Al margen de la crónica

Por el rastro de la estrella

Según San Mateo “Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí que unos magos vinieron del Oriente a Jerusalén preguntando: -¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido para adorarle”. Se han realizado muchos estudios para tratar de determinar si verdaderamente existieron los reyes y, en ese caso, desde dónde vinieron a adorar al Niño. Algunos estiman que el evangelista apeló a un recurso literario para dar la verdadera importancia de Jesús ya que su sólo nacimiento era capaz de convocar a Reyes Magos del Oriente que, orientados por una estrella, buscaban al recién nacido en Belén, pero otros insisten en que efectivamente pudieron ser astrónomos babilonios que siguieron el rastro estelar. Pero bien vale una aclaración histórica: hasta el siglo IV la Navidad se festejó el 6 de enero y luego de esa fecha la festividad se corrió hacia el 25 de diciembre. Es decir que los Reyes Magos y su festejo tienen un resabio a Navidad, aunque atenuada por el paso del tiempo.

Pero hay más para develar, ya que diversos estudios revelan que el número de tres Reyes Magos lo fijó el Papa León I en el siglo V y es probable que haya sido para incluir a las tres razas imperantes en el mundo conocido en ese siglo. Es así como Gaspar representa la raza semita, Melchor la aria y Baltazar la negra. Así se percibe cómo se fue armando la historia que hoy nos permite llegar a esta celebración.

Y la verdad es que esta fiesta en su forma más ceñida a las tradiciones es la que tiene lugar en toda España, aunque en particular en Madrid se vive de una manera intensa. Mañana, los reyes recorrerán las calles de la capital española regalando caramelos y otros dulces para la algarabía de los niños presentes, que terminarán la jornada junto a un chocolate caliente.

Por estos lares, la fiesta es un poco diferente, ya que nuevamente el festejo de los Reyes Magos servirá como excusa para volver a comer, en este caso, la rosca de Reyes, acompañada por algún espumante supérstite de los anteriores festejos. Para los niños es la hora de sacar los zapatos, poner agua y pasto para los camellos y echarse a soñar con la llegada del juguete más deseado. Le corresponderá a Melchor, Gaspar y Baltazar hacer realidad esos deseos y volver a dibujar una sonrisa en los niños.

Y finalmente la tradición parecería ajustarse a la historia narrada en los Evangelios, porque los reyes, magos o astrónomos de-sobedecieron a Herodes y salvaron la vida del Niño, al no darle datos sobre dónde se encontraba, y volver por otro camino. José, advertido por un ángel, llevó a Jesús a Egipto salvándolo de la masacre dispuesta por Herodes y, luego, también indicado por el ángel, volvió a Israel -ya no a Belén- para ser conocido como Jesús de Nazaret.