El cordobés se queda en Santa Fe con la rojiblanca
Rosales le dijo que no al Táchira porque quiere pelearla en Unión
Lindo gesto de personalidad y pertenencia, el de Paulo Rosales, que buscará ganarse un lugar a pesar de ser hoy el cuarto delantero detrás de Claudio Guerra, Ariel Cólzera y el refuerzo Lucas Pratto.
Foto: Pablo Aguirre
Sólo falta resolver el amistoso del 16, pero no sería frente a Central porque los “canallas” quieren jugar en Rosario y Pumpido no quiere viajar por el desgaste.
De la Redacción de El Litoral
Con la confirmación demorada de la llegada de Hernán Buján —abandonó ayer la pretemporada en Mar del Plata con All Boys, buscaba pertenencias en Capital Federal y llegaba mañana a Santa Fe— y las dudas que sigue generando la falta de un nombre que deje conformes a todos en el puesto de arquero, llegó la respuesta del cordobés Paulo Rosales: le dijo no al Deportivo Táchira de Venezuela que ingresa ahora en la Copa Libertadores de América y prioriza quedarse en Unión a pesar de todo.
Ese término de “a pesar de todo” puede encerrar las cuestiones que rodean al “Pichi” en este momento del equipo: 1) Él es enganche y el técnico Fernando Alí no juega con enganche; 2) Viene de un larga inactividad, que se fue rompiendo de a poco con el correr de los partidos finales de 2009; 3) Sabe que en el único puesto que el técnico lo puede tener en cuenta es de mediapunta o punta, como pasó en las fechas finales del campeonato anterior ante las bajas de Cólzera y Guerra; 4) Ese panorama de los puntas se complica mucho más con la llegada de Lucas Pratto, delantero de Boca Juniors que fue contratado como refuerzo; 5) Conclusión: hoy Paulo Rosales sabe que es, cómodo, el cuarto delantero del plantel.
Sin embargo, a pesar de estar todo acordado entre Unión y el Táchira de Venezuela en base a un préstamo hasta el 31 de mayo, incluso con la posibilidad de mejorar su propio ingreso (iba a ganar más en el fútbol de Venezuela que en Unión, por lo menos en el salario), el mismo Paulo Rosales le comunicó a su representante y a los dirigentes de Unión que prefiere “quedarse para pelearla” en Santa Fe.
Si algo demostró Rosales en los partidos finales de 2009, cuando logró insertarse en el equipo, fueron muchas ganas. Fue a todas, corrió y jugó hasta que le dio el físico después de tanta inactividad, como consecuencia de la grave lesión en Grecia. Esto posibilitó, además, que la gente cambiara su actitud: lejos de silbarlo, lo aplaudió.
Claro que ahora, en el arranque de 2010, los lugares en el bloque de ataque serán para Guerra seguro, peleando el otro cupo entre Ariel Cólzera y Lucas Pratto.
“Está lindo jugar ahora en Unión, se respira otro aire. Hay plantel, se nota el cambio con Pumpido afuera, con Alí. Estamos en zona de ascenso y hay que defender eso en 19 finales. Me gustaría hacer una buena pretemporada, como la estoy haciendo, arrancar con todo y estar listo para que sea el entrenador quien lo disponga”, había dicho Paulo Rosales antes de conocer la oferta del Táchira de Venezuela. Ahora, después del no a los caribeños, su pensamiento se potencia.
“Y sí...Tengo menos posibilidades porque soy enganche, pero igualmente me sentí cómodo cuando el técnico me puso arriba, como delantero”, expresó el cordobés cuando fue consultado por el esquema 4-4-2 sin un típico “10”.
Además, en principio, las bandas tienen ahora dos jugadores importantes por cada lado: Alejandro Daniel Pérez y Matías Donnet por derecha; Jorge Torres y Hernán Buján por izquierda. Conclusión: tendrá que esperar el cordobés una chance como delantero, detrás de Guerra, Cólzera y Lucas Pratto.
Lugar prohibido
Al caerse lo del Táchira de Venezuela, se afirma que será Quilmes por decisión de Jorge “Vitrola” Ghiso quien priorizará el nombre de Paulo Rosales por encima del “Rengo” Rodrigo Díaz. Es que Rosales se transformó, definitivamente, en una obsesión de Ghiso, que siempre lo quiso y elogió al nacido en Cosquín.
Por lo que pudo averiguar El Litoral, está tomada la decisión política en el campo futbolístico de no prestar ni vender a Rosales a un club que sea directa competencia deportiva para Unión. Y en este caso está más que claro que Quilmes —por historia, convocatoria y ubicación expectante— lo es de cara al segundo semestre de 2010.
Concretamente, ante la sugerencia de una posibilidad para que Rosales juegue en Quilmes y tenga continuidad, ya hay un “no” desde el vamos preparado en Santa Fe.
Algunos dirigentes sostienen que siendo cuarto delantero de un plantel es muy difícil que Rosales tenga lugar y por eso preferían que se fuera al Táchira de Venezuela estos tres meses, para poder tener continuidad, agarrar ritmo futbolístico y estar en mejor forma. Otros, sin embargo, prefieren que se quede. Porque están “asustados” con las simultáneas bajas que se dieron en un momento (lesión de Guerra, expulsión de Cólzera) del año pasado y creen que Paulo Rosales es una opción de calidad.
Por ahora, pesó la idea del cordobés y se queda en Unión. Le dijo no al Táchira de Venezuela, que jugará el repechaje de la Copa Libertadores de América frente a Libertad de Paraguay. Este no al Táchira contagia personalidad, ésa que muchas veces se le pidió a Paulo Rosales con la camiseta de Unión adentro de la cancha.