis o para predicar con ejemplo ecológico, la primera dama de EE.UU., Michelle Obama, optó por reciclar antiguos ornamentos de Navidad para decorar el árbol oficial de la Casa Blanca.

Michelle Obama mostró un adelanto de lo que verán los más de 12.000 invitados que tiene previsto atender la Casa Blanca, en las distintas recepciones que ofrecerá, y los 50.000 turistas que se esperan que visiten la residencia presidencial en estas fechas.

La Casa Blanca selecciona todos los años un tema para las decoraciones navideñas y en esta ocasión ha sido “Reflexión, Alegría y Renovación”, palabras que -en distintas lenguas- llevan cosidas, en unas cintas azules de letras amarillas, las esferas que decoran el árbol presidencial.

El abeto, un ejemplar de 6 metros de alto y 4 de ancho procedente de Virginia Occidental, ha sido decorado con 800 adornos que ya lucieron los árboles de otros mandatarios, pero con una nueva imagen.

La Casa Blanca previamente los envió a 60 escuelas y centros comunitarios de todo el país para que plasmaran en ellos la imagen de su monumento favorito de EE.UU.

Así, desde la neoyorquina Estatua de la Libertad al zoo Lincoln de Chicago, pasando por el parque Davy Crockett de Tennessee o el Centro Espacial Kennedy de Florida, han quedado plasmados en unas bolas de gran tamaño.