Una planta subexplotada

Amaranto, el alimento del futuro

El amaranto, planta de hoja ancha, es uno de los pocos “no pastos” que producen cantidades significativas de grano de “cereal” comestible. Resiste sequías, calor y plagas, y se adapta con facilidad a nuevas tierras y ambientes. Ya se cultiva en nuestro país.

Amaranto, el alimento del futuro

Cultivo de amaranto, vegetal de alto valor nutricional y diversas propiedades benéficas.

Foto: Archivo El Litoral

 

(C) Hoy, La Plata - Conicet - Conicet Santa Fe - El Litoral

Especialistas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del Conicet, entre otros, lo consideran un recurso esencial en la lucha contra la desnutrición y la pobreza. Su valor nutricional sería superior al de la leche de vaca. Existen alrededor de 60 especies de amaranto, algunas de las cuales se cultivan como verduras, cereales o plantas ornamentales.

Los aborígenes prehispánicos de América lo usaban en sus rituales.

Características

A diferencia de otros granos, sus proteínas tienen un alto contenido de aminoácidos esenciales. Y cuando se combina con otros cereales resulta un alimento que se acerca al ideal para consumo humano, descripto así por la FAO. Por todas sus cualidades, el amaranto tiene el potencial de convertirse en uno de los principales alimentos de la Humanidad en este nuevo siglo. La Dra. Cristina Añón, profesora de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP e investigadora del Conicet, explica que es “un recurso nutricional y económico que, hasta hoy, continúa siendo un recurso natural subutilizado pese a que la Academia Nacional de Ciencias, en un esfuerzo por ampliar la base alimenticia mundial, realizó un estudio y publicó un documento titulado “Plantas Tropicales Subexplotadas con Valor Económico Prometedor”. Los componentes bioactivos del amaranto han comenzado a estudiarse en la actualidad, y se detectó su capacidad para reducir el colesterol, la presencia de compuestos polifenólicos y otros lípidos con actividad antioxidante, así como de péptidos con potencial actividad antihipertensiva y antitumoral.

Un proyecto internacional

El Amaranth Future Food (Amaranto, alimento del futuro) es un proyecto que subvenciona la Unión Europea e integran seis países, uno de los cuales es la Argentina. Su objetivo es incrementar el uso y productividad del amaranto para realizar una contribución significativa a la seguridad alimentaria, a la diversificación de la agricultura y a la generación de ingresos. En ese marco, se llevan a cabo experiencias relacionadas con mecanismos de resistencia a pestes, salinidad y sequía, control de malezas, usos industriales y aspectos funcionales en alimentos y beneficios para la salud. Por ejemplo, en suelos argentinos y del sur europeo se cultivan 18 variedades para identificar los mejores genotipos que se desarrollan en los diferentes suelos. Los beneficios nutricionales del amaranto son tan importantes que ha llegado a ser alimento de astronautas. Su proteína es superior a la de otros cereales y su valor nutricional sería más alto que el de la leche de vaca. A su vez, el grano de amaranto no posee gluten, por lo que es un alimento apto para celíacos.

Recomendable para prevenir varias enfermedades

Recientes estudios mexicanos revelaron que una gelatina con alto contenido de fibra, elaborada con base de amaranto, nopal y harina de brócoli, podría prevenir el cáncer de colon. Además, sus propiedades ayudan a estabilizar los niveles de glucosa y grasa en la sangre, siendo un producto aconsejable para diabéticos y personas con problemas de colesterol. El amaranto contiene una fuente inagotable de proteínas de origen vegetal por lo que su uso es recomendado en dietas hiperenergéticas e hiperproteicas. Al mismo tiempo, su contenido de calcio ayuda a prevenir la osteoporosis, y por su valor nutritivo se recomienda incluirlo en la alimentación del niño, adolescente, adulto y anciano. Además, contiene fibras que superan a las de otros cereales comunes y es muy recomendado en pacientes con diabetes mellitus, obesidad, hipertensión arterial, estreñimiento y diverticulosis, entre otras patologías.

Fuentes: Diario Hoy, La Plata y Comunicación Institucional y Prensa del Conicet (Bs. As.). Seleccionó y adaptó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).