Arrojado en el amor

Por Cecilia Romana

“Adoro”, de Osvaldo Bossi. Bajo la Luna, Rosario, 2009.

Una novela de amor puede ser extensa. Puede también ser breve como son extensas o breves las historias de amor según a quien le toquen en suerte. Después de leer “Adoro”, de Osvaldo Bossi, uno se queda pensando en si lo que acaba de leer es efectivamente una novela, y más todavía: si en el caso de serlo, se trata de una novela de amor. No cabe otra respuesta que el sí.

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“Otra realidad”, de Sebastián Picker.

 

Ovi, heterónimo del autor, es un hombre maduro, solitario e inexperto en las lides de la emotividad veloz. Desde su ingenuidad inveterada -propia del soñador-, se zambulle en una aventura amorosa que rápidamente lo engulle y lo transforma. De un día para otro el tímido héroe se transforma en protagonista y observador de toda la belleza del mundo, que encarna Astroboy, es decir, Cristian, que: “Tiene orejas perfectas. El pelo corto, rasurado en la nuca, con un mechón en forma de cepillo levantado sobre la frente”. Así, con los escasos datos geográficos de una terminal ferroviaria y un hotel de mala muerte, Ovi describe su peripecia sensual al tiempo que se adentra en un universo totalmente novedoso para él: el de los taxi boys. Pero, si bien podría pensarse en la levedad sentimental de esta clase de relaciones, él, con cuidado casi de cirujano, capta simultáneamente la belleza y la fatalidad de la belleza, que es sin lugar a dudas, la fugacidad, su condición efímera.

Osvaldo Bossi nació en Buenos Aires, en 1963. Es ampliamente reconocido como poeta y en este género tiene publicados cinco libros. Quizás por eso mismo, el lenguaje de “Adoro” se muestre como el aspecto más brillante del libro. La anécdota en sí misma, en manos de otro autor, podría haberse convertido en argumento trivial y hasta haber pecado de efectista; sin embargo, en la luminosa voz de Bossi, lo fugaz se transforma en nudo de reflexión sobre las relaciones humanas actuales, o, mejor dicho, en una visión peculiar del drama del ser arrojado en este mundo: ciudad cosmopolita, año 2000, telefonía celular por doquier... El autor es capaz de extraer del hado, a manera de un alquimista, la esencia contemplativa de la belleza, y sin confundirla nunca con el amor del toma y daca que implica necesariamente la posibilidad de generación, reconoce la inminente caída, siendo capaz de describirla como un acto hermoso y ríspido al mismo tiempo.

“Adoro” es una novela breve. Básica y esencialmente, una novela de amor. Aunque también podría decirse que se asemeja a una radiografía, que vista de una sola ojeada, dice lo típico: rotura por aquí, mancha en este otro lado... Pero al detenerse en cada contraluz, en cada borde del dibujo, explota en reflexiones, o más bien, deja picando la pregunta sobre la enfermedad. Bossi consigue en pocas páginas inquietar sobre la esencia de la condición humana: la posibilidad de ser felices, y cuánto dura. Un hallazgo, sin lugar a dudas, en los sentidos terrestres y los otros.

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