Editorial

Economía reciclable

Con los últimos avatares en el Banco Central, las proyecciones que en diciembre se efectuaron sobre el comportamiento de las finanzas y la economía para este año se vuelven inciertas. Aún así, ningún hecho puede por sí solo impulsar un giro de 180 grados. Por lo tanto, la proyección sigue siendo positiva, más aún si se toman en cuenta los aspectos generales de la economía que fueran valorados en el último bimestre de 2009.

Como sostienen los consultores, la dinámica de desempeño macroeconómico del próximo período tendrá un perfil necesariamente distinto al observado durante la fase 2003-2007. O como advirtió el informe proyectivo del Banco Central, “ese período de muy elevado crecimiento tuvo varias características excepcionales y sería erróneo pensar que en las condiciones actuales las mismas podrán repetirse”.

Algo conviene aclarar rápidamente: muchas de las proyecciones se hicieron sobre un valor base de los commodities que la Argentina exporta. Nadie cree que la tendencia gire inesperadamente, especialmente si se tiene en cuenta que las economías intermedias más desarrolladas (Brasil, Rusia, India y China) vuelven a tener signos positivos, lo que alentará el consumo. Con ello, y ante una inesperada campaña récord de la soja, se podrán disimular tragos amargos de hace algunos meses.

Como se explicó varias veces en este diario, la intensidad de la reactivación se verificó a partir de condiciones cíclicas internas muy particulares: una configuración especial de precios relativos apoyada en el overshooting cambiario y en la existencia de una enorme capacidad ociosa de recursos productivos que tornaron factible financiar la recuperación y la posterior ampliación de capacidad con un uso intensivo de los beneficios extraordinarios captados por las empresas.

Mirando el escenario 2010, se puede insinuar que tampoco habrá demasiado margen para cambios bruscos en el tipo de cambio. Claro que ello dependerá de si se impulsa una nueva política monetaria o se decide que la oscilación se produzca en los valores que hoy conocemos.

Otro aspecto del cual dependerá el reacomodamiento de la economía argentina es el intercambio comercial. En los últimos meses se logró reducir la brecha comercial con Brasil, y si existió superávit en la balanza comercial fue más por las restricciones a las importaciones que por un aumento de las exportaciones.

La gran preocupación es el superávit fiscal. La estrategia “pac man” del gobierno nacional durante 2009 dejó demasiados agujeros negros. Se buscaron fondos de donde se pudo para sostener una política de gastos cada vez más creciente. Ahora hay que responder a los compromisos asumidos, nacional e internacionalmente, reaccionar adecuadamente ante los reclamos sectoriales (paritarias, agro, acreedores, etc.) y encima tejer una trama política que permita la gobernabilidad de cara al 2011.